Multitudes protestan el 6 de agosto conmemorando el primer aniversario de la explosión e incendio de la refinería de Chevron. Crows protested on August 6th to commemorate the first anniversary of the explosion and fire at the Chevron refinery. Photo Ian Umeda, www.earthisland.org

El 6 de agosto marca el primer aniversario de la explosión de la refinería Chevron en Richmond, California, que dejó 15.000 personas hospitalizadas por problemas respiratorios.

Organizados en una alianza de trabajo e interés público, indígenas y grupos en pro de la justicia climática, reunieron a aproximadamente 2.800 manifestantes que marcharon el 3 de agosto desde la estación del BART de la ciudad hasta la refinería Chevron, exigiendo que esta compañía de petróleo deje de procesar arena de alquitrán y aborde las preocupaciones de los residentes respecto a la contaminación y seguridad de la planta.

En un acto organizado de protesta civil, los manifestantes portando brazaletes blancos se sentaron frente a las puertas de la refinería. 208 de ellos fueron arrestados, citados por violación a propiedad privada y más tarde, puestos en libertad.

“La comunidad de Richmond está sufriendo a diario el incremento en el riesgo de cáncer, así como en tasas muy altas de asma… Es duro ver a pacientes con dificultades respiratorias porque una compañía con recursos como los de Chevron elija deliberadamente no hacer nada para que esa planta sea segura”, dijo Katy Romer, una enfermera de Oakland, mientras marchaba hacia la refinería junto con un grupo de colegas de la Unión Nacional de Enfermeras.

Las instalaciones de 2.900 acres de la empresa en Richmond es la tercera refinería de petróleo más grande de California, procesando diariamente 240.000 barriles de crudo. Durante años, grupos como Comunidades por un Medioambiente Mejor y la Coalición de Tóxico del Condado Oeste se han quejado de que Chevron no ha hecho nada para responder a las preocupaciones sobre la contaminación de la zona.

“La refinería Chevron Richmond es el mayor productor de gases de efecto invernadero en California”, dice Andrés Soto de Comunidades por un Medioambiente Mejor. “Estos gases viajan sobre el Estrecho de Carquinez y hasta el Valle Central, el cual está contaminado intensamente.
Para muchos, la aparente indiferencia por parte de Chevron hacia los habitantes de Richmond, mayoritariamente gente de color y en precarias condiciones económicas, se debe al racismo medioambiental.

“Chevron no ha sido bueno con la comunidad”, dijo el residente jubilado de Richmond Lipo Chathanasak, de la etnia Laosiana de Khmu y un miembro de la Red de Medioambiente del Pacífico Asiático quien vive a un cuarto de milla de la refinería.

“Mi primera queja es la contaminación, luego, la avaricia”, dijo, “A ellos sólo les importa el dinero… Pero hoy estamos aquí para decirles que sus beneficios económicos nos están matando y que tienen que parar”.

El día previo a la manifestación, la Ciudad de Richmond archivó una demanda contra Chevron buscando compensación para la ciudad y sus habitantes. La demanda establece que la fuga de las tuberías que condujo a la explosión fue “una continuación de los años de negligencia, supervisión laxa e indiferencia corporativa de la inspecciones de seguridad necesarias”.

En respuesta Chevron considera esta demanda “una pérdida de los recursos de la ciudad y un ejemplo más de su fallido liderazgo”, es una forma de medir lo agrio que están siendo las relaciones entre la compañía y la ciudad.

“Lo que Chevron dice que está haciendo y lo que realmente hace no es lo mismo”, declaró el alcalde de Richmond Gayle McLaughin, quien participó en la protesta.

“Nos dijeron que están construyendo un refinería más segura, que no están contaminando, y aún así estos incidentes pasan una y otra vez. Durante los últimos 20 años más de una docena de incidentes como el anterior han pasado en esta ciudad, en esta refinería. Eso es inaceptable”.

Algunos de los manifestantes llevaban consigo copias de artículos de periódicos de gobiernos ecuatorianos del sábado por la mañana: “En la lucha contra Chevron, el pueblo de Ecuador y el pueblo de Richmond pueden desplegar la más devastadora arma jamás inventada. La Verdad”, se leía en el artículo, como mensaje de solidaridad desde una nación de sufrimiento a otra.

Encontrará una versión más extensa en www.earthisland.org

—Traducción Yolanda Soler