[FOTO: El 15 de agosto de 2022, más de dos mil médicos de salud mental iniciaron huelgas en varias instalaciones de Kaiser en el norte de California y el Valle Central, incluido el Centro Médico de San Francisco. Los huelguistas exigen se tomen medidas para abordar las condiciones de falta de personal y exceso de carga laboral, que afectan negativamente a sus pacientes. Foto por Jeremy Word]

Mara Cavallaro es miembro de Report for America y reporta para El Tecolote sobre la salud mental y la desigualdad en la atención médica en la comunidad Latinx.

El lunes 15 de agosto, más de dos mil médicos de salud mental de Kaiser se declararon en huelga en el norte de California y el Valle Central y con ello exigir las condiciones laborales necesarias para brindar una atención adecuada. Según los terapeutas, el departamento de salud mental de Kaiser no tiene suficiente personal, los empleados están sobrecargados de trabajo y los pacientes, incluidos los de alto riesgo, tienen que esperar meses para su cita.

Afuera del Centro Médico de San Francisco de la calle Geary, el primer día de la huelga, se podía escuchar a un centenar de huelguistas a una cuadra de distancia. “¡Cuidado de la salud, no el bienestar corporativo! ¡La atención retrasada es atención denegada! ¡Los trabajadores unidos jamás serán divididos!”. Estas proclamas están memorizadas; muchos ya las han dicho antes. En los últimos cuatro años, los médicos de salud mental de Kaiser al norte de California se han ido a huelga en seis ocasiones.

La semana pasada, los médicos aceptaron la oferta salarial de Kaiser, pero la Organización para el cuidado de la salud (HMO, por sus siglas en inglés) rechazó las demandas del equipo de negociación de aumentar el personal y reducir los tiempos de espera para las citas, según el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (NUHW, también por sus siglas en inglés). La huelga, el “último recurso” del sindicato, se produjo tras 13 meses de negociación. “Estaba embarazada cuando empezamos… Mi bebé cumplió un año”, dijo Marcucci-Morris, psiquiatra de adultos en Oakland, en su discurso al mediodía.

Ilana Marcucci-Morris, psiquiatra de adultos en Oakland, describió la huelga como último recurso y sólo ocurrió después de 13 meses de negociaciones: “Estaba embarazada cuando empezamos… Mi bebé ya cumplió un año”. Foto: Jeremy Word

Solo este año, 668 terapeutas se han ido de Kaiser, el doble de la tasa del año anterior, cuando se fueron 335 médicos. Una abrumadora mayoría de estos proveedores al ser encuestados por el sindicato (85 por ciento) dijeron haber optado por irse por la insostenible carga laboral. El 76 por ciento describió que no podía «tratar a los pacientes de acuerdo con los estándares de atención y la necesidad médica». Kaiser emplea solo un médico de salud mental de tiempo completo por cada 2600 miembros de Kaiser en el norte de California, según el NUHW.

El 15 de agosto de 2022, más de dos mil médicos de salud mental iniciaron huelgas en varias instalaciones de Kaiser en el norte de California y el Valle Central, incluido el Centro Médico de San Francisco. Los huelguistas exigen se tomen medidas para abordar las condiciones de falta de personal y exceso de carga laboral, que afectan negativamente a sus pacientes. Foto: Jeremy Word

“La atención retrasada es atención denegada”

A pesar de la vigencia de la SB 221, una ley que entró en vigor en julio, la cual requiere atención de salud mental oportuna, los pacientes de Kaiser constantemente tienen que esperar hasta meses para su cita. Según Luz Maria Daley, psicóloga del Departamento de Salud de la Mujer de Kaiser en Modesto, el retraso en el seguimiento de los pacientes puede ser de seis a doce semanas: «Cuando estoy… tratando de transferir a un paciente a un nivel superior de atención, hay tantos obstáculos que tengo que atravesar para que la administración encuentre a alguien que lo atienda en un tiempo antes de tres meses a partir de ahora», dijo en entrevista para El Tecolote. “Estamos hablando de mujeres con depresión posparto, o que están en riesgo de suicidio y no puedo hacer que nadie las atienda”.

Cuando Julia Gitis tuvo a su primer bebé, en abril de 2018, luchó contra la depresión posparto. Ella recuerda no haber experimentado nada de lo que le habían enseñado a esperar de la maternidad: “[iba] a ser tan hermoso, va a ser tan maravilloso, voy a ser una madre nata, mi bebé va a dormir en mis brazos y vamos a acurrucarnos. Nada de eso sucede cuando tienes un bebé con cólicos y nada de eso sucede cuando tienes depresión posparto… no había nada hermoso en eso». Recordó que ninguna de las clases para padres que tomó en Kaiser en San Francisco hablaba sobre la depresión posparto. Ella no estaba preparada.

