El jefe de policía Greg Suhr (centro) junto a Ronald Davis (izq.) director de la Oficina de Servicios Policiales Comunitarios del Departamento de Justicia y el alcalde Ed Lee (der.) anuncian una revisión federal de las prácticas de SFPD el 1 de febrero. Foto Alexis Terrazas

En respuesta a la creciente desconfianza entre las comunidades de color y las fuerzas del orden en San Francisco, las autoridades federales y locales han puesto en marcha una revisión colaborativa y voluntaria que examinará al Departamento de Policía de San Francisco y sus prácticas.

La revisión —anunciada el 1 de febrero— estará a cargo del Departamento de Justicia de la Oficina de Políticas de Servicios Orientados a la Comunidad (COPS, por sus siglas en inglés), con el objetivo de generar un informe independiente y profundo sobre las políticas operativas del SFPD, incluyendo: formación, prácticas, rendición de cuentas pertenecientes a las detenciones, búsquedas y el uso de la fuerza.

La revisión colaborativa (que no debe confundirse con una investigación) fue solicitada por miembros de la comunidad, el alcalde de San Francisco, Ed Lee y el jefe del SFPD, Greg Suhr, después de un año polémico para la policía de San Francisco, que incluye el escándalo de mensajes de texto racistas y numerosos tiroteos cuestionables que involucran a oficiales —el último de ellos, contra Mario Woods en diciembre pasado en Bayview.

“Casi inmediatamente después del tiroteo que involucró la intervención policial en el caso Mario Woods, fue muy evidente que la confianza de muchos residentes en San Francisco fue sacudida”, dijo Suhr. “Tenemos que encontrar la manera de lidiar con la gente… especialmente con quienes están en crisis, con algo distinto a un arma de fuego”.

Con dicha revisión se pretende ayudar a reconstruir la relación entre la comunidad y los representantes de aplicar la ley mediante la recopilación de aportaciones de la comunidad y sus líderes; además de la realización de entrevistas confidenciales y voluntarias con numerosos miembros de alto rango de la policía de San Francisco. Ese proceso de evaluación, que incluye la revisión de documentos y políticas, probablemente tome de 8 a 10 meses.

La oficina de COPS emitirá entonces una serie de informes públicos que detallen los hallazgos y recomendaciones específicas para la policía de San Francisco. Al final del proceso, que es probable tome un poco más de dos años, la responsabilidad de la aplicación de esas recomendaciones caerá sobre la ciudad, pues estas no serán de carácter obligatorio.

“Nuestro proceso es voluntario. Por lo tanto no pueden ser impuestas por un tribunal de justicia”, dijo el director de COPS, Ronald Davis. “Pero voy a decir esto: están absolutamente obligados por la opinión pública, la cual puede ser igual de poderosa”.

El hecho de que ninguna de las recomendaciones sea de carácter obligatorio es una noticia preocupante para algunos.

“Es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, la policía no demuestra voluntad para cumplir con sus tareas actuales de vigilancia. Así que sin refuerzos adicionales, no sé qué tan útil sea”, dijo Karen Fleshman, de la Coalición Justicia 4 Mario Woods. “Las únicas personas [la policía] con las que son responsables son entre ellos, por lo tanto no sé cómo vayan a acabar con ese tipo de cultura al interior del departamento. Creo que estas personas parecen extraordinariamente competentes y buenos en lo que hacen, lo cual me da confianza”.

La revisión fue lanzada pocos días después de que el fiscal de distrito de San Francisco, George Gascón acusara a la policía de la ciudad, a Suhr y a los oficiales de la Asociación de Policías de obstruir una investigación sobre las prácticas del departamento.

“Vamos a ser muy sinceros. Si hubiera alguna obstrucción seremos muy claros en decirlo”, dijo Davis. “Ahora bien, al decirlo, no sé lo suficiente como para afirmar que eso está pasando”.

San Francisco será la décima ciudad que utilice el programa COPS, que forma parte de la Iniciativa de Reforma Colaborativa.

“Al pedir esto, siempre decimos al departamento y al jefe… asegurarse de que saben exactamente lo que están pidiendo. Es decir, que están pidiendo la transparencia, la rendición de cuentas”, dijo Davis. “Le diré a todos los jefes que la verdad duele. Lo sabemos. Pero la ignorancia selectiva es fatal para la relación entre la policía y la comunidad”.

Davis, junto con Noble Wray, jefe de Prácticas Policiales de COPS y la Iniciativa para la Rendición de Cuentas, regresará a San Francisco el 24 de febrero, para la primera de varias sesiones programadas en un lugar aún por determinar.

“Este es un viaje a largo plazo”, dijo Davis. “No voy a pedir confianza ciega —que de alguna forma mágica, de la noche a la mañana, algunas cosas vayan a cambiar, pero pediré la oportunidad de trabajar con usted”.

“La seguridad pública no puede ser sólo la ausencia de delito, debe incluir la presencia de la justicia y la única manera de conseguirla es asegurando que el departamento está a la altura de estos estándares”, continuó Davis.

Suhr parecía estar de acuerdo: “Hablar con proporción, vamos a hablar con distensión, y recordaremos constantemente a los funcionarios el valor y la santidad de la vida —la vida de todo mundo. No sólo la de los oficiales, sino también la de la gente y luego la de quienes estamos tratando, que podrían ser incluso posibles sospechosos de delitos”.