Alumnos simpatizantes del colegio de Estudios Étnicos se reúnen el 23 de febrero para discutir la propuesta de recorte presupuestal al colegio. Foto Fern Echevarría

El Colegio de Estudios Étnicos de la Universidad Estatal de San Francisco podría estar en grave peligro de perder una gran porción de sus fondos. El ‘podría’ resulta significativa pues poco ha aclarado la administración de la institución, sin embargo, circulan muchos rumores al respecto.

El rector de la universidad anunció que los recortes se llevarán a cabo, tal como Nicholas Martínez, presidente de la Organización de Estudiantes de Estudios Étnicos, ha informado. Martínez no sabe lo que esto podría significar tanto para la universidad como para su organización, el Centro de Recursos y Empoderamiento de Estudiantes. Las conversaciones sobre este recorte presupuestal prevén una eliminación de hasta un 40 por ciento de los conferencistas y otros valiosos miembros del personal. Por eso los estudiantes se han reunido para organizar una lista de preguntas y posibles exigencias dirigidas a la administración.

El Colegio de Estudios Étnicos administra cursos en la currícula de los estudios Asiático Americanos, Africanos, Latino / Latina, y el de Raza y Resistencias. Ofreciendo 175 cursos y atendiendo actualmente a seis mil estudiantes, dicho colegio desempeña un importante papel en la universidad toda vez que mantiene una dinámica única con los estudiantes. Al fungir como refugio para que muchas personas de color y mestizos puedan empezar sus carreras, fue fundado con la finalidad de cerrar la enorme brecha entre la representación racial de estudiantes, profesores, personal y planes de estudios.

Hoy en día la universidad está bien equilibrada en ese sentido: los estudiantes afroamericanos representan el 5.5 por ciento de la población escolar; los asiáticos son el 34.8 por ciento; los chicanos y mexicoamericanos ocupan el 16.9 por ciento y la población latina, un 8.4 por ciento. Con tal diversidad, el Colegio de Estudios Étnicos juega un valioso rol en el campus.

Muchos de los que deciden por los Estudios Étnicos, lo convierten en un hogar y espacio para crecer y retribuir a la comunidad. El Centro de Recursos y Empoderamiento está dirigido  principalmente por estudiantes y su misión es educar a otros alumnos en la universidad. Ofrece, además, oportunidades para realizar prácticas, becas y subsidios, asi como talleres y visitas a la universidad para grupos de nivel secundaria, y talleres sobre el feminismo. Los recortes presupuestales, que ponen en peligro el puesto de los profesores, también pondrían en riesgo el futuro del Centro de Recursos y Empoderamiento, ya que los alumnos necesitan un asesor académico.

Martínez dijo que los alumnos del colegio de Estudios Étnicos se sienten traicionados. La universidad alberga al primer colegio de este tipo en todo el país, luego de un largo periodo de protestas estudiantiles en 1969 que pidieron su establecimiento. Además, sus alumnos son muy entregados y activos, lo cual ha sido reconocido por la propia la universidad.

Martínez destacó el hecho de que la universidad, que a menudo ha elogiado a estudiantes y recordado lo maravilloso que trabajan, ahora los deja confundidos. La comunidad estudiantil está indignada y cuestiona cómo estas decisiones podrían afectar la representación de sus grados académicos, y si acaso su tiempo dedicado a ellos resultó en vano, toda vez que las acciones de la universidad muestran una falta de respeto al colegio. Mientras tanto, hasta que la universidad haga una declaración oficial, seguirán sin respuestas y con la incertidumbre.