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Cientos se reunieron en el Aeropuerto Internacional de San Francisco (SFO) el 23 de abril para protestar por la deportación y presunta tortura del activista pro derechos humanos, el filipino Jerome Aba.

El activista filipino Jerome Aba fue detenido en el SFO y deportado a pesar de contar con una visa de los EEUU por 10 años. Cortesía: United Methodist Insight

Aba, quien ha reportado los abusos a los derechos humanos en la ciudad de Marawi, en las islas Filipinas (la cual soportó una campaña de bombardeos durante varios meses por el gobierno filipino en nombre de la lucha contra ISIS), estaba listo para dar una una conferencia interreligiosa llamada ‘Días de Abogacía Ecuménica’ en Washington, DC del 20 al 23 de abril.

Fue detenido en el SFO el 18 de abril después de un vuelo de 13 horas. Permaneció  así por 28 horas y luego fue deportado a las Filipinas.

En una declaración, Aba dijo que durante su detención, fue forzado a desnudarse y recluido en un cuarto frío, posteriormente, fue interrogado por agentes aduanales quienes supuestamente trajeron un gran aire acondicionador para encrudecer el frío.

Según su declaración, los agentes lo amenazaron de muerte, lo interrogaron sobre sus creencias políticas y culturales, y fue acusado de terrorista. La declaración también dice que a Aba le trajeron comida después de haber estado detenido por 24 horas, pero le trajeron cerdo, la cual por ser musulmán, no pudo comer. También, mientras los agentes abandonaron la habitación en donde fue interrogado, en dos ocasiones, la primera vez, lo dejaron con un revolver y la segunda, con una granada.

Los manifestantes se reunieron para dar una conferencia de prensa afuera de la terminal internacional del SFO.

Mientras se encontraba detenido, a Aba no se le permitió comunicarse con un abogado, según Judith Mirkinson, presidenta de la Junta Nacional de Abogados capítulo área de la bahía de San Francisco. Mirkinson fue una de los abogados presentes en el SFO que intentaban ayudar a Aba el 18 de abril.

“No se nos permitió hablar con Jerome”, declaró Mirkinson, quien permaneció en el aeropuesto por 15 horas. “Ni se nos permitió darle un documento diciendo que había solicitado un abogado y que autorizaba a un abogado. Básicamente lo tenían totalmente incomunicado”.

Ella añadió que un grupo de pastores religiosos fueron al Consulado General de las Filipinas en San Francisco y pudieron hablar con Aba indirectamente, pero solo durante el interrogatorio.

Mirkinson dijo que ella no podía creer la tortura a la cual Aba alega haber sido sometido. Además de la supuesta tortura, Mirkinson encontró que la detención y deportación de Aba eran extrañas, ya que le se había concedido una visa por diez años por parte de los EEUU.

Rhonda Ramiro, vicepresidenta de Bayan USA, capítulo Nueva Alianza Patriótica está organizando una serie de conferencias llamada ‘Alto a las Muertes’ y La Caravana por la Paz y la Justicia en Filipinas para traer a los activistas de los derechos humanos de las Filipinas a los EEUU a discutir los abusos a los derechos humanos cometidos allí.

Ramiro dijo que la gira de conferencias es para hacer públicas “las historias de la gente oprimida bajo el gobierno del presidente Rodrigo Duterte —lo que le llamamos tres guerras en contra de la gente: la también conocida Guerra en contra de las Drogas, la llamada Guerra en contra del Terrorismo y la Contra-insurgencia”.

Ramiro dijo que las guerras, las cuales según el gobierno de Duterte son para luchar en contra de las drogas y el terrorismo, son en realidad una sola guerra “en contra de los pobres y de los que apoyan a los pobres”, que pueden ser tanto los defensores de los derechos humanos, quienes están siendo atacados y llamados terroristas, o los pobres a quienes se les tacha de drogadictos o vendedores de drogas a los cuales se les dispara en la calle”, Ramiro continuó. “Es toda una guerra en contra de los pobres y en contra de aquellos quienes hablan por ellos. Y la intención de esta guerra (la Batalla de Marawi) es acaparar terreno para las operaciones e instalaciones militares estadounidenses y para silenciar aquellos en desacuerdo con esa agenda.

Mirkinson dijo creer que aquellas mismas fuerzas en las Filipinas son las que tuvieron que ver con la detención de Aba: “Creemos que el gobierno de Duterte le envió un mensaje a (Homeland Security) y que él esta en la misma lista”, dijo.

Aba también documentó posibles abusos a los derechos humanos en la ciudad de Mindanao en las Filipinas.

“Cuando la gente piensa en San Francisco —todos están protegidos— y no lo están. Quiero decir, la policía le dispara a la gente, el Departamento de Seguridad Nacional tortura a la gente, esta es una fuerza policial, a quienes llamamos agentes de Estado, la cual está fuera de control”.