Luis Medina

Luis Medina

Luis Medina es un hombre-enciclopedia de anécdotas de la música latina, conocimientos generales, antídotos, y la historia. El nativo de San Francisco, de la Misión, puede nombrar a personas como si hubiera inventado la idea, después de haber entrevistado y trabajado junto a gigantes de la música, desde la Fania All-Stars a Carlos Santana.

Su padre, venezolano, conoció a su madre, de Mazatlán, en una pista de baile de San Francisco, donde ambos bailaban tango en la década de los 40 y 50. Se ganaron muchos premios. Es muy posible Medina tomó su amor por la música en el vientre de su madre.

Medina ha pinchado música, ha hecho de maestro de ceremonias, ha entrevistado, escrito, grabado, expuesto, y tocado una gran variedad de música latina desde salsa a música afro cubana o jazz latino. Ha sido una persona fundamental en educar y celebrar la música nivel local, contribuyendo a la producción del anual Carnaval de San Francisco y al Festival de Jazz de San Francisco de temporadas pasadas.

Más recientemente Medina fue DJ invitado en el mayor festival de salsa al aire libre de Europa, la 17º Anual “ El Templo Latino “ el verano pasado, en Vic-Fezensac, Francia.

Medina también ha sido honrado por su trabajo. En 2001 recibió el logro en la promoción de la música latina de por vida, el premio San Francisco Salsa Congress 2001. Y en 2008 fue galardonado con el Logro Sobresaliente en el Servicio de por vida en el radio Consejo de Puerto Rico de la región occidental.

Pero todo lo que se puede esperar de un hombre cuya pasión es la música tiene sus raíces en la infancia. “Cuando yo tenía 6 años mis padres me compraron un micrófono de juguete”, dijo Medina. Actualmente es director musical en la cadena de radio KPFA 94.1 FM y es anfitrión del programa “Con Sabor” los sábado por la noche”.

“Mi principal motivación en todo esto fue siempre la música”, dijo Medina. “Mi pasión por la música, esto ha estado sucediendo desde que tenía 10 años, los ritmos, la vitalidad, la pasión, la energía. Cuando tenía 17 años escuchaba a Miles Davis, al mismo tiempo que escuchaba a Santana.”

Fue mientras estudiaba arquitectura en la Universidad Estatal de San Francisco (SFSU por sus sigla en inglés) a principios de los años 1970 que Medina decidió hacer un gran cambio en su vida y dedicar su vida a promover y la contemplar la música. “Decidí que quería entrar en la radiodifusión. En aquella época no había muchos latinos interesados en la radiodifusión”, dijo Medina.

Por suerte para Medina, su primo era una de las excepciones. Eduardo Guilarte también estaba interesado en la radio, lo que lo llevó a conocer a Arturito Santiago, que tenía un programa de música tropical en la estación comercial en español KBRG. Significó un gran embite para el mundo de Medina.

En aquel entonces la música latina aún no tenía el prestigio y la variedad de que goza hoy en día en las estaciones de radio en EEUU. “No siempre hubo la riqueza que tenemos ahora”, dijo Medina. “Todos los clubes y conciertos. Los años 70 fueron un período de incubación“, dijo Medina. La comunidad de músicos estudiantes latinos y aficionados de la universidad de SFSU lo adoptaron. Le enseñaron la historia y las raíces de la música, lo que desató su fascinación.

Entonces Guilarte heredó el segmento de medianoche a 6 de la mañana de la nueva estación de radio pública KPOO, y pidió a Medina que lo ayudara. “Yo siempre llevaba toda la música. Salsa, jazz y otras cosas”, dijo Medina. Lo que devino en un prgrama de tres horas llamado ‘Mestizo’ que salió al aire entre los años 1974 y 1979.

La escena de la música latina estaba vivita y coleando en aquel entonces. “Machito, Tito Rodríguez, todos estos gigantes. Todo esto me rodeaba y me empapé de ello absorbiéndolo como si fuera una esponja. Yo era una de las personas en la vanguardia de la salsa”, dijo Medina. Y sí que lo fue.

En el año 1979, la estación de radio en español KBRG le solicitó a Medina que iniciara un programa. Sintiendo que su manejo del español no era tan bueno como para tener un programa completo en español, Medina pidió hacer la presentación en ambos idiomas. Su programa, “Sabor Caliente”, fue uno de los primeros programas de radio bilingüe del país dedicado a la música latina.

