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Rosario Anaya, directora ejecutiva de la Escuela de Idioma y Vocación de la Misión (MLVS), murió de cáncer pulmonar la mañana del miércoles 5 de agosto de 2015, a la edad de setenta años. Durante su prolongado desempeño como directora de esa institución, durante 42 años, miles de inmigrantes hispanos obtuvieron las habilidades vocacionales para competir en la fuerza laboral.

Nacida en el 7 de octubre de 1944 en Cochabamba, Bolivia, Anaya llegó a los EEUU a principios de la década de 1960. Obtuvo su licenciatura en administración pública y su maestria en asesoramiento y psicología en la Universidad de San Francisco.

En pocos años, Anaya se estableció en la comunidad latina, dedicando su vida a luchar por la justicia social para los desposeídos.
A fines de esa década, se involucró con la Organización de la Coalición para la Misión, una red multirracial de agencias comunitarias e individuos que demandaban trabajo, vivienda y reforma educativa.

En 1973, se convirtio en la directora ejecutiva de MLVS, agencia sin fines de lucro que provee clases de inglés como segundo idioma (ESL), así como entrenamiento vocacional y de computación.

“La recuerdo diciendo ‘Siempre hay una forma de lograrlo’. Ella nunca se dio por vencida. Siempre estaba luchando por nosotros los latinos”, dijo Elsy Tadeo, que entró a uno de los programas de entrenamiento de MLVS en 1972. “Ella era una persona amable que le importaba mucho ayudar a la gente”.

Daniel Brajkovich,el director provisional de MLVS, conoció a Anaya a fines de la década de 1990, cuando él entró como gerente del programa de la escuela.

“Lo que motivaba a Rosario era su sentido de comunidad. Aún en este panorama político complejo, continuó luchando para las comunidades marginadas”, dijo Brajkovich. “Mi imagen perdurable de ella es siendo noble, imparcial y justa. La justicia irradiaba de ella”.

Entre sus muchos logros en MLVS, está la compra de la instalación de 50,000 pies cuadrados en las calles 19 y Florida, y la red de conexiones con la industria privada, que continúa apoyando la fuente de carreras para los 300 estudiantes que anualmente se gradúan. Brajkovich dijo que la perspectiva visionaria de Anaya era evidente con la conceptualización y establecimiento de la exitosa Academia Culinaria de la Cocina Latina de la escuela, que provee trabajadores inmigrantes con opciones de crecimiento dentro de la industria alimenticia.

Aunque MLVS era el foco de atención de su trabajo diario, su compromiso con la comunidad latina se extendía más allá de las paredes de la escuela, para la década de 1980, Anaya se habia transformado en fuente de apoyo invaluable para una variedad de campañas.

Eva Royale, directora del desfile y festival César E. Chávez que se organiza en la ciudad, recuerda un historial larga de colaboración con Anaya, que comenzó en esa década de 1980, con el Proyecto de Registro y Educación de Votantes Latinos de San Francisco, para el cual Anaya registró votantes, recorrió distritos electorales y reclutó voluntarios. Anaya también era participante activa en la Coalición Arcoiris de Jesse Jackson y Latinos para Jackson en sus campañas presidenciales de 1984 y 1988.

Royale dijo que Anaya era una seguidora de toda la vida del sindicato United Farm Workers (UFW). Su apoyo incluía: la organización de caravanas de comida de San Francisco hasta las oficinas centrales de la UFW en Delano; la demanda de justicia para la cofundadora de la UFW, Dolores Huerta cuando fue seriamente herida en 1988 por un policía de San Francisco durante una manifestación contra George H.W. Bush; su participación en la campaña para renombrar la calle Army en honor de César Chávez; y su apoyo para crear el desfile y festival César E. Chávez, que ya lleva quince años celebrándose. Además, Anaya hizo de MLVS el anfitrión regular del Desayuno Laboral César E. Chávez.

“Rosario Anaya era una inspiración y una verdadera líder comunitaria. Ella era honesta y trabajadora”, dijo Royale. “Me siento realmente bendecida de haber conocido y trabajado por Rosario Anaya, ella era mi amiga y inspiración”.

La niñez fue otro enfoque de Anaya, que fue nombrada por el difunto alcalde George Moscone para el Comite de Educación de San Francisco a fines de la década de 1970. En 1978, se postuló para un periodo de cuatro años, no solamente obtuvo el número más alto de votos sino también fue la primera latina electa a un puesto de alto cargo de la ciudad. Se postuló nuevamente y con éxito en 1982 y 1986, fungiendo como presidenta del Comité escolar en dos ocasiones.

Las últimas cuatro décadas, Anaya ha sido parte de varios consejos, comités y comisiones incluyendo New American Media y la Comisión de Desarrollo de San Francisco. A pesar de todos sus logros, esta guerrera feroz para los menos afortunados era una persona humilde.

“Quienes tuvimos la suficiente suerte de conocer a Rosario, siempre recordaremos su clase perdurable, la dignidad con la cual luchó, y su defensa imparable y sin remordimientos de las poblaciones más desprotegidas del Área de la Bahía”, dijo la MLVS en un comunicado.

Además de un servicio familiar privado, el comité de directores de MLVS está trabajando en un homenaje público para honrar el trabajo y la vida de Anaya.

La familia de Anaya ha formado el Fondo de Becas para Latinos y Latinas en la Misión en su honor. Pueden enviarse cheques a MLVS, en el 2929 de la calle 19, San Francisco, CA 94110.