Si había alguien en quien siempre se podía confiar para ayudar o dar soporte, ese era Pat Howard. Perdimos a Pat el 13 diciembre víctima de cáncer y pasó sus últimos días en un hospicio local.

Pat, quien formó parte del equipo de fotógrafos de El Tecolote durante nuestros primeros años, a menudo cubría apasionadamente una historia. De hecho, en una ocasión, su pasión por las historias de última hora, me hizo saltar de la cama tarde por la noche para ir a reportar un tiroteo de pandillas en la calle 24. Ahí estaba yo en el frío, con mi cuaderno de notas y lápiz en mano mientras Pat capturaba todos los ángulos de la escena del crimen.

Además, siempre estaba dispuesto a ayudar a nuestros patrocinadores, organizar los documentos de fotos y distribuir periódicos. Algunas veces, éramos realmente un equipo.

Linda Wilson nuestra archivista de fotografía una vez me comentó que Pat era todo un profesional con su trabajo: enviaba descripciones muy precisas al reverso de las fotografías. Dijo que eso hizo que su trabajo de ordenar nuestro archivo fotográfico cronológicamente fuera más sencillo.

Una persona muy considerada y ex veterano en Vietnam quien sabía cómo manejar cualquier situación, Pat una vez me susurró al oído “Si alguien intenta meterse contigo, solo házmelo saber”. Llevé esas palabras conmigo durante años, sabiendo que Pat estaba consciente de las amenazas con las que a veces me había topado publicando en El Tecolote. Élla cubría mi espalda.

También encontró tiempo para tomar cursos de periodismo en el City College, donde di clases. Llegó a convertirse en la editora de fotografía de The Guardsman, el periodico del campus. Años después, ejercería como editora de fotografía del Glen Park Gazette, publicación fundada por mi ex alumna Jacquelyn Estrella.

Después de que dejó El Tecolote, Pat siguió viniendo a nuestras exposiciones en la galería y otras festividades de nuestra oficina. En ese momento, parecía estar más sola en su pequeño apartamento de Potrero Ave. con su perro y su gato. Su esposa Rita había fallecido y sus hijos no se podían encontrar por ningún lado.

En mi última conversación con ella, estaba agradecida por la oportunidad de haber trabajado con El Tecolote y expresó el deseo de donar su colección fotográfica de negativos a Acción Latina.

Pat, serás recordada por mucho tiempo. Agradezco tu gran corazón y tu amistad. Te agradecemos por ser una parte valiosa de nuestra historia. 

Pat Howard ¡Presente!