Lew Alcindor (a la derecha), quien luego cambió su nombre por Kareem Abdul-Jabbar, al lado de Bill Russell (a la izquierda) y Cassius Clay (Muhammad Ali) en 1967. Bettmann Archive/GettyImages

El Herbst Theater en el War Memorial y Performing Arts Center de San Francisco se encontraba lleno de gente y de euforia el martes 30 de agosto, cuando Kareem Abdul-Jabbar, máximo anotador de todos los tiempos de la NBA y uno de los más destacados atletas y activistas de la historia, apareció al centro del escenario para discutir la política actual y otros asuntos controversiales que afectan a los EEUU.

Además de ser recordado por su icónico disparo ‘gancho de cielo’ y como uno de los jugadores de todos los tiempos de los Lakers de Los Ángeles, este gigante de casi dos metros veinte centímetros, es columnista de la revista Time y The Washington Post, así como autor de varios libros.

Este jugador profesional de 1969 a 1989, tuvo una de las mejores carreras en la historia del baloncesto, al obtener seis títulos de la NBA y tres campeonatos de la NCAA. Su carrera fue enraizada en el activismo de sus días universitarios en la Universidad de California en Los Ángeles, y es algo con lo que se involucra en la actualidad.

Lew Alcindor, conocido como Abdul-Jabbar se crió en una época en la cual, como afroamericano, tenía ciertos derechos en los EEUU.

Pero fue el asesinato de Emmett Till, en 1955, lo que cambió para siempre su visión de la vida: cuando ese adolescente afroamericano de 14 años de edad, de Chicago, que visitaba a su familia en Mississippi, fue linchado luego de hablar con una mujer blanca.

Kareem Abdul-Jabbar (a la derecha) firma un ejemplar de su libro para un joven seguidor, el 30 de agosto en San Francisco. Foto Alejandro Galicia-Díaz

“Realmente no podía entenderlo, y eso me llevo a centrar mi mente en lo siguiente: ¿Cuál es el problema que causa que alguien sea asesinado de esa manera?”, cuestionó Abdul-Jabbar en el Commonwealth Club. “Empecé a prestar atención inmediata en ese momento a lo que estaba pasando con el movimiento de derechos civiles”.

En una época en que las leyes de Jim Crow rigieron el sur segregado, Abdul-Jabbar fue testigo del racismo abierto en la sociedad americana. Al sentir la necesidad de tomar una posición y contribuir de alguna manera a la eliminación de esas leyes, se convirtió en un activista que boicoteó los Juegos Olímpicos de 1968 cuando aún estaba en la universidad y al convertirse al Islam. Más tarde cambiaría su nombre por el de Kareem Abdul-Jabbar.

Con las elecciones a tan sólo unos meses de distancia, este decimonovena veces All-Star está tratando de abordar las acciones de Trump en contra los musulmanes y las minorías.

“El señor Trump está básicamente tratando de utilizar el miedo de la gente y la falta de comprensión de lo que está pasando para obtener votos diciendo lo que dice y haciendo lo que hace”, dijo. “Busca poner a los estadounidenses unos en contra de los otros”.

El ex Laker también se refirió a la decisión del mariscal de campo de los San Francisco 49ers, Colin Kaepernick, de sentarse durante la entonación del himno nacional de los EEUU: “Creo que Colin está tratando de atraer la atención sobre un tema que es muy importante para él”, dijo Abdul-Jabbar. “Lo que vi que dijo fue que está harto con el hecho de que muchos jóvenes negros están muriendo a manos de la policía, que están reaccionando al miedo y la falta de comprensión de las personas que se supone deben proteger y servir”.

A pesar de toda la negatividad que rodea la decisión de Kaepernick, Abdul-Jabbar dice que es una causa digna. Para la estrella del baloncesto, es importante proteger la Primera Enmienda porque el derecho a la libertad de expresión es la base de los EEUU.

Después de una conversación que duró una hora, Abdul-Jabbar se quedó en el escenario para retratarse con sus fans y firmar cientos de copias de su libro Escritos en la pared: la búsqueda de una nueva equidad más allá del blanco y el negro.