En 1975, Medina trabajó con José Flores para producir uno de los programas de radio estadounidenses centrados en la música cubana. Medina fue el hombre detrás del micrófono la primera vez que Los Papines, una de las bandas de rumba cubanas más famosas, visitó KPOO en 1977. También en 1975, Medina trabajó con Greg Landau para producir un espectáculo titulado “The Music of Revoluntionary Cuba” (La Música de la Cuba Revolucionaria).

Para complementar su trabajo en la radio, Medina ha desarrollado una sólida carrera en el mundo del espectáculo, como coproductor para producciones de la SFSU, produciendo conciertos, y ayudando a la agencia de la comunidad Centro del Cambio a producir una feria con Joe Bataan como invitado.

Su labor como DJ se inició en 1994, cuando Adrian Gadar abrió un club de salsa en el número 330 de la calle Ritch llamado Mi Pueblo. Medina llenó la pista de baile y se quedó allí varios meses.

“He trabajado con Celia Cruz, Santana, Shaggy… He sido muy afortunado la mayor parte de mi vida. Tengo una carrera con muchas vertientes”, dijo Medina. Y, por suerte, los tiempos han cambiado desde que Medina comenzó a tocar y celebrar la música latina. “Ahora usted tiene un montón de escenas diferentes y DJs. Somos muy afortunados de estar aquí en la Bahía de San Francisco, donde se aprecia y apoya la salsa y el jazz latino”, dijo.

“San Francisco es un crisol de razas. Una gran cantidad de grandes músicos han venido aquí y lo han convertido en su hogar. Para mucha gente la salsa es parte del aire que respiran”. Medina tiene previsto seguir estando en la vanguardia de la historia de la música. “He estado en este negocio desde el año 1974 y todavía estoy aprendiendo”, dijo. Y todavía nos encanta escucharlo.

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Avotcja

Avotcja

Fue durante el comienzo de su adolescencia cuando Avotcja Jitonilro descubrió su pasión: la música latina y especialmente el tipo con alma africana.

Jiltonilro nació en Nueva York de padres con raíces en el Caribe. Ella empezó a coleccionar discos de niña. Después, su vasta colección recibió atención de estaciones de radio local que la invitaban a sus programas. Para cundo tenía 14 años, Jiltonilro hacía recitales de poesía, aprendía sobre producción de radio y tocaba música.

Buscando valerse por sí misma, huyó a California a mediados de los años 50, donde fue declarada menor emancipada a los 15 años. Desafortunadamente, nadie la contrataba porque se veía muy joven. El único lugar donde pudo encontrar trabajo fue en los campos de fresas. “Recogía lo que fuera, pero lo peor fueron las fresas. Todo el tiempo estás mojada y tienen estas horribles orugas grandotas. Rociaban los campos con plaguicida cuando estabamos ahí. Probablemente, por eso es que ahora tengo esclerosis múltiple, pero no puedes probar nada”, dijo Jiltonilro.

En los campos conoció a trabajadores mexicanos y filipinos que la acogieron en su regazo y a quienes ella agradece haberla mantenido en regla. “Si no hubiera sido por esos rudos mexicanos y filipinos que me tomaron de la oreja porque era una muchacha rebelde y estaba metida en problemas”, dijo Jiltonilro.

Durante la siguiente década o más tiempo aún, anduvo entre California, Nueva York, México, Canadá e incluso Europa, para finalmente establecerse permanentemente en California a principios de los años 70. Son todas esas experiencias que fluyen a través del trabajo musical de Jiltonilro.

Su trabajo en estaciones de radio del Área de la Bahía comenzó a principios de los 70 en Berkeley cuando dos jóvenes que tenían un programa en Raza Media en la universidad de UC Berkeley la invitaron a conducir el programa mientras ellos se ausentaban por unos meses.

Para el año 1973, Jiltonilro empezó a conducir su propio programa de radio en la naciente estación de radio alternativa KPOO. Ella ha estado ahí desde entonces. “Soy la más antigua y contínua presentadora de radio en el Área de la Bahía”, dijo Jiltonilro.

Después KPFA la llamó. Actualmente, conduce varios programas en KPFA. Su programa de blues ha ganado tres reconocimientos.

En los 70, Jiltonilro obtuvo un puesto de trabajo en NBC como ingeniera. El salario era bueno pero no había espacio para la creatividad. “Tocabas lo que ellos querían que tocaras.” No lo aguantó y se fue.

Así que es en KPOO donde el verdadero espíritu de Jiltonilro brilla. Ahí ella es libre de tocar lo que quiera, incluyendo su música favorita del Caribe, México y América Latina.

Aparte de su trabajo en la radio, Jiltonilro es música —su grupo, Modúpue, fue nombrada banda de jazz del año en el 2005 y 2010 —, poeta publicada, escritora y presentadora de radio.

