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Hace unos 35 años, este escritor cruzó el Puente de la Bahía en el asiento trasero del Monte Carlo modelo 1976 de Armando Cerda. Era el verano de 1984 y la emblemática ‘When doves cry’ de Prince vibró melódicamente en el vehículo desde los altavoces del tablero trasero.

Ahora, el 21 de marzo de 2019 a las 7:18 de la tarde, una multitud multiétnica de 300 activistas comunitarios se detuvo silenciosa cerca de la Cima Bernal mirando al horizonte iluminado de San Francisco, al este, el Puente de la Bahía. En medio de la vigilia para Alex Nieto, una vez más, aquella melodía de Prince resuena en tono ensordecedor en mi mente.

“Son siglos de una historia de violencia contra las comunidades de color”, dijo Hillary Ronen, supervisora del Distrito 9, y agregó: “Exigimos reconocer esa verdad del racismo contra las personas negras y morenas. Exigimos acción. Exigimos justicia”.

Liliana Aviles abraza a Anita Pascasio durante la vigilia en honor a Alex Nieto, víctima de la policía de San Francisco. Foto: Beth LaBerge

La vigilia marcó el quinto aniversario del asesinato de Alex a manos de los oficiales del SFPD, en esa misma cima,  en el idílico parque de la colina que ofrece una vista majestuosa del Distrito Misión.

Alex era un nativo de Bernal Heights que frecuentaba la colina, y un amado joven chicano del histórico Distrito Misión de San Francisco. Su maestro y mentor Benjamín ‘Ben’ Bac Sierra saludaba regularmente a Alex con: “¿Qué pasa con el movimiento, hermano?” Esta expresión de ‘carnalismo’ provocaría un “informe sobre las cosas positivas que está haciendo por la comunidad”, según Bac Sierra. Claramente, Alex era un joven especial, preparado para servir a su gente con compasión y altruismo.

Pero el 21 de marzo de 2014, aproximadamente a las 7 de la tarde, Alex fue perfilado racialmente como ‘extranjero’ y ‘pandillero’ por dos blancos recién llegados al vecindario, que paseaban a sus perros cerca de donde se encontraba Alex. Él estaba comiendo un burrito tranquilamente en una banca, disfrutando del resplandor del horizonte de San Francisco antes de entrar a trabajar como guardia de seguridad. Al parecer, el comportamiento de Alex, un hombre moreno, portando orgulloso una nueva chamarra del equipo de fútbol de los 49 de San Francisco, y llevando consigo una pistola Taser enfundada que utilizaba para su trabajo, justificó una llamada al 911 por parte de uno de los paseadores de perros. Los agentes del SFPD aparecieron y 59 balas fueron luego disparadas; a las 7:18 p.m. Alex yacía boca abajo, sin vida.

La policía en San Francisco alberga un odio peculiar e histórico hacia los jóvenes de piel morena. Solo hay que revisar la tumultuosa y victoriosa lucha de Los Siete de La Raza en el Distrito de la Misión a principios de los años 70. La multitud de Raza joven y sus familias, junto con decenas de personas de la comunidad de todos colores en todo el Área de la Bahía se unieron para apoyarlos. Este movimiento masivo fue una verdadera fuerza de la naturaleza que barrió como el viento y rescató a sus jóvenes de morir a manos del SFPD.

Uno no puede comprender verdaderamente la vida y la muerte de Alex Nieto sin reconocer los efectos subyacentes de la gentrificación y la criminalización racista de las personas morenas en el Distrito de la Misión. A partir de la década de los 90, con el ‘boom Dotcom’ y otros negocios, el escandaloso aumento de la renta derivada de la afluencia de jóvenes profesionales ha provocado la disminución de al menos un 20 por ciento de Raza en la Misión.

Este hecho, junto con un aumento alarmante de estereotipos patrocinados por el gobierno y los medios de comunicación sobre la comunidad latina e inmigrantes como ‘violadores’, ‘pandilleros’ y ‘delincuentes’, ofrece un terreno fértil para el perfilado racial todos niveles. Lamentablemente, algunos de los recién llegados a nuestras comunidades traen consigo, ya sea de manera voluntaria o no, una ignorancia hacia la riqueza cultural, la fuerte ética de trabajo y el orgullo que caracteriza a La Raza en la Misión y en toda esta nación. Francamente, más personas, especialmente las de la comunidad blanca, deben educarse y ser conscientes de la historia genocida racista impulsada por la codicia corporativa de los EEUU hacia las personas de color, especialmente con respecto a los pueblos indígenas.

Como para simbolizar el amor, la compasión y la comprensión de Alex, un gran halcón marrón voló sobre la multitud reunida en el lugar donde fue asesinado. El espíritu de Alex es libre, siempre vigilándonos y a su amado Distrito de la Misión. Lágrimas en nuestros corazones y mentes para Alex y su familia suenan como llanto de palomas.

‘Pure community amor’ ha recaudado más de $50 mil para colocar un monumento en memoria de Alex, “el primer memorial dedicado a un latino víctima de la policía”, según Bac Sierra. Cuando se apruebe, el monumento patrocinado por la comunidad se colocará cerca del lugar exacto donde Alex apreció por última vez la vista de su ciudad natal y su tierra. Sin embargo, hay un último obstáculo que debe ser superado antes de que se apruebe oficialmente, y ese es el inscrito que llevará el monumento, que condena al SFPD por “la violencia e injusticia de 59 balas”.

“Este es el que lenguaje que debemos defender”, dijo Bac Sierra. “Lo necesitamos el jueves 4 de abril de 2019 a las 2 p.m. en la sala 416 del ayuntamiento de San Francisco para la votación del Comité de Operaciones de Parques y Recreaciones”.