Tras la devastación provocada por los huracanes Eta e Iota, la doctora Oriel María Siu escuchó repetidamente una frase dolorosa: “Lo perdimos todo. Todo”. 

Esa es la triste realidad para muchos que viven en la ciudad de San Pedro Sula, ubicada en el departamento de Cortés, y muchos más que viven en los otros departamentos de Copán, Yoro, Santa Bárbara, Atlántida y Colón, al noroeste de Honduras, casi seis semanas después del arribo del huracán Eta categoría 4. 

Eta devastó Centroamérica, matando al menos a 189 personas (al menos 74 de esas muertes se reportaron en Honduras) y causando hasta $5.5 mil millones en daños en toda la región. Dos semanas después, la región fue golpeada nuevamente por el huracán Iota de categoría 5.

Para Siu, que vive en San Pedro Sula y que ha sido testigo de la devastación como resultado de las inundaciones, permanecer de pie no era una opción. Al ver la magnitud del desastre causado por cinco días de lluvia incesante, inició un GoFundMe para comprar camas para quienes lo perdieron todo. 

Doña Sebastiana Arriola, líder de la comunidad Garífuna en San Pedro Sula, Honduras, señala la línea donde los niveles de agua y lodo llegaron dentro y fuera de su casa después de los huracanes Eta e Iota, el 13 de diciembre de 2020. Courtesy: Dr. Oriel María Siu

“Cuando finalmente dejó de llover, mi familia y yo fuimos a ver si los perros callejeros que viven en el negocio de mi socio estaban bien. Pero mientras conducíamos allí, literalmente miles de personas —familias enteras, ancianos y niños— estaban en la carretera principal con las pertenencias que habían podido rescatar y llevarse”, narró Siu a El Tecolote. “Decidí entonces, que no podía simplemente ver esto, que podía usar mis contactos de las redes sociales en los EEUU para ayudar a tantas familias durante estos tiempos, porque todos aquí saben que el gobierno no irá, no para ayudar”.

Desde el paso de Eta e Iota, la doctora Oriel y su familia han recaudado $5,604 en donaciones y han distribuido docenas de camas. 

“Sé que GoFundMe no resolverá todo el dolor o la pérdida, ni podrá llegar a todos los que lo necesiten. Pero en este momento, regalar una cama a las familias que lo perdieron todo significa mucho. Puedes ver esto cuando lloran de gratitud. Me duele mucho. No puedo decir que la recaudación de fondos y la distribución de camas haya sido una experiencia gratificante. Me enfurece saber que los fondos existen para ayudar a todos, pero que el gobierno decide quedarse con ellos”.

Incapaces de regresar a sus hogares después de la devastación causada por los huracanes Eta e Iota, los residentes de San Pedro Sula, Honduras, encuentran refugio en las carreteras y debajo de los puentes. 25 de noviembre de 2020. Courtesy: Dr. Oriel María Siu

Sin escatimar en palabras, Siu atribuye la mayor parte de la culpa al gobierno del presidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien hizo poco para advertir a los hondureños sobre los huracanes inminentes y quien ha hecho poco desde entonces. 

“La gran mayoría de la gente aquí en Honduras no se preparó para el huracán Eta porque el gobierno corrupto de Juan Orlando Hernández no se preocupó de alertar a la gente sobre su magnitud”, afirmó Siu a El Tecolote, quien dijo que la semana que Eta golpeó a Honduras el 3 de noviembre, Hernández estaba dando prioridad a la industria hotelera y turística con una creciente presión para suavizar las restricciones de viaje por el COVID-19 d. “La administración de JOH todavía estaba incitando a la gente a salir de vacaciones esa misma semana, a hospedarse en hoteles, a visitar las playas, simplemente diciendo ‘tengan cuidado’ de viajar en medio de la pandemia global, mientras que todos los medios internacionales alertaron sobre Eta”.

