Alondra Aragon, miembro de PODER, durante una conferencia de prensa sobre la próxima marcha de Rise for Climate, Jobs and Justice en San Francisco, el 8 de agosto de 2018. Cortesía: Emily Jovais / 350.org

Miles de personas se reunirán en San Francisco el 8 de septiembre, junto con miles más en todo el mundo, en una movilización simultánea llamada Rise for Climate, Jobs and Justice. Soy una organizadora ambiental cristiana latina de 24 años, y voy a participar en la marcha en San Francisco. Espero que te unas a mí, y quiero decirte por qué.

Soy méxico-americana y por más tiempo del que puedo recordar, y por razones en mi corazón, he amado y me he preocupado por la naturaleza. La Tierra, es preciada, sagrada y hermosa, y nuestro hogar. Los sonidos, colores y olores son poderosos y dan vida. El texto sagrado que amo, la Biblia, nos llama a vivir en ella como una presencia y recordatorio de la bondad de Dios. Esto significa, amar, servir, vivir humildemente y actuar con justicia hacia los demás. Nuestras familias también nos enseñan sobre cuán especial es la Tierra. ¿Cuántos de nosotros podemos recordar con amor, un padre o abuelo, que nos enseñó que cada grano de arena, gota de agua y hoja en un árbol merece respeto? Todo es valioso, nada debe ser desperdiciado.

Arte de Migraspora. Cortesía de People’s Climate Movement

Sin embargo, nuestro hogar común, nuestra Casa Común, está siendo dañada, explotada y envenenada todos los días, en todos lados. Los estilos de vida de consumo y la codicia, y también de la necesidad, ponen una demanda insoportable en los recursos naturales de la Tierra. Un sistema global de extracción en barrios económicamente pobres está agotando nuestras tierras y comunidades, creando un futuro empobrecido. Los vecindarios y ecosistemas en nuestro medio y en nuestros países de origen están en un estado grave, y por consecuencia, nosotros también. Observamos cómo las temperaturas suben a niveles peligrosos, a medida que las tormentas se vuelven más poderosas y las sequías más intensas. Vemos que cada vez más niños sufren de asma y nuestros mayores debido a la exposición a la contaminación del aire. Vemos a miles y miles de personas ser desplazadas de sus hogares ancestrales por un clima febril. El cambio climático es real, aterrador, lo sentimos, lo vemos y sabemos.

Juntos, debemos levantarnos para mostrar que no aceptamos este sistema tal como es o las prácticas comerciales tal como son. Ya no queremos ver la tierra sangrando, llorando y sufriendo. Imaginamos y vemos un futuro diferente en el horizonte. Soñamos con tomar menos de esta Tierra y devolverle más a través de un sistema que produzca energía a partir de fuentes renovables, como el sol y el viento. Vemos oportunidades de trabajo para las personas marginadas en la construcción de una economía con abundante energía limpia para todos. Soñamos con un aire que sea dulce y seguro para respirar, sin ya no ahogarnos o sufrir y evitando más muertes. Somos llamados a y podemos tomar parte en la creación de un futuro que sea compasivo con todos, donde todas las personas puedan florecer.

Marcho para dar voz a esto que siento y que creo profundamente. Con otros de nuestra ciudad y estado, y de todo el mundo, marcho para llamar a nuestros líderes políticos y empresariales a liderar un futuro mejor. En la próxima semana, en San Francisco, del 12 al 14 de septiembre, estos líderes se estarán reuniendo para la Cumbre de Acción Climática Global. Debemos asegurarnos de que escuchen nuestras voces, sientan nuestras oraciones, conozcan nuestra preocupación constante. La historia nos ha enseñado que cuando nos juntamos, y mostramos pública y pacíficamente que queremos que nuestros líderes guíen, el cambio sucede.

Así que, únanse el 8 de septiembre. Traiga a su familia, a sus vecinos. Ayúdenos a generar el cambio porque, unidos, ganaremos. ¡El pueblo unido, jamás será vencido! ¡Una comunidad unida, nunca será derrotada!

Estrella Sainburg es una organizadora radicada en Los Ángeles, forma parte del grupo ecológico interreligioso GreenFaith.