A medida que COVID-19 se extiende por todo el estado y se le pide a los residentes refugiarse en sus hogares, las víctimas de violencia doméstica no solo tienen que lidiar con el miedo a la pandemia, sino también con el riesgo de estar en cuarentena junto a sus abusadores.

Defensores están preocupados por la seguridad de esta población ya de por sí vulnerable y, a medida que los servicios para las víctimas operan ahora, de manera limitada, cumpliendo con la orden del gobernador Gavin Newsom, lo que queda por delante es incierto.

Para los proveedores de servicios de apoyo en contra de la violencia doméstica en San Francisco, esto ha significado tener que cerrar muchas de sus oficinas comunitarias para limitar la propagación del virus entre el personal y los clientes, y solo ofrecer los servicios más esenciales, como la línea de crisis, telefónica y de mensajes de textos las 24 horas, refugio de emergencia y servicios de vivienda.

“Realmente estamos tratando de trabajar con nuestros clientes por teléfono, seguimos ofreciendo nuestra línea directa para ayudarlos a continuar navegando, sean cuales sean sus problemas”, dijo Kathy Black, directora ejecutiva de La Casa de Las Madres, un proveedor de refugio por violencia doméstica ubicado en el barrio Tenderloin. “Estamos recibiendo referencias de las salas de emergencia de los hospitales y de agentes del orden público, luego solo de las personas que están llamando y pidiendo ayuda, pero también entendemos que es difícil para las personas llamar si están resguardadas en el mismo lugar con quien les está lastimando”.

Según el octavo informe integral del Consejo de Violencia Familiar de San Francisco, publicado en 2018, las personas de color son las víctimas desproporcionadas de violencia doméstica. Según el informe, en los casos reportados donde la víctima era menor de 18 años, el 47 por ciento eran latinx. En los casos en que la víctima tenía más de 60 años, el 37 por ciento eran de color.

El informe también señaló que, en 2016, el Departamento de Justicia de California tuvo conocimiento de que al menos el 38 por ciento de los homicidios femeninos en el estado estaban relacionados con la violencia doméstica.

Ilustración: Bhabna Banerjee

En el Hospital General de San Francisco, un defensor de La Casa, que generalmente estaría allí para brindar planificación de seguridad en persona, así como apoyo a las víctimas que han sido derivadas para recibir servicios médicos, ya no puede reunirse físicamente con ellas, ahora esos mismos servicios se ofrecen vía telefónica.

“Nos hemos adaptado lo mejor que hemos podido para que todos lo sepan, aunque el defensor podría no estar allí en el hospital, están aquí en La Casa y contactan a la persona y los conectan con los servicios”, dijo Black. “No quiero que nadie en la comunidad piense que no hay ayuda disponible. Nuestros defensores están atendiendo las líneas telefónicas y mensajes de texto y queremos asegurarle a la comunidad que, aunque los sistemas judiciales están cerrados, las cortes continúan procesando órdenes de restricción”.

El proceso continuo de las órdenes de restricción en nombre de las víctimas durante la cuarentena también es algo que Emberly Cross, abogada coordinadora de la Clínica de Orden de Restricción Cooperativa (CROC, por sus siglas en inglés) en San Francisco, quería que la comunidad lo supiera: “Creo que hubo confusión durante un tiempo de que las cortes estaban cerradas, o que los servicios legales no estaban disponibles y hemos tratado de correr la voz de que la corte de San Francisco sigue abierta. Se están procesando órdenes de restricción y los servicios legales continúan abiertos. CROC aún está abierta. Todavía estamos ayudando a los sobrevivientes a solicitar órdenes de restricción, tenemos personal que sigue trabajando, tenemos voluntarios que todavía nos están ayudando”, informó y agregó: “Definitivamente hubo menos solicitudes de órdenes de restricción presentadas la semana pasada, y espero que a medida que más personas entiendan que las cortes aún están abiertas, se sentirán más seguras, se sentirán mejor llenando esas solicitudes”.

Con respecto a las audiencias de violencia doméstica, donde las cortes determinan si una orden temporal se convertirá en una permanente, todavía se llevan a cabo todos los miércoles por la mañana en la Corte Superior de San Francisco, pero solo aquellos casos en que las víctimas tienen niños con su abusador. Las audiencias para casos donde no hay niños involucrados reanudarán al término de la cuarentena, aunque las órdenes temporales todavía se están procesando. 

Debido al COVID-19 es que ya no se requiere que las personas se presenten en persona a su audiencia de orden de restricción.

“Las cortes están permitiendo que las partes sigan la audiencia por teléfono, por lo que si alguien está enfermo o le preocupa enfermarse, puede pedirle a la corte la opción de conectarse por teléfono… simplemente puede llamar al secretario de la corte y pedir permiso para aparecer por teléfono y le dejarán hacerlo”, dijo Cross. “Estuve en la corte ayer y se llevaron a cabo varias audiencias y la corte dio permiso a los litigantes, y esa mañana un cliente solicitó permiso y se le otorgó”.

Aún así, los defensores entienden que estos son tiempos de tensión para las víctimas, que pueden no solo estar experimentando un incremento de violencia en el hogar, sino también aislamiento de sus redes de apoyo.

“Los abusadores podrían usar esto como un medio para aislarse aún más, pueden decir: ‘Si sales, no te dejaré volver, entonces estarás en la calle y nadie te ayudará’. O culpando a las víctimas y diciéndoles: si sales, lo traerás aquí”, dijo Black. “Esos son los temores reales de las personas y tienen miedo a tomar medidas, pero queremos que las personas, víctimas y sobrevivientes, sientan que pueden pedir ayuda”.

Cross repitió preocupaciones similares sobre cómo la crisis del COVID-19 está aumentando el poder de una pareja abusiva sobre sus víctimas: “Estamos preocupados por los sobrevivientes que ahora están bajo orden de cuarentena, y no tienen ningún respiro para alejarse de la pareja que ha sido abusiva. No pueden llevar a los niños a la escuela, ir a trabajar, visitar a un amigo, ir a la iglesia. Simplemente están atrapados en casa con esta persona que ha sido abusiva con ellos y ahora puede ser mucho más difícil escapar”.

Aún así, Black quiere que las víctimas sepan que su seguridad sigue siendo una prioridad durante estos tiempos: “Si es una decisión entre su seguridad física y quebrantar el refugio preventivo, usted quebrante el refugio y obtenga ayuda”, dijo. “No queremos que nadie sienta que debe quedarse. Si le preocupa estar en peligro inminente, llame a una línea directa o al 911 y obtenga ayuda”, aconseja. 

Para Cross, la pandemia destaca la resiliencia de las víctimas de la violencia ante circunstancias difíciles: “Esta es una población que ya es vulnerable, que ya está estresada, que ya sufre de TEPT. Y para tener que lidiar con la pandemia además de tener que preocuparse cada vez que tosen o cada vez que sus hijos tosen, no puedo imaginar el estrés y la tensión adicional que están experimentando. Y estoy asombrada de su fuerza, de salir adelante todos los días”.