Según Siu, no fue hasta el 5 de noviembre, dos días después del ataque de Eta, que la administración de Hernández comenzó a alertar a los hondureños, pero para entonces muchas áreas ya estaban inundadas. 

Tras días de incesante lluvia durante el paso de los huracanes Eta e Iota, la gente recorre las calles inundadas en La Lima, Honduras, el 30 de noviembre de 2020. Courtesy: Dr. Oriel María Siu

“Juan Orlando Hernández, su corrupción y su inacción, mató a hondureños durante el Eta. Dio prioridad a ayudar a la industria hotelera sobre las personas, sus hogares y sus vidas. Esto, lamentablemente, solo se suma a la lista de atrocidades cometidas por esta administración, entre ellas, los $500 millones que ha robado durante la pandemia. Aún así, nueve meses después, no se ve ninguno de los 11 hospitales o 94 clínicas que construiría”.

Siu se refiere al Congreso Nacional de Honduras, que en marzo aprobó 420 millones de dólares en alivio del coronavirus. Según el medio de comunicación hondureño Contra Corriente, algunos miembros de ese congreso están siendo investigados actualmente por malversación de fondos. “Con esta medida, el sistema de salud generará alrededor de 10 mil nuevos empleos en los próximos cinco años y construirá 11 hospitales, 17 clínicas, 27 centros de salud y 40 centros de atención primaria en todo el país”, dijo Hernández luego de la aprobación del proyecto de ley. 

El daño causado por Eta e Iota se compara con el huracán Mitch en 1998, que mató al menos a 7 mil hondureños y provocó una migración masiva. Según Siu, caravanas de personas que perdieron todo en la tormenta se dirigen hacia el norte.

“Una caravana de migrantes ya salió de San Pedro Sula y se dirige hacia los EEUU. Salió el 9 de diciembre. Otra, la ‘Megacaravana’, está programada para febrero de 2021. Esto dice mucho sobre la falta de esperanza que hay aquí en Honduras para la recuperación. Todos aquí están de acuerdo en que Eta e Iota fueron mucho más calamitosos que Mitch. Las historias de supervivencia son escalofriantes”. 

Y aunque todavía se necesita mucha ayuda, Siu recomienda que las personas continúen donando a organizaciones o individuos confiables: “Desde el momento en que la ayuda internacional, en forma de suministros, alimentos, ropa y otras cosas que los hondureños en los EEUU han enviado, comenzó a llegar a Honduras para las víctimas del huracán, la administración de JOH determinó que todos los artículos provenientes del exterior serían canalizados a través del gobierno, específicamente a través de COPECO”, explicó Siu. “Esto ha provocado que la ayuda no llegue a las comunidades necesitadas. Espero que la gente en los EEUU pueda entender esto y, en cambio, encontrar organizaciones confiables a las que enviar ayuda monetaria. Aquí, estos fondos se pueden regalar directamente a las víctimas o se pueden obtener los artículos necesarios para ellas”. 

Después de días de lluvia incesante por el paso de los huracanes Eta e Iota, la gente camina por las calles inundadas en San Pedro Sula, Honduras, el 25 de noviembre de 2020. Courtesy: Dr. Oriel María Siu

Aparte de la incompetencia del gobierno, estos huracanes consecutivos también se encuentran entre una tendencia en el clima extremo predicho por los científicos, un hecho que no se le escapa a la doctora Siu: “Los culpables son los extractivistas, culturas contaminantes del capitalismo, totalmente apoyados, financiados y en su mayoría realizados por grandes empresas, tanto nacionales como transnacionales, que realizan sus operaciones destructoras de vidas con el pleno apoyo de gobiernos corruptos, como es el caso de Honduras. A Berta Cáceres la mataron por decir esto y por luchar contra esto. Dado que estas prácticas no solo continúan desplazando a los pueblos indígenas de sus tierras de origen en la región, lo que empuja a las personas a migrar, también destruyen la vida de la tierra. La naturaleza no es infinita. Es finita. Y como decía Berta, ¡Ya no hay tiempo!”