El monumento Veteranos de San Francisco costó $2.5 millones de dólares. Courtesy sfveteransmemorial.org.

El viernes 10 de octubre, el monumento conmemorativo para los veteranos de San Francisco fue oficialmente presentado en el corazón del centro cívico de la ciudad. El propósito del monumento es representar los sacrificios del ejército estadounidense, que actualmente está aumentando su intervención en Iraq —tres años después de que Obama declarara el cese de hostilidades.

Con su precio de $2.5 millones, el monumento ha despertado la preocupacion entre la comunidad de veteranos, no por su ubicación, contenido ni diseño.

La causa proviene del financiamiento para su elaboración. La mayoría del recurso ($1.5 millones) viene de la fundación Stephen Bechtel, organización filantrópica fundada por Stephen Bechtel, presidente anterior de la corporación Bechtel.

Bechtel, ubicada en San Francisco, es la compañía de construcción e ingeniería más grande del país. Entre los contratistas del gobierno más exitosos con ganancias estimadas entre más de $1 billón en 2012, Bechtel además es reconocida extensamente como una especuladora de la guerra.

Muchos tal vez recuerden al proyecto fracasado de Bechtel (sobre el hospital para niños Basra) durante la guerra en Iraq.

En 2004, Bechtel le fue otorgado un contrato de $50 millón para construir un hospital innovador para niños en la ciudad de Basra, Iraq. El proyecto se empezó durante una época de violencia en la ciudad y fue diseñado para aliviar el sufrimiento de niños iraquíes atrapados en el caos de una zona de guerra.

Bechtel fue echado del proyecto en 2006 después de que una auditoría del gobierno revelara mala gestión, al demorarse más de un año, y que los precios excedieran a un 150 por ciento del presupuesto original. Bechtel nunca devolvió los fondos recibidos, culpó a ingenieros iraquíes por las demoras.

El proyecto fue trasladado al cuerpo de ingenieros del ejército estadounidense, terminándose en 2009 con el apoyo de la organización Proyecto Esperanza. Bechtel ganó billones de dólares por contratos ganados durante el conflicto en Iraq, el cual costó la vida de 500,0000 ciudadanos iraquíes, 4,489 soldados americanos, 1,475 contratistas civiles, y cientos de soldados de coalición.

La cantidad de muertes no incluye los 10 mil veteranos jóvenes y heridos que están sufriendo por PTSD, TBI, la pérdida de extremidades durante las batallas, parálisis y un elevado número de suicidios.

Después de pelear en una guerra poco popular que empezó basada en pretensiones falsas, muchos de estos veteranos quedan confundidos y sorprendidos por la acción de Bechtel de poner públicamente un símbolo de conexión a sus sacrificios.

Chris S. (a la derecha), un indigente veterano del ejército de los EEUU y su pareja en el barrio Tenderloin de San Francisco. Foto Amos Gregory

Estos sentimientos resuenan con veteranos de épocas anteriores:

“Organizaría la mayor cantidad posible de veteranos sin hogar, y acamparía con ellos para generar conciencia entre la sociedad sobre esta injusticia”, dijo el activista John Penley, un veterano de Vietnam y miembro de Veteranos de Vietnam en contra de la Guerra (VVAW, por sus siglas en inglés). “Es solo un monumento a George Shultz”.

Shultz, que fuera Secretario de Estado durante la administración de Reagan, y ejecutivo anterior de Bechtel, es uno de los encargados del monumento conmemorativo. La publicidad en torno al monumento ha estado a cargo de Shultz y su esposa Charlotte.

Honrando a los veteranos mientras se ignora su sufrimiento
Honrar a los héroes de guerra a los ojos de una especuladora de guerra no es nada nuevo. Lo distinto de este monumento conmemorativo es que fue construido en el corazón del lugar en el que los veteranos e indigentes eligen dormir.

San Francisco tiene una de las más grandes poblaciones de indigentes de los EEUU, siendo más del 10 por ciento veteranos. Muchos de estos viven en parques, calles y entradas del Civic Center y en el barrio vecino, Tenderloin.

Olvidados y marginados por la sociedad, estos veteranos han sufrido el estigma y ostracismo de una ciudad con gran disparidad económica que tradicionalmente ha proclamado una postura antibélica.

Pero a solo seis cuadras del monumento, veteranos de diferentes épocas, razas, géneros, y preferencias sexuales han hecho su propio monumento: el Veterans Alley.

El Veterans Alley es un proyecto de murales ubicado en el Tenderloin. Fue fundado en 2011 por dos veteranos discapacitados, uno de ellos indigente por más de 15 años. El proyecto permite a los veteranos pintar en las paredes públicas de edificios privados que están a cada lado del callejón su propia realidad de la guerra y su experiencia militar.

Vale la pena destacar que Obama, que se encontraba recaudando dinero en la ciudad durante el evento, rechazó la invitación para asistir a la apertura del monumento. Sin embargo, el 6 de octubre dedicó el monumento conmemorativo ‘Veteranos Discapacitados’ en Washington, D.C.

—Traducción Eleni Stephanides