[Ilustración por Jen White Johnson]
Hay un dicho: “Las cosas mejoran”. Aunque no siempre se siente que sea así. Menos ahora.
No hace mucho comenzamos noviembre recordando y celebrando la vida de nuestros seres queridos en el Día de Muertos. Y ahora que noviembre ha llegado a su fin, cinco nombres más han sido trágicamente tomados y grabados en nuestra memoria colectiva.
El sábado 19 de noviembre, en la víspera del Día del Recuerdo Transgénero, Raymond Green Vance, Kelly Loving, Ashley Paugh, Derrick Rump y Daniel Aston fueron asesinados por el nieto homofóbico blanco de 22 años de un ultraderechista legislador del sur de California. Armado con un rifle de asalto de estilo militar, Anderson Lee Aldrich (conocido como Nicholas Brink hasta que cambió su nombre en 2016) ingresó al refugio seguro LGBTQI+ que era el Club Q en Colorado Springs, y comenzó su embestida, matando a las cinco personas mencionadas e hiriendo a 25 más.
Indudablemente, habría habido más víctimas si no hubiera sido por las acciones de al menos tres personas: una mujer trans que aún no ha sido identificada, un padre latino heterosexual y veterano militar llamado Richard Fierro, y un suboficial de la Marina, Thomas James, quien desarmó e inmovilizó a Aldrich hasta que las autoridades llegaron a la escena. Ya que estamos en el tema de la aplicación de la ley, es importante mencionar que la policía no detuvo al tirador, sino que una vez en la escena, abordó a Fierro, a quien detuvo durante más de una hora creyendo que él era el atacante.
Todos podríamos haber predicho los temas de conversación que procedieron tras otro acto de violencia lleno de odio. Las narrativas que siguen a crímenes de odio como este generalmente sugieren que el agresor es un “enfermo mental” o un “lobo solitario” o que las leyes de control de armas o las “oraciones en la escuela” habrían evitado tal tragedia. Estos temas son peligrosos, ya que intencional y descaradamente borran el surgimiento de movimientos basados en el odio, particularmente contra las comunidades LGBTQI+ y las personas trans en los últimos tiempos, cuyo único propósito es inspirar actos directos de violencia hacia las comunidades que han resistido el odio y la violencia durante generaciones.
Pero un tema de conversación fue particularmente insensible y exasperante, mas no sorprendente dado el aumento generalizado de la transfobia en los últimos años: solo tres días después del tiroteo en Colorado Springs, el experto ultraderechista de Fox News, Tucker Carlson, recibió a Jaimee Michell, la lesbiana fundadora del grupo de odio anti-trans, Gays Against Groomers.
Al estilo típico TERFy (feminista radical transexclusiva), Michell culpó del tiroteo a la «agenda malvada» del sistema de atención médica para la afirmacion de género. Aunque repugnantes, sus palabras no sorprenden dado que la extrema derecha en este país ha hecho de la persecución y criminalización de las personas trans y jóvenes su grito de guerra.
Esta fuerte critica focalizada no solo se ha limitado al pozo negro de troleo tóxico que son las redes sociales. Según un análisis de la NPR, se han presentado 306 proyectos de ley dirigidos a personas trans en los últimos dos años, y el 86 por ciento de ellos se centran en jóvenes trans. Aunque alrededor del 15 por ciento se ha convertido en ley, los padres en estados como Texas han tenido que desarraigarse por temor a ser criminalizados por brindar atención médica a sus hijos transgénero.
Los republicanos, en particular los gobernadores de Texas, Florida y Tennessee, Gregg Abbot, Ron DeSantis y Bill Lee, han liderado la acusación legislativa de criminalizar a los niños trans por el simple hecho de existir, todo bajo el pretexto de afirmar que “protegen a los niños”.
¿Es en serio?
Si estos legisladores y organizadores estuvieran realmente interesados en el bienestar de los niños, ¿por qué no aprobar la atención médica universal con acceso a servicios de salud mental? Si realmente estuvieran “en contra de los abusadores”, ¿por qué no prohibir que los niños asistan a la iglesia? ¿No son abusadores los pastores, músicos y presidentes de los EEUU que se aprovechan y explotan sexualmente a los niños?
De alguna manera, para algunos, esa etiqueta se ha aplicado exclusivamente a las personas queer. Y esa etiqueta ahora ha llevado a la muerte de cinco vidas inocentes.
Si no tenemos cuidado, más violencia vendrá. Mientras discutimos sobre los brazaletes de arcoíris en Qatar, no olvidemos la transfobia que existe en el supuesto bastión que es el Área de la Bahía, donde hemos visto lecturas de libros de cuentos travesti ser cancelados por los fascistas Proud Boys o murales en la Misión literalmente incendiados por su osadía de mostrar el amor queer latino.
Este fallido proyecto colonizador en el que nos encontramos se basó en muchas cosas, incluida, entre otras, la eliminación de nuestros hermanos y nuestras hermanas queer. Pero nuestra gente todavía está aquí. Siempre hemos estado aquí. Y ante el extremismo violento, prevaleceremos. El extremismo que desea continuar ese exterminio no puede ser derrotado con debate o lógica. Pero sólo a través de la resistencias-. Que todos los que tenemos corazón, sin importar el idioma, la cultura, el género, el binario o los pronombres, contribuyamos y reforcemos esa resistencia.
Oración sin título, 2022
Bendice a los rebeldes queer y trans de color que embisten como tornados sin disculpas arrasando con este sanguinario estado policial post-apocalíptico simulado.
Bendice a nuestros discapacitados e indocumentados que avanzan como cometas las carreteras cósmicas y exponen los caminos de nuestra liberación.
Bendice a nuestros enfermos, ancianos y abandonados que embisten con fuerza los insensibles campos de batalla y emergen como flores entre las grietas del asfalto.
Bendice a las futuras generaciones herederas del trauma infligido por los fanáticos odiosos, inmorales y cobardes, pero que caminarán victoriosas para crear mundos vibrantes, resultado de siglos de sueños ancestrales y resiliencia.
Bendice a nuestras comunidades, protégenos del daño y celebra nuestra alegría mientras restauramos la armonía entre las estrellas.
— Demian DinéYazhi´/@heterogeneoushomosexual