Silvia ‘MamaCoatl’ Parra participando en el evento ‘Palabra Arte de Acción’ en La Peña Cultural Center, en 2011. Foto Cristina Isabel Rivera

Una de las grandes luces de la comunidad latina se apagó el domingo el 13 de diciembre, cuando Silvia ‘Mamacoatl’ Parra murió repentinamente de cáncer de estómago en la Ciudad de México. Tenía 50 años de edad.

Viviendo en Costa Rica antes de su muerte, la “Diosa Cruza Fronteras” cautivó al Distrito de la Misión cuando llegó a San Francisco hace 15 años como una madre soltera indocumentada.

Nacida en el desierto mexicano de Sonora y miembro del pueblo Yaqui, desarrolló sus capacidades espirituales, curativas e intelectuales, graduándose del Nuevo Colegio de California de San Francisco con dos grados, enfocándose en los estudios de la mujer y la espiritualidad.

En 2006, introdujo la celebración de las Naciones Unidas del Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres en San Francisco. Sorprendida que las mujeres estadounidenses no estaban sumándose a la causa, rápidamente organizó a algunas de sus amigas para hacer manifestaciones improvisadas en la estación del BART de la calle 16.

Amplió sus esfuerzos con los años y el evento se celebró finalmente en las escalinatas del ayuntamiento de San Francisco. Para el octavo año, recibió una mención de la ciudad por su trabajo en favor de las mujeres. Se tragó sus temores para enfrentar a los supervisores de la ciudad para recibir el premio, preocupaba que podría ser deportada por ser indocumentada.

Silvia ‘MamaCoatl’ Parra

Pero fue su porte de artista (o ‘artivista’, como ella decía) que la hizo tan querida en la comunidad. Ella era la poeta y el pájaro cantante acompañada por su jarana, siempre hablando de temas relevantes —evento cultural tras evento.

Parra nunca se echó para atrás al abordar temas como el racismo, la misoginia, la injusticia económica y deportaciones sin pensar en su propia situación. Ella ayudó a difundir la espiritualidad indígena y sostuvo muchos talleres de curación.

Parra manifestó su pensamiento feminista a través de su trabajo. Sin mencionar su belleza física, su pelo largo y ropa ingeniosa, que lucía en cada evento en la Casa de Arte del Red Poppy, el Centro Cultural de la Misión, Dance Mission, el Teatro Brava, el Centro Cultural La Peña en Berkeley, y La Peña del Sur y otros lugares.

Su música ha sido transmitida en los medios de comunicación locales e internacionales. Su carisma ayudó a organizar mítines y muchas veces participó en ellos.

Habrá muchos homenajes en honor de Mamacoatl, incluyendo uno el sábado el 19 de diciembre a las 6 de la tarde en el Café La Bohème en San Francisco. Su amigo, Jorge Argueta de Luna Press and Bookstore, publicó su libro de poemas cortos, titulado Mi Casa.

A Parra le sobreviven su hija, Paloma McGlothin, y su madre, hermanas, sobrinas y sobrinos en Arizona.