Ha pasado más de una década desde el establecimiento de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés). El programa, promulgado por Obama en 2012, dio a miles de inmigrantes indocumentados que llegaron siendo niños a los EEUU, una oportunidad de vida fuera de las sombras.   

Durante la mayor parte de ese tiempo, DACA ha esquivado los ataques de la derecha y se ha visto envuelta en batallas judiciales sobre su legalidad. En su último revés, el 13 de septiembre pasado, el juez federal de Texas, Andrew Hanen, dictaminó como ilegal el intento de la administración Biden de 2022 de formalizar DACA. 

En respuesta a la sentencia, la organización sin fines de lucro Mexican American Legal Defense and Educational Fund celebró una rueda de prensa el 15 de septiembre, invitando a un panel de expertos a opinar sobre el fallo. Si bien ese fallo no permite nuevas solicitudes de DACA, las renovaciones para los actuales beneficiarios todavía están permitidas. 

El fallo de Hanen también se produce como resultado de un desafío multi estatal a DACA liderado por Texas. Pero en ese desafío, dicho estado ha sido el único en reclamar que fue perjudicado por ese programa.

«Nuestro argumento es que Texas nunca ha mostrado ninguna prueba de que se haya visto perjudicada por DACA», dijo Nina Perales, vicepresidenta de Litigios de MALDEF. Sin embargo, Hanen desestimó el litigio de esa organización, a pesar de esa falta de pruebas. 

Gaby Pacheco, una antigua defensora de los Dreamers y ex beneficiaria de DACA, que ahora trabaja con el programa de becas para estudiantes indocumentados, The Dream.US, habló sobre el impacto emocional que este fallo tiene: «Sabemos que los soñadores son individuos extremadamente resistentes que han demostrado una notable determinación a pesar de los desafíos que enfrentan. Y es simplemente descorazonador que tengamos que seguir viviendo caso por caso. Ya han pasado diez años».

Pacheco describió la frustración, el miedo y el agotamiento entre las personas DACA que conoce: «Están en una montaña rusa de emociones. Y tienen que experimentar —han estado experimentando— esta batalla legal en curso. Y para mí, siento que no solo es cruel, sino que también es desgarrador que el congreso y otros que tienen el poder de hacer algo, aún no hayan hecho algo».

El mensaje de Pacheco a los Dreamers y a los DACAmentados: «Quiero que sepan que son más que un pedazo de papel. Quiero que sepan que su valor no está ligado a su estatus. Que no están solos. Que hay millones de personas que las apoyan y abogan por ellas. Y que esta decisión no es el final».

El abogado socio de MALDEF, Doug Hallward-Driemeier, de Ropes & Gray LLP, dijo que planean apelar el fallo de Hanen, que debe producirse en un plazo de sesenta días: «Seguiremos librando esta batalla como hasta ahora. Hay argumentos que podemos presentar ante el tribunal de apelaciones, seguiremos con esos argumentos tanto en el tribunal de apelaciones y, de ser necesario, solicitaremos la revisión del tribunal supremo».