Gitis expresó que tenía problemas con su obstetra y ginecólogo, pero no consiguió una cita con un psicólogo hasta octubre, seis meses después del parto. “Obtuve mucho valor”, dijo, y quería volver. Pero «básicamente no era una opción en absoluto». En cambio, dijo que le preguntaron si quería regresar en “cuatro a seis meses”.

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En febrero de este año, Cynthia Valencia, una estudiante de posgrado en psicología de la UC Berkeley, trató de ver a un terapeuta a través de Kaiser. En ese momento, estaba pasando por tratamientos de infertilidad que «le causaban mucha depresión y ansiedad», recordó, y quería un terapeuta al que pudiera ver a largo plazo.

Después de hacer una evaluación que demostró que calificaba para recibir atención, pidió en Kaiser de Bakersfield poder ver  a una terapeuta mujer de color. “Recuerdo que dijeron, ‘no tenemos ninguna’”, dijo a El Tecolote. Así que pidió que la remitieran fuera de Kaiser y, unos días después, una terapeuta blanca se puso en contacto con ella: “Fui tan específica sobre lo que quería y aun así me refirieron a ella… Estoy ansiosa, estoy abrumada, no tengo tiempo para esto. Debería ser fácil y debería ser un proceso sencillo para [Kaiser] encontrarme a alguien. Y no lo hicieron”.

Anjahni Davi, terapeuta matrimonial y familiar de Kaiser, se une a la protesta en el Centro Médico de San Francisco de Kaiser el 15 de agosto de 2022. Los médicos de salud mental en huelga exigen mejoras en las medidas para las condiciones de falta de personal y exceso de trabajo, que afectan negativamente a sus pacientes. Foto: Jeremy Word

Valencia abandonó su búsqueda. “Nunca recibí atención a través de [Kaiser]. He estado sin terapia desde entonces. Me hizo retroceder significativamente con mi disertación hasta el punto en que tengo que hacer otro semestre. Y realmente siento que si hubiera obtenido el apoyo mental que necesitaba… tal vez podría haber encontrado una manera de manejar mis emociones».

Atención al idioma español

Para los pacientes con dominio limitado del inglés, los tiempos de espera para las citas de terapia pueden ser aún más largos. Cuando Daley comenzó a trabajar para Kaiser, en la clínica de Stockton, recuerda que había alrededor de seis o siete proveedores que hablaban español. Cuando se fue, solo había uno en el equipo de adultos y otro en el equipo juvenil. “La mayor parte de mi carga de casos tuvo que ser transferida al médico restante de habla hispana, y ella ya tenía más de una carga completa de casos. Entonces, para que [los hispanohablantes] sean atendidos, lleva mucho más tiempo… ser atendidos inicialmente [y para los seguimientos]”, dijo.

Jeffery Chen-Harding, trabajador social clínico en el departamento de psiquiatría de Kaiser en San Francisco, aprobó el examen que lo registró como médico bilingüe en 2017. También recuerda unirse a un grupo de unos seis médicos de habla hispana. Pero “en los últimos cinco años, todos se han ido excepto [tres] de nosotros”, dijo. Y la gente no está siendo reemplazada.

El diciembre pasado, Kaiser eliminó el grupo La Clínica de San Francisco, una reunión semanal de terapia en español para unas 4 a 8 personas que había existido durante casi 10 años. “Solíamos tener un conjunto increíble de servicios para que la gente entrara y fuera escuchada y valorada… y eso ya no existe. No tiene que desaparecer”, señaló Chen-Harding.

Él era quien tenía que dar la noticia a los pacientes de su grupo, y se puso emocional al recordar el momento. “Hay personas que ya se han separado de su país, su cultura y sus familias y luego les estás quitando esta otra fuente de apoyo”, dijo sobre la decisión de Kaiser. El año pasado, Kaiser reportó una ganancia neta de 8.1 billones de dólares.

En total, se estima que el 36 por ciento de los hispanohablantes en San Francisco (32,452 personas) tienen dominio limitado del inglés, según las cifras del censo de 2015-2019. Los datos también demuestran que los adultos latinxs encuestados tenían más probabilidades de reportar síntomas de depresión que sus contrapartes blancos. En un momento en que la demanda de servicios en español es palpable y va aumentando, recortar los programas en español y no contratar ni apoyar a proveedores bilingües marca un desprecio institucional por la salud y el bienestar de las comunidades latinxs. “No poder retener a más médicos de habla hispana en Kaiser es algo que se puede y debe abordarse. Y no están haciendo nada al respecto”, dijo Daley.

El 15 de agosto de 2022, más de dos mil médicos de salud mental iniciaron huelgas en varias instalaciones de Kaiser en el norte de California y el Valle Central, incluido el Centro Médico de San Francisco. Los huelguistas exigen se tomen medidas para abordar las condiciones de falta de personal y exceso de carga laboral, que afectan negativamente a sus pacientes. Foto: Jeremy Word

Médicos latinxs y bilingües Bilingual Clinicians

San Francisco y el Valle Central están lejos de ser los únicos en su ‘escasez’ de terapeutas bilingües (la escasez se incluye entre comillas aquí porque hay médicos bilingües listos para brindar atención; instituciones como Kaiser simplemente no los retienen o los reemplazan constantemente cuando se van). Para 2028, se prevé que California tenga un déficit del 41% de psiquiatras, independientemente del idioma, según un estudio de la UCSF. A nivel nacional, solo el siete por ciento de los psicólogos con licencia en todo el país son latinos, y solo el 5.5 por ciento puede brindar servicios en español, según la Asociación Estadounidense de Psicología.

