Anthony Mata / El Tecolote

La Junta de Supervisores de la Ciudad está trabajando en una propuesta que establezca como ilegal convertir unidades residenciales en negocios hoteleros.

La ley regularía la capacidad de los inquilinos y propietarios para alquilar una unidad por un número limitado de veces durante el año.

La oficina del Supervisor David Chiu, encargada de redactar la legislación, espera que la misma esté lista para septiembre, dijo Judson True, asistente legislativo de Chiu.

A pesar de que las leyes prohíben el alquiler a corto plazo de las unidades, los inquilinos y los propietarios siguen utilizando los servicios de alquiler por medio de Internet, como Airbnb. Algunos arrendadores de Airbnb podrían ganar $10.000 al mes por el alquiler a turistas.

María C., que ha vivido en las calles 24 y Hampshire durante más de dos décadas, notó que el departamento del piso de arriba ha sido alquilado mediante Airbnb con regularidad.

“Están utilizando una unidad de alquiler controlado y se la están quitando a las personas que realmente necesitan un lugar para alojarse en San Francisco”, dijo.

Los vecinos de María, Mel H. y Ryan P., que resultan ser arrendatarios de Airbnb, son quienes alquilan el departamento de arriba, además de una habitación en su propio apartamento.

Conforme al anuncio en Airbnb, están alquilando un departamento entero por $249 la noche, y hay reservas para 24 noches en agosto —lo que supondría un beneficio de $5,976 para el arrendatario. La pareja ganará otros $3,069 por el alquiler de su habitación de $99 la noche, que está reservada para todo agosto.

Foto Courtesy of Airbnb

 

“Se está engañando a las personas que pagan impuestos”, dijo María.

Mientras que las empresas hoteleras tienen que cumplir con el 14 por ciento de impuesto de ocupación hotelera de San Francisco, los arrendadores de Airbnb no están obligados legalmente a pagar ese impuesto.

De acuerdo a los resultados de Airbnb en 2012, los arrendatarios contribuyeron con $12,7 millones por alojarse en San Francisco. Al evitar el impuesto de ocupación hotelera, la empresa debe, en teoría, $1,8 millones a la Ciudad.

Actualmente hay unos 4.028 anuncios de Airbnb en San Francisco, de ellos 608 sólo en la Misión.

“Cada lugar en Airbnb es ilegal”, dijo Ted Gullickson, director del SF Tenants Union, un grupo defensor de los inquilinos.

Los inquilinos o propietarios están obligados a obtener la aprobación de la Comisión de Planificación y el Departamento de Inspección de Edificios para poder alquilar una propiedad.

Pero en realidad, “no lo pueden hacer de manera legal”, dijo Gullickson. No pueden obtener los permisos necesarios porque no existe un proceso establecido para hacerlo.

La controversia en torno a Airbnb se inició el pasado septiembre, cuando Nigel Warren de la ciudad de Nueva York fue demandado por su propietario al subarrendar ilegalmente su apartamento durante tres días. Warren violó su contrato de arrendamiento por el alquiler de su apartamento por menos de 29 días y fue multado con $2,400.

Incluso con el apoyo de Airbnb durante el juicio a Warren, el juez de Nueva York dictaminó que era ilegal que él y otros neoyorquinos convirtieran un espacio residencial en un hospedaje.

El código de planeamiento de San Francisco define el alquiler a corto plazo como uso de hotel, lo cual es una violación de las leyes de zonificación de la Ciudad.

Mientras los arrendadores evaden la ley, más arrendatarios de Airbnb siguen acudiendo a la Misión en busca de una habitación y comida más barata.

Los grupos de defensa de la Misión están preocupados por cómo el aumento de Airbnb en el turismo afecta la cultura histórica de la Misión y a sus residentes.

“Están incrementando el aburguesamiento y convirtiéndolo en un destino turístico”, dijo Erick Argüello, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Parte Baja de la calle 24. “No es sólo un patio de recreo para que vengan los turistas”.
Aunque traer personas más ricas incrementaría los ingresos de la Ciudad, existe el riesgo de expulsar a los residentes nativos, añadió Argüello.

Mientras la oficina de Chiu continúa redactando la legislación, el concejal de San Francisco, David Campos subraya la necesidad de una regulación.

“Creo que la clave es asegurarse de encontrar un equilibrio en términos de permitir que Airbnb haga su trabajo y asegurarse de que está contribuyendo a la ciudad y la comunidad”, declaró.

—Traducción Emilio Ramón