Un grabado ofensivo contra los techies en una banqueta de la calle 24. Foto: Mabel Jiménez

Estimado Editor,

Estoy preocupada por algo que está aconteciendo aquí en la Misión; no sé cómo externar esta preocupación, pero también deseo saber si alguien más lo comparte, por lo tanto, pensé en su periódico, que leo con frecuencia para enterarme de las noticias locales.

No soy residente de la Misión por mucho tiempo (me mudé aquí hace unos quince meses) ni un ‘techie’. Se que los desplazamientos están ocurriendo como causa del aumento en el costo de la vivienda. Sin embargo, creo que es incorrecto permitir que un discurso anti-techie sea no sólo tolerado, sino alentado. Permítaseme explicar parcialmente mi preocupación al respecto: mi hija Georgia está estudiando actualmente en Delhi, India, por este semestre, y estoy enterándome, junto con ella, sobre la violencia sucedida (10 millones de muertos) cuando India fue dividida entre Pakistán e India, y todo el odio étnico y matanza que vino con ello. Vemos lo mismo en Irak entre sunitas y chiítas. Es incorrecto permitir que un grupo de personas sea el chivo expiatorio de un problema sistémico.

Le puedo citar tres ejemplos:

La existencia de stencils grabados en muchas aceras de la Misión declarando “Queers hate techies”. No sólo deploro el sentimiento de odio, puedo decirle que algunos queers son techies y algunos techies son queer.

Dos recientes producciones a las que asistí en el teatro de Brava terminaron con exhortaciones de la audiencia en contra de los techies: primero, la obra sobre Alex Nieto, la cual disfruté inmensamente y cuyo caso es un ejemplo horrible de la policía que recurre a estereotipos y llega a conclusiones anticipadas, en lugar de pensar en salvar vidas. Al final de esta producción el director y productor subió al escenario y declaró que el asesinato de Alex Nieto fue resultado “directo” de la invasión de la Misión por techies. En segundo lugar, anoche, nuevamente en el teatro Brava, Marga Gómez concluyó su actuación pidiendo a la audiencia que se uniera a un “Fuck them!”, refiriéndose a los techies.

Sé que esto hace bien al buen teatro, y genera vínculos con la audiencia, pero nuevamente, veo esto como peligroso. Después de asistir dos fines de semana consecutivos al Brava, sentí que debía escribir a alguien.

Con preocupación,

‘Juanita’ K