En Kaiser, a los proveedores bilingües como Daley y Chen-Harding se les paga solo un dólar extra por hora por sus habilidades. “Esto es [una] broma”, dijo Daley. “Hemos estado luchando… Kaiser se ha negado a pasar de un dólar por hora”.
Sin embargo, para Daley, el pago diferencial no es la mayor fuente de frustración. A menudo, dijo, la gerencia de Kaiser le pregunta por qué sigue atendiendo a un paciente. “Esa es la parte que es muy difícil, especialmente como mujer latina: que mi juicio clínico sea cuestionado. Sé lo que estoy haciendo, y que la gerencia de Kaiser me diga lo contrario es irrespetuoso y muy desmoralizador. Como latinas, eso es parte del por qué muchas nos hemos ido”, comentó para El Tecolote. “He estado trabajando desde que tenía 14 años, y nunca he trabajado en ningún lugar donde me sintiera tan irrespetada como en Kaiser”.

Interpretación de la salud mental

Cuando los pacientes son atendidos por terapeutas que no hablan su idioma, Kaiser emplea intérpretes médicos que brindan servicios de traducción, generalmente por teléfono. Esto significa que la comunicación toma más tiempo, pero según Daley, quien está en el equipo de negociación, Kaiser se ha negado a extender la duración de las citas para los pacientes que usan intérpretes.

Kaiser suele utilizar la interpretación telefónica porque es más económica que la interpretación por video y en persona, pero los intérpretes por teléfono no pueden ver a los pacientes, leer su lenguaje corporal ni captar los rasgos culturales. El resultado es un intercambio a menudo forzado y apresurado en el que los pacientes son efectivamente penalizados por no hablar inglés. «El dicho ‘se pierde en la traducción’– se pierde más cuando estás tratando de hacer psicoterapia», dijo Daley.

Según Bettina Iantorno, intérprete médica independiente en San Francisco, “La interpretación por teléfono… realmente no funciona porque muchas veces la conexión no es buena, no puedes ver al médico, no puedes ver al paciente, es muy complicado. Y aunque la interpretación por video es mejor que por teléfono, “no es como estar en persona”.

Nueva huelga, mismo problema

Willow Thorsen, una trabajadora social que comenzó en Kaiser en Santa Rosa hace 15 años, dijo que las negociaciones actuales son “la misma conversación que teníamos cuando comencé”. Hace ocho años, en 2014, Sal Rosselli, presidente del NUHW, escribió una declaración sobre la crisis de salud mental de Kaiser. “La falta de personal ha obligado a los pacientes a soportar largas e ilegales esperas para las citas, y estos retrasos a veces han tenido resultados trágicos para los pacientes e incluso han llevado a suicidios”, se lee. La carta bien podría haber sido escrita la semana pasada.

Willow Thorsen, una trabajadora social que comenzó en Kaiser en Santa Rosa hace 15 años, dijo que las negociaciones que ocurren ahora son “la misma conversación que teníamos cuando comencé”. Willow Thorsen, a social worker who started at Kaiser in Santa Rosa 15 years ago, said the negotiations happening now are “the [same] conversation we were having when I started.” Photo: Jeremy Word

“Quiero ser muy optimista, pero cuando observas la longevidad de este problema y la cantidad de demandas que ha tenido Kaiser, la cantidad de veces que han sido investigados… A menudo me pregunto qué tan probable es que ocurra un cambio significativo”, Chen- Dijo Harding.

Pero esta huelga es diferente, por varias razones: es la primera huelga abierta de Kaiser, lo que significa que no tiene fecha de finalización establecida. También es la primera desde que entró en vigor la SB 221, y el Departamento de Salud Mental ya ha expresado su preocupación por las supuestas cancelaciones ilegales de citas por parte de Kaiser durante la huelga. El presidente del Senado estatal Toni Atkins, el presidente de la Asamblea Anthony Rendon y la vicegobernadora Eleni Kounalakis han expresado su apoyo a la huelga. Y está sucediendo durante un aumento de la organización laboral y el poder sindical en todo el país y en todos los sectores.

“Cuando los funcionarios de Kaiser miren por la ventana… verán a muchas personas que nunca se darán por vencidas hasta que veamos un compromiso real… para priorizar la atención de la salud mental”, dijo Natalie Rogers, terapeuta de Santa Rosa, al NUHW. “Es hora de que Kaiser deje de llenarse los bolsillos y comience a brindar atención que ayude a los pacientes a mejorar”.