Amat Escalante, director mexicano de cine, de formación autodidacta, creció en Guanajuato, México y en Los Ángeles, California. El año pasado recibió el Premio al Mejor Director en Cannes, así como lo hicieron en su momento Luis Buñuel, Alejandro González Iñárritu y Carlos Reygadas.

Heli pone énfasis en los jóvenes mexicanos. ¿Qué te inspiró a realizar esta película?

Amat Escalante

Heli hace hincapié en los jóvenes de México porque son el futuro del país, representan la esperanza. De ahí es donde surgió parte de la inspiración para hacer este largometraje.

Me concentré en la juventud mexicana, una población que en el estado de Guanajuato y otras partes de México está creciendo rápidamente. Muchos de ellos están teniendo bebés a los 12 o 13 años de edad y sus vidas cambian drásticamente.

Estos bebés crecerán algún día y, en la mayoría de los casos, no tendrán una persona que los guíe, alguien que les pueda enseñar adecuadamente lo que es correcto o incorrecto, lo que es bueno o malo.

Nos quedamos sorprendidos cuando vemos jóvenes decapitando a personas o colgando cadáveres torturados en puentes. Esto es lo que acontece en México. Estaba examinando las razones por las que una persona puede brutalmente matar a otra.

Ha habido miles de homicidios causados por la guerra contra las drogas en México, homicidios en los que están involucrados muchos jóvenes. Quería ver por qué o al menos intentar entender esta situación en Heli.

¿Cuál es tu percepción sobre la situación social, política y cultural de México?

Cuando se le pidió al co-productor de Heli, Carlos Reygadas, que escribiera algunas palabras sobre la película, escribió que ésta mostraba a México como un país hermoso a menos que te toque la mala suerte. Y así es como es.

Uno vive en México sabiendo que estos problemas existen. Si no te ves directamente afectado por la violencia y la corrupción, alguien seguramente está sufriendo a causa de ellas.

En México, mucha gente vive muy bien mientras otros viven en las peores condiciones posibles. A pesar de estas problemáticas sociales, México es un país bastante dinámico y cinemático.

Estas realidades contrastantes hacen de México un escenario perfecto para desarrollar el drama que encontramos en producciones culturales contemporáneas. En el cine o la literatura, este contraste genera una dinámica interesante que permite, a directores y escritores, decir mucho sobre los que ocurre en nuestro país.

En Heli, optaste por usar actores no profesionales. ¿Podrías describir lo que fue este proceso y los desafíos que enfrentaste?

Para el casting, buscamos actores profesionales y no profesionales. Junto con mi hermano Martín, organizamos el casting. Vimos más de 3.000 individuos entre la ciudad de México y la de Guanajuato. El actor protagonista, Armando Espitia, lo encontramos en una escuela de actuación en la ciudad de México.

En México, se corre un riesgo al usar actores no profesionales en películas, ya que su perfil es muy diferente a lo que la mayoría del público está acostumbrado a ver en la industria de las telenovelas. El típico aficionado al cine ve la actuación de actores no profesionales como algo extraño o la repudian porque no están acostumbrados. Para mí, los actores no profesionales o semiprofesionales reflejan algo más humano, algo más auténtico en mis películas.

La representación gráfica de la violencia en Heli ha tenido una recepción dividida por parte de la crítica y el público. ¿Qué intentas lograr a través de estas crudas imágenes?

Creo que el cine debe apostar por representar lo que está tradicionalmente prohibido en las películas comerciales. Por eso, muchas personas rechazan este tipo de películas, ésta en particular.

Cuando se exhibió Heli en Cannes, un sector de la prensa me preguntó: ‘¿Cuál es el punto de mostrar la tortura de una manera tan gráfica?’

Estoy tratando de experimentar con la siguiente pregunta: ¿Qué tan lejos se puede llegar al mostrar estas imágenes a la misma vez que se mantiene algo de la estructura comercial para que el público pueda ver una buena película?

Todos los días, vemos imágenes de personas ahorcadas u otras atrocidades en los diarios mexicanos, pero estas imágenes no lo dicen todo. Sentí que algo faltaba, algo que no se exploraba o se contaba.

En Heli, intenté ir más allá de mostrar simplemente las imágenes de la violencia cotidiana como muchos mexicanos las ven en los medios de comunicación y, más bien, traté de desarrollar los contextos, las historias detrás de estas imágenes.

¿Cómo piensas que el público en los Estados Unidos recibirá a Heli?

Diseñé la película para entretener, conmover y hacer saltar a la gente. Quería crear una montaña rusa de emociones en la película, que la gente no se olvidará tan fácilmente de Heli.

En México, donde la gente entiende bien las problemáticas representadas en la película, Heli tuvo una buena concurrencia.

En los EEUU, el público va entender la película también porque la gente sabe sobre la participación y responsabilidad de este país en la proliferación de la violencia derivada de la llamada guerra contra las drogas [en México].

Lea nuestra entrevista con el director de «Heli» Amat Escalante aquí