Sala del Instituto Familiar de la Raza, donde los consejeros se reúnen con los participantes —por lo general, padres con hijos pequeños o adolescentes. Foto Brenda Lopez

El 20 de noviembre el fiscal de distrito, George Gascón, anunció la puesta en marcha del programa Compensación para Víctimas de California, que ofrece una indemnización de hasta $5000 en asesoría de salud mental para niños y jóvenes testigos de violencia.

“Es importante que los niños reciban los servicios necesarios para su desarrollo y la gente necesita saber que éste es uno de esos”, dijo María Bee, directora de Servicios de Atención a Víctimas de la fiscalía de distrito, quien además refirió que dicho programa inició en el 2009, pero es relativamente inutilizado.

El objetivo del programa es proporcionar asesoramiento a niños y jóvenes expuestos a la violencia que, además, sufren de trauma emocional profundo.

“La violencia comunitaria tiene profundos y duraderos efectos sobre nuestros hijos. La oficina del fiscal de distrito quiere que las familias sepan que pueden acceder a los servicios de salud mental para los niños que son testigos de violencia”, dijo George Gascón en un comunicado de prensa.

Berta Hernández, directora del Sistema de recursos familiares. Foto Brenda Lopez

Hay una doble explicación sobre la brecha existente entre la disponibilidad y el acceso al programa —ambos carecen de la suficiente concienciación y reconocimiento del valor de su importancia.

“Los niños expuestos a la violencia, ya sea en el hogar o en la comunidad, experimentan gran cantidad de consecuencias negativas, por ejemplo a nivel emocional y social, así como por problemas de desarrollo cognitivo”, dijo Berta Hernández, directora del Sistema de recursos familiares para latinos, del Instituto Familiar de la Raza.

Hernández también corroboró el hecho de que durante los tiroteos ocurridos en la Misión durante septiembre y octubre pasados, uno de ellos registrado al mediodía y en las cercanías de parques y escuelas, no se abrió solicitud alguna para acceso al programa.

“Muchos los niños permanecen callados [acerca de la violencia], así que es difícil asegurarlo, sin embargo, estudios muestran que los niños expuestos a la violencia son agresivos con sus compañeros, lo que perpetúa el bullying… manifiestan varios sentimientos de desesperación”, agregó Hernández, al explicar la importancia de la prevención en las víctimas (los niños), para que no se vuelvan perpetradores de violencia.

El olvido no resuelve el trauma emocional o la cura para las deficiencias en el desarrollo, solo a través de asesoría puede pasarse de ser víctimas a sobrevivientes.
“[Los niños] no necesitan haber visto la violencia, pudieron, por ejemplo, estar en su casa y oír disparos. Ser testigo de violencia es tanto ver como escuchar”, explicó Bee. “El testigo debe ser menor de dieciocho años y, ya sea el padre, la madre, el tutor legal o trabajador social con licencia, tienen el derecho a solicitar los servicios de asesoría. No se requiere informe de la policía”, agregó Bee.

Una vez que un niño está inscrito en el programa, el tipo de servicio a recibir se determina con base en las particularidades de cada caso.

“Como colectivo que abarca toda la ciudad, se trabaja con las familias y los niños que han estado expuestos a la violencia”, dijo Blia Moua, director del programa Safe Start que se ha asociado recientemente con la oficina del fiscal, en un esfuerzo por reducir el impacto de la violencia entre los niños.

Las familias que viven en la Misión o en barrios circunvecinos pueden contactar al programa Safe Start de San Francisco, en cualquiera de sus sedes: Instituto Familiar de la Raza, ubicado en el 2919 de la calle Misión o el Programa Prenatal sin hogar, localizado en el 2500 de la calle 18. Todos los servicios son gratuitos.

—Traducción Juan De Anda