Damos la bienvenida a estudiantes de todo el mundo. El mes pasado, después de haberse mudado a San Francisco proveniente China, uno de nuestros estudiantes pudo experimentar el aprendizaje presencial, mientras el mundo se recupera de la pandemia. Solo pensar en su experiencia me recuerda la alegría y la posibilidad de lo que significa trabajar y representar a un distrito escolar público como el SFUSD. Conocemos a un nuevo estudiante y de inmediato le damos la bienvenida a nuestras escuelas. Comprendemos su ansiedad y sus nervios, y les demostramos que apreciamos su experiencia y la reconocemos por las posibilidades que ofrece.

Es una responsabilidad y a la vez un privilegio ser en quienes nuestras comunidades confíen para brindar la bienvenida a este país a un joven cuya llegada contribuye a la diversidad y a formar parte de una historia que está sucediendo ahora mismo en San Francisco, un tema que que nos importa a muchos, sobre todo en las escuelas públicas de San Francisco. De ahí su importancia en seguir honrándola.

He estado pensando en la experiencia de migración de ese joven y en la promesa de un lugar como San Francisco, una ciudad santuario para los inmigrantes, con su icónico puente, con la neblina llamada Karl, su Torre Coit y la bahía. Somos un faro visual y cultural en todo el mundo. Se escucha sobre San Francisco incluso en China, y la gente sabe lo que significa: diversidad, comprensión mutua y posibilidad. Tuve aspiraciones similares al llegar a San Francisco por esas mismas razones.

Desde el punto de vista de un adolescente como él, venido desde China que pudiera pensar: “Yo puedo ser parte de eso. Podría escribir el próximo capítulo”, entiendo lo importante que es, especialmente en un clima político tan polarizado como el actual, el continuar creando conciencia entre nuestros estudiantes también.

El joven que estoy describiendo fue un estudiante con el que hablé recientemente, de entre familias, educadores y colegas que me acompañaron para dar la bienvenida a los estudiantes a la Escuela Secundaria Internacional de San Francisco.

Courtesy: Gabriela López

Fundamos esa escuela para enfocarnos en los inmigrantes recién llegados a este país, personas que han estado en los EEUU menos de cuatro años. Mis padres también vinieron a este país desde México y tuvieron que trabajar duro para darme las oportunidades que he disfrutado. Mi padre era camionero y mi madre limpiaba casas. Estábamos bajo presión económica, pero encontramos una manera de navegar estos sistemas y sobrevivir. Por la misma razón, muchos de nuestros estudiantes internacionales no han asistido a la escuela desde que comenzó la pandemia. Han estado trabajando para mantener a sus familias.

Traer a nuestros estudiantes, que han vivido estas experiencias, de regreso a l aprendizaje presencial, nos permite extender esa bienvenida de manera más efectiva, para mantener nuestro enfoque en ellos en momentos tan cruciales donde la ansiedad se hace presente y encontrando las bases que definan tanto la educación de un joven como la experiencia del inmigrante. 

Le hemos dado la bienvenida a alrededor de 200 estudiantes matriculados en la escuela en este momento. Considero un privilegio que podamos extender esa bienvenida y esa sensación de posibilidad. No pararemos hasta que todos estén emocionados de volver a la escuela.

Nuestro enfoque debe estar en todos nuestros estudiantes, tanto los que se forman desde tiempo antes de la hora de inicio de clases para ingresar a nuestras instalaciones como aquellos que desean continuar aprendiendo desde casa.

Durante las últimas semanas, les dimos la bienvenida a los estudiantes para que aprendan de forma presencial en nuestras aulas. Hasta ahora, desde principios de abril, hemos recibido a más de 19 mil estudiantes y lo hemos estado haciendo juntos. Nuestros estudiantes, familias, educadores y socios comunitarios están trabajando arduamente para que esto suceda. La seguridad sigue siendo nuestra prioridad. La transparencia también es clave. Así es como nos aseguraremos de hacer esto correctamente. 

Es un trabajo duro, pero vale la pena.

Gabriela López, M.Ed. es maestra de escuela pública y presidenta de la Junta de Educación, cuya experiencia en educación se extiende a más de una década.