Se reveló en una reciente encuesta popular del estado que los católicos latinos podrían ser uno de los grupos políticos más progresistas que apoya los derechos gays en los Estados Unidos. La encuesta, llevada a cabo por The Public Religion Research Institute (PRRI) igualmente indica la asombrosa división entre los latinos católicos y protestantes en cuanto a su opinión sobre cuestiones de homosexualidad.

Según un comunicado de prensa de PRRI, las estadisticas sobre los latinos proceden de una encuesta bilingüe (inglés y español) sobre 3.351 adultos de California, incluyendo muestras de 350 afroamericanos y 200 latinos protestantes. Representa el retrato más exhaustivo de la religión y las actitudes sobre el matrimonio del mismo sexo y otros asuntos relativos a gays y lesbianas, desde que se aprobó la Proposición 8. La encuesta se condujo mediante un muestreo por teléfono al azar de californianos entre el 14 y el 30 de junio de 2010.

El profesor adjunto de sociología en el Center for Latin American Studies en Georgetown University, Joseph M. Palacios, ha tenido en cuenta algunas razones para estos resultados. El sometió un artículo de opinión en The Washington Post en donde dice que entre los latinos católicos “la solidaridad familiar tiene fuerza y a pesar de que los hijos no sigan ‘los valores tradicionales familiares’ como propone la iglesia y la sociedad estadounidense. Los padres quieren mantener a sus hijos dentro de la estructura familiar. No sorprende que los católicos en general y los latinos católicos en particular, como demuestra la investigación hecha por el PRRI, notan que los padres aprenden sobre cuestiones de homosexualidad de sus hijos.”

José Lizárraga y Arturo Cortés, residentes latinos de la bahía, se casaron legalmente el cuatro de noviembre de 2008 (el mismo día que se aprobó la Proposición Ocho). Lizárraga fue criado en un hogar católico. Él dice que los resultados obtenidos por el PRRI demuestran que los católicos quizás sean más propensos a aceptar a los gays “fue algo que al principio sorprendió considerando mi experiencia con una iglesia sistemáticamente homofóbica. Sin embargo, según mi propia experiencia, puedo atestiguar sobre la importancia que los mexicanos le dan a la unidad familiar y como eso supera todo.”

Lizárraga dice, “Como el hijo mayor de inmigrantes católicos mexicanos, mi homosexualidad siempre ha sido un tema polémico en nuestra familia. Después de doce años de reconocer mi homosexualidad, mis padres todavía tienen dificultad para entender completamente mi vida. Sin embargo no queda duda que por su amor incondicional por mi, su hijo, y el hecho de que estoy contentamente comprometido en una relación que se basa en los valores compartidos del respeto y confianza, mi padres aceptan más y más la persona que soy y a la que he decidido amar.”

El estudio PRRI indica que por lo general los católicos favorecen una fe que da prioridad a la justicia y acción. Por otra parte, muchos protestantes se enfocan en la moralidad personal, la fe, y una interpretación literal de la biblia. Según el estudio, cuando las personas creen que la biblia es la voz infalible de Dios, es más probable que éstas rechacen los derechos de los gays. Palacios escribe y explica que el catolicismo permite complejidad y ambigüedad y que los individuos toman decisiones morales no sólo basándose en la biblia sino también en las enseñanzas de la iglesia, la conciencia y la realidad social.

Los datos del estudio PRRI revelan que el punto de vista sobre la homosexualidad también podría ser fuertemente influenciado por los mensajes del clero. Cuando los californianos en este estudio escuchaban mensajes negativos del clero sobre los gays, ellos eran menos propensos a apoyar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Si el clero hablaba positivamente sobre los gays, era más probable que la mayoría de aquellos participantes de la encuesta expresaran que se debería permitir casarse a los gays. Sólo un 42 por ciento de los católicos latinos reportaron haber oído hablar de la homosexualidad en la iglesia en comparación con un 62 por ciento de protestantes latinos. En su mayoría cuando los latinos protestantes (incluyendo los evangelistas y protestantes negros) escucharon hablar sobre los gays en la iglesia los mensajes eran negativos.

En cuanto a la confianza que se le da a la fuente de información sobre la homosexualidad, un 42 por ciento de los latinos protestantes dijeron que confiaban mucho en el clero. Solo un 25 por ciento de los católicos latinos expresaron la misma confianza en su clero. Un 30 por ciento de los católicos latinos confiaron en los padres de hijos gays o parejas gays cuando se trataba de aprender sobre la homosexualidad.

Palacios sugiere que los países católicos a menudo tienen una doble moral, ya que son conservadores en cuanto a la unidad familiar y las tradiciones católicas. A la vez muchos de ellos han aprendido de la historia que no quieren que la iglesia “se meta en política”. Esto se demostró claramente con la aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo y derechos de adopción en Argentina, España, Portugal y el Distrito Federal de México. Palacios declara que una mayoría considerable de latinos católicos estadounidenses comparten estos sentimientos.

Según el Pew Forum, aproximadamente un 21 por ciento de la población estadounidense es católica, pero casi la mitad de todos los inmigrantes son católicos. De estos inmigrantes católicos, un 82 por ciento vienen de Latinoamérica y la mayoría de México. Si el estudio conducido por el PRRI es preciso, los católicos latinos, al crecer en número en California y los Estados Unidos, podrían tener una influencia positiva e inesperada sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y otros derechos de las lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.

—Traducción Sandy Juárez