El proyecto de ley para Empleadas Domésticas de California refrendado por el gobernador Jerry Brown el 26 de septiembre da a las amas de casa, niñeras y cuidadoras de ancianos o personas con discapacidad, el derecho a percibir horas extra.

Antes de la aprobación de esta ley, la Comisión de Bienestar Industrial de California (IWC, en sus siglas en inglés) consideraba los cuidados realizados por individuos “como una fuente de actividad gratificante” y “sólo como ingreso suplementario”, excluyendo a los empleados domésticos de recibir el pago de horas extra —un derecho fundamental para cualquier empleado.

La Declaración de Derechos (AB 241) da derecho a los trabajadores domésticos a percibir la remuneración por horas extra de la siguiente manera: una vez y media la cantidad normal que cobra el empleado por todas las horas trabajadas que sobrepasen las nueve horas en un día de trabajo, así como por todas las horas trabajadas por encima de las 45 horas semanales de trabajo. Por ejemplo: si el empleado normalmente gana $ 15 por hora, las horas extra trabajadas deberán pagársele a razón de $ 22.50 por hora.

María Distancia es miembro de Mujeres Unidas y Activas (MUA), un grupo de defensa de las trabajadoras domésticas de la Misión, que impulsó el proyecto de ley. Distancia, trabaja para brindar cuidados a una anciana con Alzheimer.

“Ya no tenemos miedo, y cuando las familias nos piden trabajar más horas, ahora tenemos derechos”, dijo Distancia. “Estamos unidas, más protegidas y con menos miedo a ser deportadas. Y ahora podemos continuar la lucha por más derechos como empleadas domésticas e inmigrantes”.

Los asistentes personales excluidos de la nueva ley son los que prestan servicios domésticos a través del Servicio de Apoyo del Hogar (IHSS, en sus siglas en inglés) y el Departamento de Servicios de Desarrollo de conformidad con la Ley Lanterman de Servicios de Desarrollo de Discapacidad (DDS, también por sus siglas en inglés), los parientes familiares cercanos del empleador, las niñeras menores de 18 años y las niñeras ocasionales.

Según Andrea Lee, Co-Directora de Administración y Desarrollo de MUA, cada semana más de 150 inmigrantes latinas llegan a su oficina buscando apoyo y asesoramiento sobre casos de abusos terribles, tales como verse obligadas a limpiar casas llenas de basura y ratones, sufrir el acoso sexual y de palabra de su empleador, verse obligadas a dormir en el piso de la habitación del niño, que no les paguen nada de nada, que les paguen con cheques sin fondos o que les paguen mucho menos de lo estipulado.

Muchas trabajadoras domésticas tienen miedo de hablar de sus malas condiciones de trabajo debido a su estatus migratorio.

Los activistas creen que la ley de Derechos de las Empleadas Domésticas de California es un paso importante en el desarrollo de las trabajadoras y, en especial, los derechos de los inmigrantes, ya que las empleadas domésticas son principalmente mujeres inmigrantes.

Independientemente de la condición migratoria, en caso de duda, el empleado debe buscar la ayuda de un profesional.

Liliana Gallelli es una abogada especializada en derecho migratorio en San Francisco.

—Traducción Emilio Ramón