“Tengo 69 años y empezé a hacer lo mío cuando tenía 14. Para mí,la música y la poesía siempre fueron de la mano. Me niego a identificarme como artista de la palabra hablada, porque las cosas se escriben para las páginas y el escenario,” dijo Jiltonilro.

Para mantener su trabajo en la radio, Jiltonilro tomó un trabajo enseñando para pagar sus cuentas. “Enseñé en el sistema penal. Enseñé en las escuelas. Enseñé música, poesía y drama”, dijo Jiltonilro. Ella trabajó en el sistema penal durante más de 20 años, donde ganó reconocimiento por su habilidad de enseñar a la gente que no quería aprender a leer o escribir.

Jiltonilro dice que la música la educó a ella. “La música me introdujo al planeta.”

“No tengas miedo de aceptar la belleza de las diferencias. La gente no debería tener miedo de encontrar su pasión, y cuando la encuntren no dejar que nada se atraviese en el camino. Agarra un trabajo extra cualquiera si tienes que hacerlo para que no dejes lo que te interesa.” Buen consejo de ésta muti-talentosa artista, quien ha podido crear una carrera que se ha prolongado varias décadas y por la cual aún siente pasión.

www.avotcja.org

—Traducción Carmen Ruiz

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Chata Gutiérrez

Chata Guiterrez

Chata Gutiérrez, el anfitrión y productor de la tarde KPOO Sábado “Con Clave” del programa, es realmente una niña de distrito de la Misión y sobreviviente.

Su padre, que era de un pequeño pueblo en el estado mexicano de Michoacán, llegó a los EE.UU. a través del programa Bracero. Cuando Gutiérrez nació en San Francisco General en 1953 se convirtió en el más joven de cinco hijos.

Al crecer el 22 y Folsom y asistir a la escuela primaria Edison, que ahora se llama César Chávez, puso en un entorno que influyó en su interés por la música latina.

“Siempre me gustó la música y compraba los discos cuando podía. En mi adolescencia, después tuve un montón de amigos que eran de Puerto Rico y ahí es donde mi amor por la salsa comenzó. Cuando vivimos el 22 de uno de nuestros vecinos había un grupo jíbaro. Puedo usar para cavar los instrumentos que tocaban. A día de hoy me encanta musica “, dijo Gutiérrez.

En su adolescencia encontró un trabajo en el Centro del Cambio, donde fue responsable de la promoción de los programas.

Fue durante este tiempo que Gutiérrez descubierto Arturito Santiago que tenía una demostración de la noche a última hora del KBRG. “Tenía un estilo muy singular, como un hombre lobo Jack latinos con acento puertorriqueño. Imagina que. Jugaba todos estos temas golpear de Puerto Rico “, dijo Gutiérrez. Santiago De alguna manera había logrado labrarse su propio show en un top 40 de la estación y hacer lo que quería hacer.

Gutiérrez vio su oportunidad de hacer lo mismo cuando se terminó yendo a KPFA para promover los programas del Centro de Cambio y se reunió con Emiliano Echeverría, que estaba haciendo Reflexiones de La Raza mostrar.

“Cuando conocí a Emiliano y me gustó lo que estaba haciendo y quería aprender todo lo que sabía. Le dije ‘Enséñame todo “y procedió a hacer justamente eso.”

Primera exposición de Gutiérrez salió al aire el 6 de noviembre de 1972, “fue que 19 va el 20 cuando hice mi primera exposición. En el momento en que me metí en el estudio que yo sabía que esto era lo que yo quería hacer.

público Área de la Bahía que ha ayudado a crear un ambiente para la música de prosperar aquí.

“Creo que (mi trabajo) me ha ayudado a impulsar la música y recibe a los jóvenes a sintonizar la radio y escuchar el ritmo y la música. Es la música de sus padres utilizan para jugar y ahora están entrando en ella. Me encanta eso. Para mí que lo mejor que le puede pasar. Para transmitir la música a las generaciones futuras.

“También los créditos de radio y música con el ahorro de su vida. “No importa dónde estaba o qué estaba haciendo yo de alguna forma logró hacer mi show. Una de las cosas más hermosas que he visto es la cantidad de la música ha llegado a tanta gente. Y lo que nos une a todos es el tambor. La clave. Todo está en la clave. Es justo ahí “, dijo Gutiérrez.

Después de unos años en KPFA, Gutiérrez se trasladó a KPOO a finales de 1970, donde comenzó su salsa show” Con Clave “.

Y como se puede esperar, hubo poco o ningún dinero que se tenía. “Nunca lo hice por dinero. No hay dinero. Es la pasión por la música y la comunicación con la comunidad “, dijo Gutiérrez.

