By Tommi Avicolli Mecca

En la actualidad, muchos en la ciudad saben que Ted Gullicksen, el hombre que por casi tres décadas supervisó la Unión de Inquilinos de San Francisco, fue encontrado muerto en su departamento el 14 de octubre dejando un legado de activismo que salvó a un sinnúmero de inquilinos contra los desalojos.

La primera vez que conocí a Ted fue en 1996 o 1997. La ciudad estaba pasando por una crisis de viviendas, debido al auge de la tecnología. Las rentas estaban aumentando, los especuladores compraban y remodelaban los edificios para luego venderlos. En este tiempo, los desalojos a homosexuales con SIDA era común, por eso el activista Gabriel Haaland y yo comenzamos la Unión de Inquilinos de Castro. Gabriel trabajaba en la Unión de Inquilinos de SF como coordinador de voluntarios. Creamos el grupo como un proyecto de la Unión de Inquilinos.

Como resultado, tuve la oportunidad de pasar mucho tiempo con Ted. Me impresionó las diversas tareas que fue capaz de manejar, como el enfrentarse a los políticos en el ayuntamiento y clausurar las muestras de edificios cuyos inquilinos habían sido desalojados. Tras nuestras conversaciones, me alegré mucho de saber que su corazón estaba del lado de acciones más radicales.

Trabajamos juntos en una gran cantidad de campañas: para la Proposición G, que fortaleció la protección de inquilinos contra la ley de mudanzas de propietarios en 1998; con la Proposición E, para detener la venta de apartamentos individuales con rentas controladas en 1999; en la campaña de Tom Ammiano para elegir a un alcalde pro-inquilino; y el retorno a las elecciones de distrito en 2000, cuando ayudamos a elegir una mayoría de progresistas para la junta de supervisores. También estuvo la difícil Propuesta 98 en 2008, una medida estatal para eliminar las rentas controladas que fue repelida tras largas horas consiguiendo el voto.

Ted Gullicksen Via Facebook

Cientos llenaron el auditorio de la Mission High School el 16 de noviembre, para recordar estas y muchas otras luchas que Ted dirigió para proteger a los inquilinos y el control del alquiler. La lista de las personas que subieron al escenario para rendir homenaje a uno de los defensores de los inquilinos más conocidos de San Francisco fueron: los poetas Tony Robles y Alejandro Murguía (poeta laureado de la cuidad); las activistas Sara Short, Randy Shaw, Mara Raider y Norman Fong; la hermana de Ted, Sandra Gullicksen Roby; y el asambleísta estatal Tom Ammiano (vía video). El senador estatal Mark Leno, que no pudo estar presente, envió una resolución que presentó en honor a Ted.

Tantos recuerdos pasaron por mi mente mientras escuchaba a los oradores: un orgulloso Ted junto a la ventana de ‘Casas no Cárceles’, ocupaciones de edificios abandonados, luego de usar cortar los alambres para dejar entrar a los manifestantes; Ted con un megáfono motivando a los manifestantes frente del Ayuntamiento o la Asociación de Agentes de Bienes Raíces o el campamento Occupy; y, más recientemente, Ted el ‘papá’ orgulloso en reuniones con su perro Falcor, que lo adoptó.

El activista y compositor Joe Hill escribió sobre su propia muerte “no pierdas tiempo en el luto, organiza”. Estoy haciendo ambas cosas: el domingo durante el homenaje, lloré por un gran activista y organizador que nos dejó demasiado pronto.

Hoy y cada día, sigo en la organización para salvar a la ciudad que Ted amó y luchó tanto para protegerla de aquellos que la convierten en un patio de recreo para los ricos.

— Tommi Avicolli Meca es el director de programas de asesoramiento para el comité de derechos de viviendas de San Francisco

—Traducción Fern Echevarria