Esta imagen forma parte de la serie quincenal Ojos, un boletín fotográfico que rinde homenaje a las personas, a sus méritos, al medio ambiente y a la conexión entre nuestra experiencia y la comunidad mediante el uso de una cámara.
Por necesidad, Manuel Vergara empezó a vender banderas y otros artículos a los ochos años. Desde entonces, su trabajo ha sido vender en la calle. Casi el 21% de la población chilena vive en la pobreza y gana menos de 10 dólares al día. Vergara me cuenta que gana 30 dólares al día vendiendo banderas, y a veces menos de 15. Lo vi con la bandera al hombro mientras la gente hacía cola para entrar a un acto que se celebraba frente al Palacio de La Moneda (el edificio presidencial) con motivo del quincuagésimo aniversario del golpe. En Chile, es obligatorio colgar la bandera nacional en todos los edificios durante los días 18 y 19 de septiembre, Día de la Independencia, so pena de multa de más de 300 dólares. Las Fiestas Patrias coinciden estrechamente con el aniversario del golpe de Estado apoyado por los EEUU que derrocó al presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Esta medida se ha modificado a lo largo de los años para instar a los chilenos a ser más nacionalistas. Vergara dice que no ha visto muchas banderas como antes, pero es en esta época del año cuando espera ganar un poco más. Sin embargo, este año, muchos chilenos lloraron el aniversario del golpe, y se está prestando más atención a los abusos de los derechos humanos que tuvieron lugar durante la dictadura, y otros más sienten una desconexión con la retórica patriótica del país. «Fue horrible, la extrema derecha infligió demasiada angustia a nuestra sociedad, principalmente a los pobres, a la clase media trabajadora», dijo Vergara. «¿Cuántas madres han tenido que decir a sus hijos que sus padres fueron asesinados, más de cincuenta años después?».