Conforme los trabajadores de la ciudad procedían a instalar señalamientos de ‘Prohibido parar’ a lo largo del Bernal Heights Boulevard en San Francisco el miércoles, Nhemías Chacón, de 40 años de edad, continuó con su rutina: limpiar la calle y cuidar a los perros. Él es uno de varios residentes de una pequeña comunidad de casas rodantes que resiste la presión de la ciudad a desplazarlos: “No causamos problemas”, dijo Chacón, quien vive en esta calle desde hace una década. «Simplemente nos estamos cuidando unos a otros».
El estacionamiento nocturno en Bernal Heights Boulevard ha estado prohibido durante 27 años, pero los funcionarios de la ciudad nunca lo ejecutaron. La sinuosa calle, que divide una tranquila comunidad de propietarios y al Bernal Heights Park, no tenía señalización de estacionamiento ni presencia policial. Esto permitió que un grupo de personas, principalmente de clase trabajadora, en su mayoría latinos, encontraran ahí un lugar estable y seguro para estacionarse y dormir.
“La mayoría de quienes viven aquí son personas que trabajan”, dijo Armando Bravo Martínez, un cuidador que se unió a la comunidad de casas rodantes en octubre. «La gente no está aquí durante el día, pero regresa por la noche». Mientras la gente trabaja, Chacón es quien cuida sus vehículos y sus perros.
Después de que los propietarios de viviendas cercanas se quejaran ante los funcionarios de la ciudad sobre las condiciones ‘espantosas’, San Francisco anunció el fin del ya de por sí frágil estilo de vida formado a lo largo de la calle. “De una noche a otra, nos están sacando”, dijo Martinez, quien está liderando los esfuerzos de esa comunidad para permanecer donde se encuentra estacionada. “Nos estamos organizando como comunidad y con los vecinos que nos apoyan”.
Durante la noche en que fueron colocados los carteles que prohíben estacionarse, los residentes de las casas rodantes y vecinos simpatizantes redactaron una carta solicitando a la alcaldesa London Breed y a Jeffrery Tumlin, de la Agencia de Transporte Municipal (la SFMTA, por sus siglas en inglés), por una prórroga de 30 días a esta prohibición. “La comunidad de casas rodantes de Bernal Hill es pacífica, limpia y respetuosa”, escribió Michelle Hammar, una vecina. “Ellos son parte de nuestra comunidad y necesitan tiempo para resolver su vida”.
El equipo de Hillary Ronen, supervisora del Distrito 9 dijo que “abogaron fuertemente” ante la MTA, la cual aceptó prorrogar la imposición de esta prohibición al 28 de marzo.
El veto a estacionarse durante la noche en la Bernal Heights Boulevard es otro ejemplo más de las marcadas desigualdades en materia de vivienda en San Francisco. Luis Naal y Zuleimy Bolio, ambos de 25 años de edad, terminaron estacionando su casa rodante en esta calle luego de que su anterior propietario los desalojara por tener su pitbull de 3 años. «Tuvimos muchos problemas con el propietario, el lugar era pequeño y estaba infestado de ratas; en realidad, era una situación fea», dijo Naal.
A pesar de que él tenía dos trabajos como cocinero y Zuieymi trabajaba como lavaplatos, la pareja no pudo encontrar un lugar asequible para alquilar. “Quedarnos [aquí] es conveniente para nuestro trabajo, pero si tenemos que mudarnos, estaremos más lejos”, explicó Naal, quien también está luchando por conservar su casa rodante en ese vecindario..
Muchos de los residentes de casas rodantes que tienen mucho tiempo de serlo, argumentan que las condiciones citadas por los vecinos, entre ellos la basura, el ruido y los incidentes violentos ocasionales, son generados por personas ajenas a su comunidad. “Protegemos este lugar y lo limpiamos”, dijo Darwin Reyna, un pintor de casas que tiene varios trabajos. «Otras personas saben que esta calle está abierta… vienen a todas horas y hacen cosas que no deberían hacer».
Según Martínez, solía haber alrededor de una docena de vehículos estacionados en la calle antes de que se colocara la señalética el miércoles. A la mañana siguiente, sólo quedaban seis. «La gente se asusta un poco. Como muchos son de otros [países], como México y Honduras, no quisieron arriesgarse”. Dice que muchos de los residentes con casas rodantes desplazados simplemente se mudaron a otros vecindarios cercanos.
¿Cuál es la razón para movernos de aquí?
Porque somos los más débiles
Porque somos pobres
Por odio
Racismo
Antes que estacionarnos aquí había delincuencia
Hasta hubo jóvenes que murieron
Desde que hay 6 RV estacionadas
Hay más seguridad en la calle
Somos una comunidad unidad y nos cuidamos entre sí
La Ciudad ni siquiera nos dio una opción de mudarnos a otro lado
Somos pobres pero decentes
Aquí no hay ruidos después de las 10 pm
Los vecinos son amables
Somos respetuosos
Y los vecinos son amables
Ellos nos apoyaron con firmas para quedarnos aquí
Ayúdenos con otra opción
La policía pasó diciendo que nos van a multar y van a remolcar nuestros RV
Póngase en mis zapatos
Estoy nerviosa
Soy sobreviviente de violencia doméstica
Mi único hogar es mi RV
Sin más que decir
S.O.S
Laura Watson