[por Jack Davies; foto de cortesía]

Nota del Editor: La siguiente historia es parte de una colaboración entre estudiantes de periodismo de la Universidad Estatal de San Francisco y El Tecolote, que es apoyada por una beca de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud.

El Autobús de los Dientes Mágicos (Magic Tooth Bus) recorre San Francisco ofreciendo a los niños servicios odontológicos en escuelas y ferias dentales. Es como el trineo de Papá Noel, solo que el regalo es una dentadura sin caries en lugar de una bicicleta nueva.

La atención dental es un reto para los niños BIPOC (negros, indígenas y personas de color) de todo el país. 

La falta de educación, la insuficiencia de servicios dentales en ciertas zonas, las restricciones financieras, las barreras lingüísticas y la dieta de las niñas y los niños, son factores que contribuyen a dificultar su acceso a la atención dental.

La tasa de caries entre las y los latinos de 2 a 19 años es del 52%. Si se compara con otros grupos demográficos, el contraste es muy marcado. Los jóvenes negros tienen una tasa del 44%, los asiáticos del 42% y los blancos del 39%.

San Francisco ha avanzado mucho en los últimos años en la reducción de las caries de niñas y niños BIPOC. La ciudad ha encontrado formas innovadoras de llevarles la atención dental necesaria, como el Autobús de los Dientes Mágicos.

Elaine Musselman, directora de Pediatría de la Universidad Estatal de San Francisco, ha conseguido llevar la atención odontológica a niñas y niños que de otro modo no podrían acceder a ella, ya sea por la escasez del servicio, por falta de ingresos o porque sus madres o padres no pueden llevarlos en horario laboral.

Musselman trabaja con CavityFree SF, una organización no lucrativa dedicada a proporcionar atención dental a la población infantil de San Francisco. Esta ong colabora con el programa Head Start y el Distrito Escolar Unificado de San Francisco para ofrecer atención dental a niñas y niños de hasta quinto año escolar. De este modo, las madres o padres no tienen que preocuparse de programar una cita con el dentista.

«Eso es algo que hemos descubierto que funciona muy bien», dijo Musselman. «Es muy eficaz llevar esos servicios allí. Traemos higienistas dentales, que hacen exámenes dentales, hacemos barnices de flúor en las escuelas».

Añadió que recientemente han ampliado el rango de edad abarcando los cursos del segundo al quinto grado, ya que quienes carezcan de acceso en la guardería probablemente tendrán esos mismos problemas cuando sean mayores.

CavityFree SF también ofrece el Autobús de los Dientes Mágicos en ferias de salud por toda la ciudad. Hay dentistas e higienistas que hablan varios idiomas para que madres, padres, hijas e hijos puedan entender lo que ocurre en su salud bucal.

«Llevamos la atención a los niños allí donde se encuentran», afirma Musselman. «Nos reunimos con ellos en los centros preescolares de San Francisco y en sus distritos escolares. Si no se la llevamos, no la tendrán. Esa es la desafortunada realidad».

Soluciones como esta ayudan a reducir muchos de los problemas entre la población infantil latina. CavityFree SF ha atendido actualmente a 5 mil de los 15 mil niñas y niños de 0 a 5 años que son beneficiarios de Medi-Cal. Para quienes tienen de 3 a 5 años, las caries han disminuido del 41 por ciento en el año escolar 2013-14 al 26 por ciento en el año escolar 2017-18, el último año de datos disponibles para CavityFree SF debido a la COVID-19.

Además, hubo un aumento del 55% en los barnices de flúor aplicados a preescolares entre 2016 y 2017 según los datos más recientes disponibles de CavityFreeSF. 

Aunque se ha progresado, todavía se puede hacer más a nivel local y nacional. Martha Ortiz, asistente dental en Bay Area Dental Office en Redwood City, dijo que la razón principal de la discrepancia en el cuidado dental entre la población infantil latina es la falta de educación sobre el cuidado bucal, ya sea de las escuelas o de las madres y los padres.

Ortiz sugirió que la mejor manera de educar en este tema es que las escuelas ofrezcan un día en el que madres, padres, hijas e hijos vayan a un consultorio dental o a una escuela de odontología para aprender sobre la importancia del cuidado dental. Ortiz ha hecho demostraciones visuales en el pasado y considera que son muy útiles.

«Las madres y los padres aprenderán y actuarán», dijo Ortiz. «Cuando iba a los colegios, cogía una Coca-Cola y preguntaba a los niños: ‘¿Sabes cuánto azúcar tiene esto? Pongo la cantidad de azúcar en una bolsa Ziploc y les digo: ‘Si no se cepillan los dientes, esto es lo que se queda en ellos’. Y visualmente lo ven y se lo dirán a sus padres».

Ortiz también dijo que muchas madres y padres no son conscientes de que las caries son contagiosas y pueden transmitirse por besos o al compartir alimentos y bebidas con ellos.  

Otro problema es la barrera del idioma. Los angloparlantes visitan al dentista con más frecuencia que las niñas y los niños hispanohablantes y, en consecuencia, tienen menos probabilidades de recibir una atención dental adecuada. Las y los dentistas «hispanxs» sólo representan el 5.6 por ciento en el país.

«Creo que es frustrante para la familia y los padres ir», dijo Musselman. «Porque no entienden lo que está pasando. Así que ahí es donde gran parte de nuestro trabajo es encontrar esos dentistas en la zona que sí hablan los otros idiomas, ya sea cantonés o español, que están dispuestos a trabajar con las familias de bajos ingresos».

Otro problema es que a muchos dentistas no les gusta atender a infantes porque pueden ser difíciles de tratar, a diferencia de los adultos. Además, pudieran no ganar tanto dinero por atender a pacientes de Medi-Cal como por atender a aquellos con planes médicos más caros.

«Para intentar salvar un poco la distancia que separa la salud bucodental de la población infantil, los pediatras revisan ahora los dientes», explica Musselman. «Remiten a las niñas y los niños a los dentistas. Algo muy importante, sobre todo para los más pequeños, es ponerles barniz de flúor para proteger su esmalte dental. Si se protege el esmalte, se previenen las caries. Las consultas de los pediatras aplican ahora barniz de flúor».

Larry Vitale, coordinador de prácticas clínicas de la Universidad Estatal de San Francisco, ha visto a lo largo de sus 38 años de experiencia, el impacto que la dieta puede tener en los dientes de la población infantil latina. 

Según él, los inmigrantes que llegan al Área de la Bahía no confían en el agua porque la que tenían en su tierra natal no era apta para beber. En su lugar, las familias optan por alternativas baratas: «Acaban dando a las niñas y los niños lo que les gusta y lo que pueden permitirse ahora, porque es barato. Y eso son las bebidas azucaradas. Esto acaba siendo un problema, no sólo para los dientes, sino para el peso y todo tipo de cosas. Así que parte de eso es la focalización de las comunidades inmigrantes de bajos ingresos, que es el racismo estructural, y la falta de recursos adecuados para tomar mejores decisiones.

El país tiene problemas para garantizar que la atención dental sea accesible a todos los que la necesitan. Sin embargo, San Francisco está haciendo esfuerzos significativos para que esto no sea un problema en la zona. Es probable que el resto del país se sume posteriormente, es cuestión de actuar para ayudar a quienes lo necesitan desesperadamente.