Jean Quan, recién electa alcaldesa de Oakland, a su llegada al teatro Oakland Fox, el 3 de enero.

Jean Quan, la hija de una inmigrante china analfabeta, asumió como alcaldesa de Oakland el pasado 3 de enero. Ella contó parte de su historia personal ese día, para ejemplificar por qué llama a la suya una “ciudad de sueños”.

“Pude ir a grandes colegios y universidades; puede acceder a la Universidad de California (Berkeley) debido a una beca. Fui capaz de hacer y completar esa trayectoria por mi familia y otras familias, de recorrer las ocho cuadras entre un grupo de asistencia para familias, en el barrio chino, y la alcaldía”.

La ceremonia en que Quan asumió el cargo, convirtiéndose en la primer mujer en presidir Oakland, y la primer asiática americana en gobernar una ciudad con más de 400.000 habitantes en los Estados Unidos, se celebró en el teatro Fox Oakland. Mientras ofreció su discurso, permanecieron junto a ella su esposo, el doctor Floyd Huen, y sus dos hijos, William y Lailan, ambos educados en escuelas públicas y luego graduados uno en Princeton, la otra en Columbia.

“Mi familia vino aquí hace 104 años, sin nada más que la ropa que traían sobre sus espaldas, luego que el barrio chino de San Francisco fue destruido por un incendio. Recibieron hospicio en la Asociación de Familias, en el barrio chino de Oakland. Alguna gente pensó que esos chinos, literalmente, debían irse, y si miran los archivos de la época del terremoto, algunos fundadores pensaban que el barrio chino debía ser eliminado, pues muchos se habían mudado allí. Pero Oakland hizo lo correcto. Y el barrio chino sigue allí”, prosiguió Quan.

En todo su discurso, la alcaldesa hizo énfasis en la necesidad de tener esperanza para mejorar. “Mi sueño, mi historia, es una historia de Oakland”, dijo.

Quan, de 61 años, ha tenido una destacada carrera como promotora de la educación y defensora de los derechos de las minorías –como estudiante en la Universidad de Berkeley, a finales de los sesentas, participó en las protestas que impulsaron la creación del Departamento de Estudios Étnicos; años después, sería electa por tres periodos consecutivos como miembro del Consejo de Educación de Oakland, que alcanzó a presidir, y donde hizo historia por su particular preocupación por los jóvenes afroamericanos.

Al recordar pasajes de su vida en una entrevista reciente con Cecily Burt, para The Oakland Tribune, Quan mencionó a dos de sus héroes: Martin Luther King Jr. y César Chávez. Su apoyo al boicot a la uva, provocó que la amenazaran con expulsarla de Berkeley, relató en esa misma entrevista; fue esa experiencia, dijo, por la que se radicalizó para siempre.

Otro sueño

Tres días después, el 6 de enero, en San Francisco se hablaba de otro sueño, de alguna manera muy parecido al de Jean Quan, sólo que éste pendiente por realizarse.

En las escalinatas de la basílica de Dolores, en el barrio de la Misión, activistas de distintas organizaciones —San Francisco Organizing Project, Dolores Street Community Services, Bay Area Coalition for Immigration Reform, entre otros— acudieron a dar su apoyo a Melissa Lee y sus dos hijos, Elizabeth y Félix, quienes enfrentan un proceso de deportación.

La intervención de los abogados de Dolores Street Community Services ganó para los Lee seis meses más de estancia en los Estados Unidos —su deportación a Perú estaba prevista para el 19 de enero.

Melissa Lee, una mujer en sus cuarentas, apenas habla inglés y su español, por igual, es limitado; su primera lengua es chino. Comentó que salió de China en 1990. Trajo a sus hijos, entonces unos niños, a los Estados Unidos una década después; Elizabeth tiene hoy 18 años, Félix, 16. Pidieron asilo para permanecer en el país; pero éste les fue negado.

Elizabeth y Félix Lee habrían sido beneficiados con la aprobación del Dream Act. Pero, como es sabido, tras una argumentación prejuiciada de los republicanos, y la oposición de demócratas temerosos a perder apoyo político en sus distritos, el Senado rechazó aprobar esa iniciativa, que habría abierto el camino a la residencia definitiva a cientos de miles de estudiantes y graduados nacidos en el extranjero.

Elizabeth Lee se graduó con honores de la Lowell High School, una de las mejores escuelas del país, a la cual, por su excelencia, le es permitido un estricto criterio de selección de alumnos, quienes además de altas calificaciones deben probar un amplio y destacado historial de actividades extraescolares.

Elizabeth fue aceptada por la Universidad de Berkeley para estudiar sociología. Al aprehenderla la policía migratoria en mayo pasado, perdió la oportunidad de ingresar a esa escuela; debió optar por el City College de San Francisco.

Félix también estudia en Lowell. El director de la High School, Andrew Ishibashi, acudió al mitin en apoyo de los Lee, el 6 de enero. Elogió la inteligencia de ambos hermanos. Recordó cuánto le impresionó el ensayo escrito por Félix en su solicitud para ingresar a Lowell. “Ese chico tiene un extraordinario talento; puede ser un gran médico, o lo que él decida”.

Ishibashi hizo notar el botón que llevaba adherido a la solapa. Era un retrato de Martin Luther King Jr. “Este hombre tuvo un sueño; es tiempo que lo cumplamos”, dijo.