[de Ethnic Media Services]

Para los más pequeños de California con mayor riesgo de contraer el COVID-19, las vacunas son la mejor protección

Más de dos años después del inicio de la COVID-19, finalmente hay una vacuna aprobada por el gobierno federal para niñxs de 6 meses a 4 años.

Este virus se ha convertido en la quinta causa principal de muerte entre niñxs de entre 1 y 4 años, y la cuarta causa principal entre los menores de un año.

California ya tiene 400 mil dosis a ser distribuidas de forma gratuita y sin importar el seguro o estatus migratorio, y ha comprado suficiente para los 2.2 millones de niñxs elegibles en el estado, según la médico Lucía Abascal, del Departamento de Salud de California.

Abascal habló en una conferencia de prensa el 23 de junio, organizada por Ethnic Media Services y Vaccinate All 58 del Departamento de Salud Pública de California. Junto a ella, le acompañaron las médicos Jennifer Miller, de East Bay Pediatrics en Berkeley, y Sarah Takekawa, obstetra y ginecóloga de Kaiser Permanente al sur de Sacramento.

Debido a que la ley federal prohíbe a las farmacias vacunar a niñxs menores de 3 años, dijo Abascal, las familias deben comunicarse directamente con sus médicos para programar una vacunación, o visitar https://myturn.ca.gov/. El estado ya ha hecho arreglos con suficientes pediatras para atender al 85 por ciento de esos 2.2 millones de niñxs, dijo Abascal.

Dos versiones de la vacuna pediátrica, una fabricada por Moderna y la otra por Pfizer, fueron aprobadas a mediados de junio después de revisiones independientes, federales y estatales. “Esta vacuna va a ser la más estudiada de la historia”, señaló Miller. “Han sido debidamente probadas y examinadas. Su producción no escatimó esfuerzos”. La versión de Moderna tiene una cuarta parte de la potencia de su dosis para adultos y se administra en dos dosis, con un mes de diferencia entre ellas. La de Pfizer requiere tres dosis, la segunda 21 días después de la primera y la tercera, 60 días después de la segunda. Es una décima parte de la fuerza de la versión para adultos.

Abascal dijo que parece probable que haya un refuerzo para el régimen de Moderna, pero su dosis inicial más baja también debería reducir los efectos secundarios que, agregó, no serían graves.

Las tres médicos dijeron que, en su opinión, la mejor vacuna que se puede obtener es simplemente la que esté disponible primero, que no existe diferencia significativa entre ellas. Cuando se trata de vacunas contra el COVID-19, Miller dijo que las familias de sus pacientes generalmente tienen una de tres actitudes: “El primer grupo está golpeando mi puerta, ansioso por vacunar a sus hijoxs. El segundo está teniendo dudas y «no se siente seguro de proceder hasta que haya más respuestas y el tercero, simplemente no siente que sea seguro o necesario».

“La decisión de no vacunarse es la decisión de contraer el virus COVID-19”, advirtió Abascal. “No se puede predecir cuán grave será. Te estás arriesgando a que sea leve, sin embargo, uno de cada cinco niñxs hospitalizados termina en la UCI (unidad de cuidados intensivos)”.

Es cierto que haber sido infectado con el virus brinda un grado de inmunidad contra otras infecciones, pero es menor que el que brindan las vacunas. Cuando su hija de 19 meses, recientemente infectada, se recupere lo suficiente como para vacunarse, dijo, tendrá la mayor protección posible. “Existe la idea de que Omicron es más leve”, dijo, “pero en este grupo de edad, cuando comenzó el aumento de Omicron, hubo hospitalizaciones récord”.

Cinco veces más que durante el aumento del COVID Delta para niños menores de 4 años, anotó Miller. “Trato de recordarles que estamos juntos en esto. Vacunar a nuestrxs hijxs nos ayuda a todos; mejora la salud de nuestra comunidad”.

Como ginecóloga, Takekawa habló de haber atestiguado las luchas de pacientes no vacunadas durante el embarazo y el parto, y comparó eso con lo que había observado de su propia capacidad y la de sus pacientes para quedar embarazada y tener hijos, sin problemas relacionados con conseguir vacunados o refuerzos.

Tanto Abascal, quien está embarazada, como Takekawa, compartieron historias de cómo ellas y sus respectivos esposos habían contraído el COVID-19 cuando sus pequeñxs lo trajeron a casa de la guardería: “Esa idea errónea de que lxs niñox están seguros, que no les pasa nada, está mal”, refirió Abascal. “Tenemos cada vez más evidencia de que corren un riesgo agudo […] también pueden sufrir consecuencias como el síndrome multi inflamatorio y el COVID-19 prolongado”.

“Lxs niñxs y adolescentes necesitan recuperar sus vidas”, declaró Miller. “Necesitan poder reunirse con amigxs y compañerxs, ir de fiesta y a bailes de graduación, participar en deportes y actividades, participar plenamente en las actividades escolares y no usar Zoom mientras están lejos de sus amistades”.

“Debido al COVID-19, han perdido momentos y etapas críticas de desarrollo, lo que lleva a una crisis de salud mental sin precedentes. Tenemos que poner de nuestra parte para poner fin a eso. Es normal tener miedo a lo desconocido y querer proteger a tu hijx”, dijo Abascal. “Con eso en mente, vacunarse es la mejor protección que existe”.