Sus ingresos provenían de un trabajo en el Departamento de Salud Pública. Se retiró hace dos años por problemas de salud. Ella también dejó su concierto de disk jockey en el club nocturno de la jalea. “Ahora la prioridad es mi nieto y su hija”, dijo Gutiérrez.

Pero Chata Gutiérrez no va a desaparecer y tiene previsto hablar sobre hacer regularmente una transmisión en vivo en el Centro Cultural de la Misión para las Artes Latinas el próximo año con su buen amigo Ray Balberan.

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Emiliano Echeverría

Emiliano Echeverria

Entrar en la sala de la casa de Emiliano Echeverría en el distrito Sunset en San Francisco, es como entrar a la Biblioteca del Congreso. Cientos de discos (el más antiguo es de 1903), libros, y una mezcla miscelánea, organizada en cajones y cajas que rodean las paredes. El enfoque principal es música latina, en particular salsa cubana.

Este archivo incluye la mente de Echeverría, la cual es un tesoro bien entonado de anécdotas, datos y fechas de historia musical, social y política.

Echeverría, nacido en Guatemala, llegó a San Francisco de pequeño, y creció en varios barrios de la ciudad. Esta experiencia, combinada con el hecho de que existía una clase trabajadora y étnicamente diversa en la ciudad, creó un ambiente único para el muchacho.

“Yo crecí en San Francisco, el cual fue un ambiente fecundo musical y culturalmente. Cuando niños, en los 50 y los 60, había toda clase de estaciones de radio cortejando a la población juvenil. Hasta la llamaban la radio barro por todos los comerciales de cremas para combatir el acné en las 40 estaciones principales”, dijo Echeverría.

A Echeverría y sus amigos les gustaba una gama amplia de música. Su gusto ecléctico en la música tuvo como resultado la creciente colección de discos del joven, quien empezó a tocar su propia música en la escuela y en las fiestas de la iglesia.

A los 14 años él decidió visitar las estaciones de radio locales en busca de oportunidades. “Tuve un duro despertar al constatar que allí todos eran adultos”, dijo Echeverría. La imagen enfocada en los adolescentes que promovían las estaciones en las ondas de radio era muy diferente de la atmosfera de seriedad en sus oficinas. “Era como entrar a un banco. Ellos no querían niños allí”.

No fue hasta que encontró por accidente un programa radial tarde en la noche en KMPX, presentado por Larry Miller y Tom Donahue, que se reanudaron las esperanzas de Echeverría. En KMPX él encontró un ambiente más relajado, y pregunto si tenían algún joven trabajando allí. La respuesta fue no, pues ningún joven hasta ahora había solicitado un puesto, pero si él estaba interesado, que regresara después de conseguir una licencia del FCC clase tres.

“Seguro pensaron que ese sería el final del asunto. Pero yo me pude rebuscar los $3 que se tenía que pagar, tomé el examen y conseguí mi licencia. Eso fue en 1967”, dijo Echeverría quien empezó a producir comerciales PSAs para la estación.

En marzo de 1968, KMPX tuvo una huelga y el personal se fue para otras estaciones. Echeverría termino en KPFA justo cuando el Dr. Martin Luther King fue asesinado, un hecho seguido por la huelga del Tercer Mundo en la Universidad Estatal de San Francisco (SFSU). Arrastrado por el tono político de ese tiempo, Echeverría entendió que la programación debía ser importante para la comunidad.

En KPFA él cubrió todo, desde la Opera en domingo hasta la escena en la parte oeste de la calle Fillmore. Fue durante este tiempo que Echeverría fue llamado para hacer el servicio militar. “Yo me negué a hacer el servicio militar, así serví como patrocinador huésped del gobierno norte americano.

Cuando termino su servicio, Echeverría volvió a KPFA donde ayudo a establecer el Departamento del Tercer Mundo. “Era el momento para incluir la comunidad. Esto me trajo grandes problemas. Hubo temas importantes, que aun están sin resolverse completamente en KPFA”.

En 1971 Echeverría y Raúl Torres, un chicano de Oakland, ayudaron a formar la Colectiva Aztlán de Comunicación (CAC). Fueron al aire con su primer programa — Reflexiones del la Raza— en noviembre 13, 1971, presentando a Dolores Huerta. A continuación cubrieron el Chicano Moratorium, la fundación de las Cruzadas de Justicia, El Teatro Campesino, y muchas otras organizaciones locales, entre ellas El Tecolote.

