[por Chuy Varela; En foto: Pablo Milanés, ícono de la música cubana, en Plaza Mayor, Medellín, Colombia, el 1 de octubre de 2015. Foto por David Estrada Larrañeta /FNPI]

El fallecimiento del trovador cubano Pablo Milanés, el martes 22 de noviembre, a los 79 años de edad, dejó una «profunda tristeza», como expresó el cantautor cubano Carlos Varela el día de su muerte. «Su obra y su hermosa e inimitable voz quedarán tatuadas para siempre en mi corazón, en mi alma y en la de numerosas generaciones». 

Pablito, como era ampliamente conocido por el pueblo cubano, fue una figura icónica a nivel internacional, que cofundó la Nueva Trova cubana junto con Silvio Rodríguez, Noel Nicolla y otros. Fue un movimiento de la nueva canción que habló a una generación no sólo en Cuba sino en todo el mundo de habla hispana sobre la resistencia, la lucha contra la opresión, la concienciación social y el amor.

«Pablo Milanés es uno de los más grandes artistas cubanos de todos los tiempos», escribe Pablo Menéndez (el emblemático guitarrista y líder de la banda Mezcla, y amigo de Milanés), desde La Habana, Cuba. «Fue un puente entre estilos [musicales] anteriores y uno de los principales creadores de la Nueva Trova. También tendió un puente entre los géneros del son, el jazz, el filin [sentimiento], la trova, el rock y la música afrocubana. Sus canciones forman parte de la banda sonora de generaciones de cubanos».  

Nacido en Bayamo, Cuba, el 24 de febrero de 1943, tenía seis años cuando su familia se trasladó a La Habana en la década de 1950. Pablo comenzó sus estudios musicales formales en el prestigioso Conservatorio Municipal, pero siempre dijo que lo que más aprendió fue a cantar en la calle y en los clubes nocturnos. Comenzó a actuar a los 15 años y se consideraba un bohemio que se codeaba con músicos y cantantes que cantaban los boleros de jazz calificados como «Filin» (sentimiento).     

Sin pelos en la lengua, Milanés fue encarcelado en 1965 por criticar el régimen cubano de Fidel Castro y fue enviado a hacer el servicio militar en un campo de trabajo para antisociales. Escapó y fue encarcelado de nuevo antes de encontrar su lugar en las artes. En 1969, Milanés y Silvio Rodríguez formaron el pionero Grupo de Experimentación Sonora del Icaic y dieron paso a la Nueva Trova, considerada la música no oficial de la Revolución Cubana. Dio vida a un nuevo lenguaje musical de expresión poética y diversas influencias musicales.

El ícono de la música cubana, Pablo Milanés, en su actuación en el San Francisco Davies Symphony Hall en agosto de 1987. Milanés falleció el 22 de noviembre en Madrid, España, a la edad de 79 años. Photo: Victoria Sanchez de Alba/El Tecolote archives. 

Con temas de amor y conciencia social, tocaron una fibra que hablaba de las condiciones de opresión en todo México, Latinoamérica y el mundo, y fueron considerados los embajadores culturales de Fidel Castro. Pablo Menéndez era un adolescente cuando se unió al pionero Grupo de Experimentación Sonora y recuerda el impacto que tuvo el grupo.

«Durante muchos años, en la década de los 70, las canciones de Pablo formaron parte de la música cubana que se transmitía clandestinamente entre los jóvenes en España durante la dictadura fascista de Franco, así como en Argentina, mientras estaba bajo la junta militar. Cuando murió el dictador Franco en España, formé parte de una gira en España con el Grupo de Experimentación Sonora con Pablo como uno de los cantantes principales que terminó con un concierto en Madrid con las entradas totalmente agotadas, y unas dos mil personas afuera luchando con la policía antidisturbios».   

Llenando auditorios y estadios en Latinoamérica y Europa, la Nueva Trova Cubana captó el oído de las compañías discográficas transnacionales. En 1973, Pablo Milanés realizó sus primeras grabaciones y canciones como su pieza icónica, ‘Yolanda’ y ‘Yo me quedo’, se convirtieron en himnos para sus legiones de fans. Pero su espíritu revolucionario y su creatividad fueron más allá de sus propios versos.

«[Pablo] tenía un talento brillante para poner música a poemas como los versos de José Martí, el diario de Ho Chi Minh, y escribir grandes canciones para Ho Chi Minh y Angela Davis», añade Menéndez. Recuerdo su ‘Canción por la Unidad Latinoamericana’, y su canción sobre la dictadura de Pinochet en Chile, [así como] ‘Yo pisaré las calles nuevamente’, tanto como sus más famosas canciones de amor».

«El éxito de Silvio y Pablo es el éxito de la revolución», proclamó Fidel Castro en 1982 en una recepción celebrada en honor de Rodríguez y Milanés y de la Nueva Trova Cubana que fundaron. Aunque Milanés se mantuvo fiel a la Revolución Cubana, utilizó su condición de celebridad para impulsar reformas sociales.

Se calcula que Pablo Milanés lanzó más de 40 álbumes en solitario y numerosas colaboraciones en todo el mundo en sus cinco décadas de carrera. Ganó dos premios Grammy Latino en 2006 por su álbum ‘Como un campo de maíz» y por ‘AM/PM, Líneas Paralelas’, una colaboración con el cantante de salsa puertorriqueño Andy Montanez.

También ha recibido numerosas distinciones cubanas, como la medalla Alejo Carpentier en 1982 y el Premio Nacional de Música en 2005, y la medalla Haydee Santamaría de la Casa de las Américas en 2007 por su contribución a la cultura latinoamericana.

Pablito se trasladó a España en 2004, donde vivía con su mujer y sus dos hijos. Estuvo casado cinco veces y le sobreviven su esposa, Nancy Pérez, y sus hijos, Rosa Parks Milanés Pérez y Pablo; sus hijas Lynn Milanés Benet y Liam Milanés Benet, ambas con su segunda esposa, Yolanda Benet; sus hijos, Mauricio Blanco Álvarez, Fabien Pisani Álvarez y Haydée Milanés Álvarez, con su tercera esposa, Zoe Álvarez; y su hijo Antonio, con su cuarta esposa, Sandra Pérez. Otra hija con la señora Benet, Suylén Milanés, falleció en enero.

No es un extraño en San Francisco, Milanés actuó por última vez en el Teatro del Palacio de Bellas Artes el 16 de octubre de 2021. Dio su último concierto en La Habana, Cuba, el 21 de junio de 2022 ante más de 10 mil personas. «Su multitudinario concierto en La Habana de este año fue una despedida de lo que él calificó, como su mejor público, el pueblo de Cuba», concluye Menéndez.