Ramiro Hernández Llamas fue ejecutado el 9 de abril de 2014. Foto Courtesy vanguardia.com.mx

Este 9 de abril a las 16:00 PT, el mexicano Ramiro Hernández Llanas recibió la inyección letal en la cámara de ejecuciones de Huntsville, Texas.

A sus 44 años de edad y originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, México, Ramiro Hernández Llanas llegó a los EEUU nadando por el Río Bravo en 1997. Encontró trabajo en un rancho en la ciudad de Kerrville, Texas. Glen Lich, quien eventualmente sería una de sus víctimas, le ofreció trabajo como carpintero en el rancho.

Fue la noche del 14 de octubre de 1997 cuando Ramiro Hernández entró a casa de los Lich y con una varilla golpeó a Glen en la cabeza quien cayó sin vida al piso. Lera Lich, esposa de Glen, narró los hechos argumentando que después del ataque a su esposo, Ramiro cogió un cuchillo y la amenazó de muerte luego de violarla al menos cuatro veces.

En febrero de 2000, Ramiro fue sentenciado a pena de muerte, sin embargo tuvieron que pasar 17 años de larga espera para que se le pudiera aplicar la inyección letal.
Los abogados de Ramiro adujeron que su cliente tenía retraso mental por lo que no podría ser ejecutado. La Corte de Texas explicó que el retraso mental debía probarse expresamente ya sea con muestras de funcionamiento intelectual por debajo de la media o con importantes limitaciones en habilidades como la comunicación y el autocuidado manifiestas antes de los 18 años.

Este hecho levantó mucha polémica la cuál llevó a las abogadas Naomi Terr y Sheri Johnson a expresar que “el proceso de clemencia de Texas es una farsa y únicamente se burla del concepto de misericordia en la cual se supone que se basa la junta”.