Ya para 1972 la Colectiva había crecido, y ahora incluía a Andre e Isabel Alegría, Rodrigo Reyes, Lillian Del Sol, Irene y Steve Ramírez, y Nina Serrano, Daniel del Solar y otros.

El reportaje de la Colectiva pronto se hizo internacional. Uno de sus logros más grandes fue cubrir el golpe de estado que derrocó a Salvador Allende, el presidente chileno elegido democráticamente. “Estábamos tan al tanto de los hechos, que Newsweek y Time Magazine tuvieron que ponerse en contacto con CAC, para obtener información precedente acerca de qué diablos estaba pasando, de quien era quien, pues nadie en este país tenía ni la menor idea de que estaba pasando”, dijo Echeverría.

La Colectiva termino en 1973 cundo los miembros tomaron rumbos separados para continuar su activismo en campos diferentes.

Para Echeverría las prioridades eran claras: el darle una voz a aquellos que no la tenían, sin tener en cuenta cual fuera el costo personal. “Yo tenía la intención, cuando empecé en KMPX, de tener una carrera radial. Pero como mis actividades eran más orientadas al bien de la comunidad y muy radicales como para ser puestas al aire en las cadenas de radio principales, esas puertas se serraron para mí en la mitad de los 70s”.

Como muchos otros participantes en la radio de alternativa en ese tiempo, Echeverría tenía un empleo regular para poder pagar las cuentas, usando su experiencia en el campo de la construcción para sostener su verdadera pasión.

A lo largo del camino él encontró el tiempo para servir como mentor de otros, entre ellos Chata Gutiérrez, a quien conoció en su estudio en marzo 4, 1972. Después de un largo día viajando a Keene, California, para entrevistar a Cesar Chávez, Echeverría se apuró para llegar al estudio a hacer un programa sobre Centro del Cambio. “Entreviste a Gene Royal y Judy Copeland, pero también estaba allí una persona que de pronto me dice ‘Sabes, yo quiero aprender a hacer radio’. Era Chata, y ese día era su cumpleaños”, recuerda Echeverría.

Echeverría encontraría pronto su pasión en la música cubana. Ahora en día se puede escuchar música cubana cualquier día de la semana, ya sea de músicos cubanos y de artistas influenciados por ellos. Pero así no eran las cosas al principio de los 1970s, cuando no habían sino uno o dos lugares tocando esta música.

Esto cambio cuando Echeverría, sus colegas, y músicos locales empezaron a promover la música cubana en el aire y en el tablado. “Colectivamente convertimos el Área de la Bahía en algo que en los 1960s nadie pensó que pudiera ocurrir. Se convertiría en el centro para esta música.

Echeverría rápidamente da crédito a otros, nombrando a los músicos John Santos, Rebeca Mauleón, Armando Peraza, Wilfredo Reyes, Greg Landau, la familia Escovedo, Benny Velarde, Carlos Federico, Carlos Santana y muchos más.

En 1977, cuando Los Papines —el primer grupo de mambo cubano— llegaron al Área de la Bahía, el trabajo inicial de promoción de la música cubana ya se había hecho, y ellos tocaron para una audiencia completa en el Oakland Auditorium. “En 1972 no se hubiera podido hacer esto. La radio tuvo mucho que ver con esto, los talleres y las clases también ayudaron”, dijo Echeverría.

Mirando atrás, Echeverría quiere aclarar que a pesar de la gratificación en este trabajo, también fue una lucha desde el comienzo. “Hacer esta clase de programación no era algo bienvenido. Tuvimos que luchar para entrar en el mundo del radio del Área de la Bahía. Ninguna de las estaciones a las que fuimos dijo ‘¡Oh ustedes van hacer mambos! ¡Qué maravilla!’ Lo que menos querían era tenernos a nosotros. Hicimos algo que no era parte de su plan. Así que no fue algo que KPFA recibiera de buena gana. No rechazaron, y nos rechazaron, y nos rechazaron. Esto es algo que se tiene que recordar. No fue un regalo. Aun en KPOO tuvimos que pasar varias pruebas antes de que se calmara la tormenta.

Y cuando finalmente fueron aceptados, ocurrió por ellos se habían convertido los mejores en su campo.

“Lo hicimos no como un modo de avanzar en nuestras carreras. A fin de cuentas lo hicimos porque amamos la música, y porque queríamos que se supiera que teníamos una cultura la machera. Ya después nadie puedo poner el genio otra vez en la lámpara”, dijo Echeverría.

Gracias a Echeverría, la cultura de la música cubana continua floreciendo a través de generaciones por toda el Área de la Bahía.

http://radiocubacanta.blogspot.com/

—Traducción Margarita Millar