Tras ser desalojados del Boulevard Bernal Heights la semana pasada, los residentes de casas rodantes o RV desplazados estacionan ahora en otra calle de San Francisco y se enfrentan a problemas similares.

Obligados a mudarse del tranquilo barrio Bernal Heights en el que habían estacionado durante años, la pequeña y unida comunidad de casas rodantes encontró una calle cercana a otro parque cubierto de hierba y generalmente vacío, ubicado en el barrio menos acomodado de Bayview. No revelaremos la ubicación exacta para proteger la privacidad de los residentes.

Alrededor de las 9 de la mañana del miércoles, casi una semana después de su reubicación, recibieron multas por estacionamiento: «Tenía la sensación de que esto no duraría», afirma Armando Bravo Martínez, miembro de dicha comunidad. Trabajadores de la ciudad colocaron avisos en sus parabrisas a lo largo de la calle, argumentando violaciones de estacionamiento de 72 horas. Según Martínez, un trabajador municipal dijo que los vecinos de los alrededores llamaron, quejándose de su presencia.

A medida que se eleva el coste de la vida en San Francisco y escasea la vivienda asequible, lo que solía ser un estilo de vida frágil pero estable para esta comunidad de de casas rodantes, se está convirtiendo en una saga de desahucios, costosas multas por estacionamiento y un futuro incierto en una de las ciudades más ricas del país.

La Agencia Municipal de Transporte de San Francisco (MTA, por sus siglas en inglés) colocó citaciones por estacionarse indebidamente a lo largo de una calle en el barrio Bayview en San Francisco, California, el 3 de abril de 2024. Credit: Pablo Unzueta para El Tecolote/CatchLight Local

Estabilidad frágil, interrumpida

Todo empezó cuando un grupo de vecinos se quejó ante las autoridades municipales de la ‘monstruosidad’ en la sinuosa calle Bernal Hill, alegando problemas de basura, ruido y seguridad. En respuesta, la ciudad reactivó el 28 de febrero una prohibición de estacionamiento nocturno emitida hace décadas, y procedió a colocar señalamientos sobre dicha restricción a lo largo de la calle.

No todos los vecinos de esa zona apoyaron la expulsión de dicha comunidad y, con la ayuda de la oficina de la supervisora Hillary Ronen, la agencia de transporte público de la ciudad (MTA, por sus siglas en inglés) se les concedió prorrogar tal prohibición hasta el 28 de marzo.

Las tensiones en el barrio no hicieron más que empeorar durante ese periodo: «Sentimos que ya no somos bienvenidos», dijo Martínez, de 59 años, días antes de que terminara la prórroga. «Y también estamos un poco cansados… ya no queremos lidiar con la policía y la MTA». Según Martínez y otros residentes, algunos vecinos, que a menudo trotan por la calle, comenzaron a volverse más ruidosos y agresivos hacia la comunidad de RV: «Nunca sabes quién va a hacer qué, o mirar dentro de tu vehículo».

Martínez, que se ha convertido en una de los principales voceros de esa comunidad en su lucha contra el desplazamiento, ha ayudado a organizar a la pequeña caravana que se enfrenta a continuos problemas de restricciones de estacionamiento, seguridad nocturna y enfrentamientos con vecinos descontentos.

La silueta de Armando Martínez con su perro Audrey, días antes de recibir una multa por estacionarse con su casa rodante o RV en San Francisco, California. Credit: Pablo Unzueta for El Tecolote/CatchLight Local

Cuando el 28 de febrero se colocó señalética restrictiva del estacionamiento a lo largo del Boulevard Bernal Heights, el grupo de casi una docena se redujo a la mitad. Al final de la prórroga de 30 días, cinco residentes desconocen adónde ir. Muchos esperaban poder aparcar en el Candlestick RV Park, la única zona para este tipo de vivienda rodante en San Francisco, sin embargo no cumplían con los requisitos o se encontraron con una larga lista de espera.

Obligada a buscar opciones menos formales, dicha comunidad de RV se apresuró a buscar calles sin restricciones de estacionamiento, cada vez menos frecuentes en San Francisco. Lincoln Way, en el distrito Sunset, por ejemplo, fue una opción contemplada. Después de preguntar, Martínez se enteró de que las normas de estacionamiento en esa zona, también cambiaría en un mes: «Van a poner aparcamiento en diagonal, para que no quepan las RV grandes».

La última noche de la prórroga, el grupo decidió finalmente trasladarse a un largo tramo de calle vacía en el barrio Bayview. Siendo Martínez el único propietario con licencia para conducir, un grupo de vecinos solidarios y voluntarios, de la Coalition on Homelessness, ayudaron a conducir y trasladar los siete vehículos a su nuevo destino, a unos cinco kilómetros al sur de la ciudad.

Desde entonces, el bulevar Bernal Heights ha quedado libre de caravanas, y ahora lo utilizan principalmente corredores y sus perros.

Frágil estabilidad, interrumpida —otra vez

Una vez en Bayview, la comunidad de casas rodantes tuvo seis noches de relativa paz.

La calle que encontraron en Bayview es más privada, con menos tránsito peatonal recorriendo la zona. Al otro lado de la calle, hay una mezcla de apartamentos, casas unifamiliares y varias otras RV —algunas estacionadas para uso recreativo, otras utilizadas también como residencia— que no están conectadas con los trasplantados de Bernal Heights.

Zuleimy Bolio es residente de la pequeña comunidad RV que se vio obligada a reubicarse en otro barrio de San Francisco, California. Credit: Pablo Unzueta for El Tecolote/CatchLight Local

Zuleimy Bolio, de 25 años, esperaba que la mayor distancia entre su caravana y las casas fuera suficiente para evitar quejas: «Para ser sincera, estamos más cómodos y más seguros [aquí]», dijo días después de su reubicación. Ella y su marido, Luiz Naal, de 25 años, son propietarios de un pitbull y se encuentran entre los residentes que intentan instalarse en Candlestick RV Park.

Darwin Reyna, de 34 años, que ahora es dueño de cinco perros después de que otro residente de RV tuviera que abandonar a dos perros para acceder a otra vivienda, dijo que también prefiere la nueva ubicación: «Mis perritos están contentos porque tienen algo parecido a un patio». Dijo que limpia continuamente ambos lados de las calles para intentar evitar las acusaciones habituales de tirar basura.

A pesar de los intentos por evitar las reacciones de sus nuevos vecinos, la comunidad ya ha recibido multas por estacionamiento, lo que sugiere el comienzo de una nueva lucha que ya les es familiar: «Ya hemos jugado [a este juego]. Sabemos cómo acaba», afirma Martínez. «Hay algo en una caravana como ésta… que inquieta a la gente».

Manténgase pendiente de la cobertura continua de El Tecolote sobre la comunidad de RV de San Francisco.

Pablo Unzueta is a first generation Chilean-American photojournalist documenting health equity, the environment, culture and displacement amongst the Latino population in the Bay Area for El Tecolote....