Lisa “Tiny” Gray-Garcia, fundadora de Prensa POBRE, hace de subastadora durante una actividad de recaudación de fondos para la publicación.

Lisa “Tiny” Gray-García salta con entusiasmo del suelo a una silla cercana en la pequeña pero acogedora oficina de Prensa POBRE. Empuñando un pequeño megáfono negro, con sus tenis Nike de color rosa encendido y un sombrero.

“¡Tenemos una guerra de pujas!”, grita a la audiencia. “¡Dijo dos cincuenta! ¿Escucho tres dólares?” Todo esto por un dibujo de su hijo, Tibu, hecho “cuando estaba aburrido”. Esto es sólo un ejemplo de los artículos subastados en la fiesta de lanzamiento del sitio web de Prensa POBRE y “La subasta (no silenciosa) Loud Ghetto-Fabulosa”, celebrada el pasado viernes 27 de agosto.

Conforme avanza la noche, se hace evidente que esta subasta no es para aumentar de forma significativa el apoyo para Prensa POBRE y sus esfuerzos para apoyar a las personas de bajos o ningún ingreso. “Es una familia”, dice Muteado Silencio, que ha sido voluntario para Prensa POBRE como co-profesor y artista desde el año 2003. “Simplemente llena tu corazón”.

Mirando alrededor de la habitación empapelada con varios carteles, pinturas, trazos y volantes, está llena de caras sonrientes. Negros, blancos, latinos —no importa. Todos tienen algo en común: todos son pobres y parte de la familia de Prensa POBRE.

Prensa POBRE fue fundada por Gray-García y su madre, Dee Gray, en el año 1996. El dúo madre e hija manejaron de Los Ángeles a San Francisco, donde su pobreza se convirtió en una razón para hacer arte y convertirse en activistas para los pobres. Mediante la investigación de subvenciones de Gray-García, las dos recibieron fondos de la Comisión de Arte de San Francisco y la Fundación Vanguardia para publicar la primera edición de Prensa POBRE. Prensa POBRE ha recorrido un largo camino desde esos primeros días.

“Básicamente son tres ejes”, explica Gray-García. “Medios de comunicación, educación y arte”. A través de cada una de estas tres vías la organización tiene por objeto facilitar el acceso a las personas pobres, aquellos que de otra manera se quedarían sin esos recursos. Lo hacen mediante la producción de medios de comunicación para crear conciencia entre las personas pobres, enseñando a las personas de pocos o ningún ingreso cómo escribir y convertirse en productores de medios de comunicación, creando un espacio para expresar y mostrar su arte.

“Algunas de estas mujeres tienen una gracia natural”, dice Silencio. “Yo solamente las animo.” Silencio, que llegó a Estados Unidos desde México cuando tenía 6 años, enseña un curso llamado “Voces de inmigrantes en resistencia”, aunque le da pena que le digan “maestro”, diciendo “todos somos maestros y estudiantes”.

“Ves todas estas formas negativas en que se habla de nuestra gente en los medios de comunicación”, dice. La intención de la clase es la de “retomar los medios de comunicación y dárselos a la gente”. Desde hace siete años Silencio ha estado involucrado con Prensa POBRE, dando voz a aquellos que son desconocidos porque “nadie los escucha”.

En cuanto a lo que Silencio contribuye a la subasta, se sienta en una esquina de la parte frontal de la habitación, golpeando un tambor al ritmo de lo que está sucediendo: un recital de poesía, las subastas de Gray-García, la interpretación simultánea al español. También subasta una obra de arte original, diciendo en broma que aceptaría un pase de BART a cambio de su trabajo artístico.

Ya sea en autobús, auto, o caminando, muchos miembros de la familia Prensa POBRE han llegado a la subasta, disfrutando mutuamente de su compañía y un buffet estilo comida informal. Una de ellas es Carina Lomeli, quien comenzó su voluntariado para Prensa POBRE en el año 2008 y ahora ayuda en la administración, a pintar murales, logística y mucho más. En la subasta, anota a los ganadores en una tablilla de Hello Kitty y ayuda con la interpretación al español.

Lisa “Tiny” Gray-Garcia, fundadora de Prensa POBRE, durante una actividad de recaudación de fondos para la publicación en la que subasta una cita con Bruce Allison, colaborador de Prensa POBRE, disfrazado de Meg Whitman.

“Quería un lugar donde ser voluntaria para ayudar a mi gente… la Raza”, dijo Lomeli. Graduada de la Academia de Arte comenzó a traducir y ayudar en los talleres de Prensa POBRE. Meses después Gray-García le ofreció a Lomeli un trabajo regular. Su esperanza es organizar la administración de los programas de Prensa POBRE para que cualquier persona que llegue después tenga una estructura sólida con la que trabajar.

Lomeli reconoce la dificultad de tener una organización por y para la gente pobre. “Llegamos casi a la quiebra ahorrando para el Foro Social de los EEUU”, que se llevó a cabo del 22 al 26 de junio de este año en Detroit, Michigan. Hubo momentos en que Gray-García y el resto se preguntaban si serían capaces de pagar el alquiler de su oficina en las calles 16 y Misión.

Afortunadamente, los donantes vinieron al rescate para que las puertas de Prensa POBRE pudieran permanecer abiertas.

Y no sólo eso, Prensa POBRE también acababa de lanzar su nueva página web, una actualización de su sitio antiguo que necesitaban con desesperación. “Nos salimos del apartheid digital”, dijo Gray-García en su pequeño megáfono. Con una sonrisa burlona, le explica a su familia de Prensa POBRE en la subasta cómo este nuevo sitio fácil de navegar es una forma de resistencia, ya que proporciona acceso digital a los pobres, los que no podrían tenerlo de otra manera. “Es nuestra pequeña porción de bienes inmuebles digital”.

Justo una semana antes de la subasta, Prensa POBRE estaba atascada en un sitio web visualmente poco atractivo y estático que no les permitía flexibilidad. El nuevo sitio está lleno de color y es mucho más fácil de navegar. Gracias a dos entusiastas voluntarios, Prensa POBRE ha sido capaz de hacer este cambio a un bajo costo. Sin embargo, Lomeli dijo que la lucha por las finanzas de Prensa POBRE a principios de este verano y el lanzamiento del sitio web fueron “una coincidencia”.

Sin embargo se recaudó mucho dinero en la subasta, Gray-García, Silencio, Lomeli y el resto de la familia no parecen preocupados por eso.

“En Prensa POBRE, trabajamos para hacer frente a los elementos de separación de la sociedad”, dijo Gray-García. “Trabajamos en tiempo real para tratar de convertirnos en la solución”. Vestida con una chaqueta blanca (decorada con palabras, trazos y nombres escritos con un marcador permanente), aretes y un sombrero blanco, ella es una revolucionaria. Prensa POBRE pudo haber tenido problemas en el pasado hasta el borde de la bancarrota, pero si la determinación de Gray-García tiene algo que ver, no cerrará sus puertas en un corto plazo, especialmente con la ayuda de sus tantos voluntarios.

Silencio sabe que se necesita un ejército de voluntarios para que un programa como Prensa POBRE florezca. “Si riegas la planta, verás los frutos”.

—Traducción Manuel Dueñas