Vigilia por Alejandro Nieto en Bernal Heights. Foto Nina Parks

La puesta de sol teñía de naranja el horizonte de San Francisco el pasado 24 de marzo mientras unas 150 personas se reunieron junto a un altar en Bernal Hill, erigido en el lugar donde un joven recibió supuestamente más de 12 balazos de parte de agentes de la Policía de San Francisco justo unos días antes.

Su nombre era Alejandro Nieto, y la mayoría de los asistentes a la vigilia de la noche del lunes lo querían mucho. Era hijo, amigo, hermano —en sangre, espíritu o fe.

Era inteligente, motivado, amable y espiritual, dejaron constancia los asistentes—practicaba el budismo y estudiaba justicia penal en el City College de San Francisco (CCSF). Estudiaba para trabajar como oficial de libertad condicional.

“Probablemente vino acá para meditar, para despejar su mente”, dijo Benjamin Bac Sierra, profesor de CCSF y escritor, amigo de Nieto. Otros murmuraban que estaba comiendo un burrito antes de ir a su trabajo como guardia de seguridad en el club ‘El Toro’ en el barrio de Excelsior.

Con rasgos de dolor e incredulidad en sus rostros, sus seres queridos se reunieron en la colina donde al menos dos agentes de policía dispararon al joven de 28 años de edad a las 7:18 de la tarde del viernes 21 de marzo.

Qué pasó exactamente esa noche todavía no está claro, pero el jefe de policía Greg Suhr presentó una secuencia de eventos en una reunión que se extendió durante cuatro horas al día siguiente. El jefe de policía también tuvo que aguantar una balacera de reclamos. Su presentación de apenas diez minutos fue interrumpida repetidamente por gritos de la multitud en la cafetería de la Escuela Primaria Leonard R. Flynn.

La tensión en la sala era palpable. Una docena de policías armados se alineaba con conducta sombría —lo que provocó que algunos asistentes los acusaran de apáticos e indiferentes.

Oficiales de SFPD dispararon a Alejandro Nieto 14 veces el viernes 21 de marzo, porque erróneamente creyeron que tenía una pistola. Foto Nina Parks

“¡Vete a la mierda policía!” y “asesinos”, fueron algunos de los improperios lanzados contra ellos por amigos del hombre asesinado y miembros de la comunidad.

Otros presentes en la reunión se pronunciaron en contra de la brutalidad policíaca, la discriminación racial y los problemas causados en la comunidad por el aburguesamiento —haciendo referencia a casos recientes como los de Andy López y Oscar Grant.

“Que yo recuerde, nunca hubo una ejecución violenta como la que los hombres de negro trajeron a nuestra comunidad en la noche del viernes”, dijo el residente del barrio Orlando Gálvez. “Nunca hubo una matanza en esa colina hasta que ustedes llegaron”.

Entre los presentes en la reunión se encontraban el Presidente de la Comisión de Policía Thomas Mazzucco, las Comisionadas de Policía Suzy Loftus y Angela Chan, el Subcomisario Héctor Sainez, el Capitán Robert Moser de la comisaría de la Misión, la Comandante Sharon Ferrigno y el capitán de la comisaría de Ingleside Tim Falvey.

Suhr comenzó con los detalles de una llamada que recibió la policía a las 7:11 pm del viernes, informando sobre un hombre latino con una chaqueta de color rojo brillante —era fan de los Niners, señalaron sus amigos— que caminaba “para arriba y abajo” en la colina de Bernal Hill con un arma negra en la cintura.

Fue este recuento que se volvió mortal para Nieto. Suhr mostró a continuación las imágenes de una pistola y de un ‘taser’ o arma de electrochoque – resultó que la persona que llamó a la policía y los policías enviados a la escena confundieron el ‘taser’ o arma de electrochoque que tenía Nieto con una pistola.

Suhr afirmó que Nieto —que estaba autorizado a transportar una pistola eléctrica para su trabajo e iba a trabajar ese viernes por la noche— tenía las manos detrás de su espalda mientras los oficiales lo rodearon a una distancia de alrededor de 75 pies, pidiéndole que mostrara sus manos.

“Cuando los agentes le pidieron que mostrara sus manos, sacó la pistola eléctrica de la funda”, dijo Suhr. “Y los oficiales vieron la luz del láser sobre ellos siguiéndolos. Creían que era un arma de fuego y dispararon contra el Sr. Nieto”.

Cuando se le preguntó quién sacó las armas primero, Suhr declaró que Nieto y los agentes lo hicieron al mismo tiempo.
Varias fuentes sostienen que a Nieto le dispararon 14 veces en el cuerpo, pero Suhr no confirmó este número.

Nieto no tenía antecedentes penales, sin embargo, durante su testimonio Suhr señaló que tenía prohibido llevar un arma y tenía una orden de alejamiento reciente —información sobre la que los agentes no podían tener conocimiento en el momento del encuentro.

Carlos “Cookie” Gonzalez, muralista de la Misión y oficial de libertad condicional en el Centro de Detención Juvenil, trabajó con Nieto y habló sobre la personalidad del joven y la necesidad de programas de educación y rehabilitación para jóvenes.

“Si un joven anda perdido, mi trabajo consiste en indicarle la dirección correcta. Alejandro Nieto quería ser un oficial de libertad condicional. Lo conocí hace unos 10 años mediante un amigo en común”, dijo González. “Pude ofrecerle practicar sus estudios con nosotros. Estudiaba justicia penal. Para mí no tiene sentido que sacase el arma, el taser, y apuntara a los policías”.

Durante los comentarios del público, Suhr se enfrentó a preguntas difíciles de la comunidad .

“¿Qué tipo de advertencia le dieron a Alex? ¿Tenían un altavoz de algún tipo?”, preguntó Bac Sierra con voz temblorosa por el enojo. “¿Se acercaron los policías con las armas en la mano?”

“A las 7 de la tarde aún había luz, ¿por qué los policías no se dieron cuenta inmediatamente de que era un taser y no una pistola?”, agregó.

Bac Sierra también acusó a los policías de no seguir el protocolo de armas de fuego al no gritar “alto el fuego” antes de disparar.
El Supervisor David Campos tuvo la última palabra en los comentarios del público y se disculpó personalmente con el padre de Nieto, Refugio Nieto, por el dolor y las dificultades que la ciudad le ha causado a él y a su familia. Los dos hombres conversaron, y el padre comentó por primera vez sobre el asesinato de su hijo.

“No nos enteramos de lo que pasó hasta la 1:30 de la tarde del día siguiente”, le dijo a Campos en español. “Lo estaban investigando y nos interrogaron, y no fue hasta que terminaron que nos dijeron lo que había pasado.”

La sala quedó en silencio mientras su frustración le hizo hablar sobre la falta de compasión que recibió de parte de la policía cuando le notificaron la muerte de su hijo, lo que llenó de lágrimas los ojos de muchos, incluyendo a Campos.

“En nombre de la alcaldía, es realmente vergonzosa la forma en que lo tratamos”, dijo Campos. “Tenemos que averiguar lo que sucedió —necesitamos una investigación completa e independiente de este caso.”

Amigos de Nieto y miembros de la comunidad hacen un llamado a una manifestación el sábado 29 de marzo a las 2 de la tarde frente al Centro Cultural de la Misión para llamar la atención sobre la brutalidad y la injusticia de mano de la policía que casos como el de Nieto y otros delatan.

—Traducción Alfonso Agirre