El gobierno de los EEUU juega un papel activo en el acoso y asesinato de filipinos. La Policía Nacional de Filipinas (PNP) tiene un puesto de avanzada en su Consulado General en San Francisco y es conocida por vigilar a los activistas locales en el Área de la Bahía. 

También hay antecedentes de que los departamentos de policía del Área de la Bahía intercambiaron cursos de capacitación con la PNP. Recientemente, el 24 de junio de 2021, los EEEU aprobó tres nuevas ventas de armas para Filipinas por un valor de más de $2.9 mil millones en aviones de combate F-16 y varios misiles. Al proporcionar al gobierno filipino fondos para armamento, el gobierno estadounidense está apoyando al corrupto régimen de Duterte.

Hellene Piñero sostiene una bandera en señal de protesta afuera del Consulado de las Filipinas en San Francisco, el 26 de julio de 2021. Photo: Kathryn Styer Martinez

Desde el inicio de su régimen en 2016, ha habido más de 30 mil ejecuciones extrajudiciales y muchas más violaciones de derechos humanos contra mujeres, activistas, comunidades indígenas y niños. La organización de derechos humanos Karapatan informó que desde ese año hasta el presente, más de 45 mil escuelas, espacios médicos, religiosos y otros espacios públicos han sido confiscados por el ejército. Se sabe que miles de civiles murieron durante la campaña. Los datos nacionales reconocen más de 6 mil muertes, pero los grupos de derechos internacionales han advertido durante mucho tiempo que la cifra podría ser mayor. Estas acciones son pasos claros para mantener el poder autoritario sobre el pueblo de Filipinas. Al reemplazar los espacios educativos, médicos, religiosos y comunales, con una alta presencia militar, el régimen de Duterte ha colocado a los filipinos en un estado de temor a la persecución y la muerte a manos del gobierno.

Activistas de diversas agrupaciones del Área de la Bahía reunidos enfrente del Consulado de las Filipinas en San Francisco, el 26 de julio de 2021, para realizar el Discurso Popular sobre el Estado de la Nación (PSONA) en protesta por el régimen de Duterte. Photo: Kathryn Styer Martinez

La institucionalización de Duterte del Grupo de Trabajo Nacional para Poner Fin al Conflicto Armado Comunista Local (NTF-ELCAC) ha llevado a la intimidación y etiquetado a los organizadores, es decir, la inclusión maliciosa de personas y organizaciones en listas negras por sus críticas y disensiones contra el gobierno filipino. Adrian Bonifacio de Anakbayan USA declaró: «No me tomé la etiqueta roja a la ligera; después de todo, había escuchado y visto lo que significaba para otros organizadores en Filipinas, como Joseph Canlas y nuestro propio Brandon Lee. Pero la experiencia me dio más razones para contraatacar».

Activistas de diversas agrupaciones del Área de la Bahía reunidos enfrente del Consulado de las Filipinas en San Francisco, el 26 de julio de 2021, para realizar el Discurso Popular sobre el Estado de la Nación (PSONA) en protesta por el régimen de Duterte. Photo: Kathryn Styer Martinez

Cada año, el presidente filipino pronuncia un discurso sobre el estado de la nación durante el cual se felicita por lo bien que dice haber hecho. Este año, el último de Duterte, no fue diferente: en lugar de abordar cómo el COVID-19 devastó al país y su gente, aplaudió a su administración por su respuesta militarizada a la pandemia, abogó por la asistencia legal gratuita para soldados y policías, y se felicitó por su guerra contra las drogas que en realidad es una guerra contra los pobres.

Donny de Leon con su puno levantado tras emitir su discurso a la multitud reunida afuera del Consulado de las Filipinas en San Francisco, el lunes 26 de julio de 2021. Photo: Kathryn Styer Martinez

El Discurso Popular sobre el Estado de la Nación (PSONA) es una movilización anual organizada por miembros de la comunidad filipina y aliados internacionales para difundir la verdad sobre la violencia y la opresión que enfrentan los filipinos a manos del gobierno filipino.

​​Un niño levanta su puño en señal de protesta afuera del Consulado de las Filipinas en San Francisco, el 26 de julio de 2021.Photo: Kathryn Styer Martinez

El PSONA de este año llamó a poner fin a la tiranía de Duterte. Los oradores plantearon críticas contra su administración por su incapacidad para manejar la COVID-19, los ataques a los pueblos indígenas y la negligencia de los trabajadores filipinos en el extranjero. Una conclusión importante del PSONA de este año fue el énfasis en la solidaridad internacional con otras comunidades que han sido afectadas por el imperialismo estadounidense. No basta con observar pasivamente las injusticias en el mundo. Todas las personas oprimidas deben ver las similitudes en nuestras luchas, tomar las armas y unirse contra el enemigo común. Los sistemas de opresión funcionan solo para dividir a las personas que oprimen porque reconocen que la unidad entre las masas conducirá a su caída.

Allysa Abalos habla durante una protesta afuera del Consulado de las Filipinas en San Francisco, el 26 de julio de 2021. Photo: Kathryn Styer Martinez

Recomendamos unirse al Comité de Derechos Humanos de San Francisco en Filipinas (SFCHRP), que comparte la visión de los derechos humanos difundida por el Movimiento Nacional Demócrata de Filipinas. SFCHRP educa, organiza y moviliza a personas y comunidades en el Área de la Bahía para tomar acción en la defensa y apoyo de los derechos humanos en Filipinas y en todo el mundo. Nuestra petición es unirnos a través de comunidades y culturas para elevarnos colectivamente a nosotros mismos y a los demás para crear las condiciones materiales para el cambio. Se necesita un movimiento de masas, liderado por aquellos que se enfrentan a la peor parte de estas injusticias, para lograr una auténtica liberación.

Activistas de diversas agrupaciones del Área de la Bahía reunidos enfrente del Consulado de las Filipinas en San Francisco, el 26 de julio de 2021, para realizar el Discurso Popular sobre el Estado de la Nación (PSONA) en protesta por el régimen de Duterte. Photo: Kathryn Styer Martinez