¿Quién se podría haber imaginado que el aquel entonces rudimentario periódico bilingüe de cuatro páginas en el año 1970 en la Misión marcaría un hito en el periodismo latino comunitario? Sí, este año El Tecolote cumple 40 años de edad, hecho que convertido en creyentes a quienes decían que no, que El Tecolote no podría sobrevivir simplemente con un ejército de voluntarios y una cartera bien delgadita.

El Tecolote, junto a muchos otros esfuerzos de medios de comunicación ejercitados por voluntarios, se fundó en un tiempo de mucho activismo que dominaba la escena nacional. Nosotros cuestionábamos la guerra no declarada en Vietnam y expresábamos nuestra preocupación por el descomunal número de latinos muriendo allá. Estábamos luchando en contra de las injusticias en nuestra comunidad y demandando nuestros derechos civiles. Estábamos tomando control de nuestras propia comunidad y delineando su destino. Y estábamos abriendo las puertas de las universidades a la gente de color y creando cursos que tuvieran que ver con sus experiencias vitales.

De hecho, fue la demanda por una facultad de estudios étnicos en la universidad estatal de San Francisco (SFSU por sus siglas en inglés) y la admisión libre para estudiantes de color que allanó el camino para que emergiera El Tecolote. Yo creé y enseñé un curso titulado ‘Periodismo de la Raza’ dentro del departamento de Estudios de la Raza que atrajo y congregó a estudiantes y miembros de la comunidad y lanzó un tabloide de cuatro páginas basado en el barrio de la Misión, el 24 de agosto de 1970. Este movimiento se vio como una manera de hacernos más visibles y accesibles a la comunidad. Pero nosotros sabíamos que cualquier esperanza de obtener apoyo de la comunidad para nuestros esfuerzos necesitaban estar basados en publicar historias relevantes sobre nuestra comunidad y publicar de manera consistente durante al menos cinco años. El Tecolote también nació con el objetivo de incorporar a más latinos en el mundo del periodismo y, de esta manera, cambiar la cobertura estereotípica y racista que proveen los medios de comunicación establecidos. Y esto lo hizo mediante el entrenamiento gratuito que ofreció.

Así que no sorprende que la misión de El Tecolote de entonces y ahora continúe poniendo en evidencia la malas obras, abogando el cambio social, sirviendo como una fuente regular de información y convirtiéndose en un conducto para las carrera periodística.

Hemos caminado mucho desde aquellos primeros años en que mecanografiábamos los artículos en máquinas de escribir eléctricas y luego pegábamos columnas de texto en hojas de papel. En aquellos días tempranos éramos nómadas mudándonos de la casa de alguien a varios centros comunitarios para mantener una oficina en la Misión. Y luego estaban aquellas interminables fiestas benéficas cada mes —desayunos con menudo, bailes, fiestas en la casa, ventas en garajes, recitales de poesía, por nombrar unos cuantos.

Puede que hayamos estado cortos de dinero, pero nunca estuvimos cortos de espíritu y dedicación. De la misma manera nunca nos quedamos cortos con el constante flujo de voluntarios que han querido trabajar con nosotros. Ese ejército de voluntarios durante nuestros 40 años ha sido la infusión de sangre de El Tecolote —reporteros, fotógrafos, traductores, artistas gráficos, paginadores y distribuidores–. Llegaron del barrio, de las universidades aledañas, así como de varias comunidades del Área de la Bahía.

Pero nuestra longevidad también se debe a nuestra previsión a la hora de crear una organización sin ánimo de lucro que englobara El Tecolote. Este movimiento abrió vías de financiamiento al permitirnos buscar becas y proveer deducciones de impuestos de nuestros donantes. Irónicamente, este modelo de organización sin ánimo de lucro es el que están persiguiendo varios periódicos nacionales que están pasando por dificultades.

En lo que se refiere al futuro, espero escribir una declaración similar cuando El Tecolote cumpla 50 años en el año 2020. De la misma manera, nuestra versión en línea de El Tecolote se expandirá notablemente —dándonos la oportunidad de proveer noticias rompedoras, ofrecer más presentaciones de audio y video de noticias del barrio y crear más oportunidades para comunicar con miembros de nuestra plantilla.

Pero aunque estoy esperanzado sobre nuestro futuro, el reto más inmediato es el de sobrevivir las presentes dificultades económicas. Nuestro llamado a que contribuyan con donaciones, enviándonos un anuncio congratulatorio en las ediciones próximas y asistiendo a alguna de las actividades celebrando el 40 aniversario de El Tecolote en las próximas semanas. Ahora es más importante que nunca.

Con esto dicho, sé que puedo contar con todos nuestros amigos y personas que nos brindan su apoyo para que echen un paso adelante. Si El Tecolote alguna vez necesitó su ayuda, ¡es ahora!

Para mí personalmente, ha sido un honor el servir a esta comunidad durante cuatro décadas y nunca me he arrepentido por el tiempo que le he dedicado a El Tecolote.

Ya para terminar, a todos ustedes que han trabajado febrilmente para producir el periódico digno que se merece nuestra comunidad, ¡muchas gracias!

Y no nos olvidamos de la fuerza que subyace en las noticias que producimos —no es sólo el poder de la información que proveemos al barrio, es también el poder de la inspiración que inculcamos a nuestra comunidad.

—Juan Gonzales, Fundador/Editor,

El Tecolote