Foto Courtesy Earth911.com

La prohibición del uso de bolsas plásticas y el hecho de tener que pagar por ellas en las tiendas, un programa puesto en marcha por la alcaldía de San Francisco en octubre 2012, es parte del plan para lograr un ambiente libre de desperdicios en San Francisco. Sin embargo, dicha ordenanza recibió diversas opiniones por parte de la comunidad.

La meta de esta prohibición es animar a los clientes a llevar sus propias bolsas cuando realicen compras en San Francisco. En caso de que el cliente carezca de ellas, habrá a la venta bolsas reciclables u otras de materiales reciclados. Las tiendas se quedarán con los diez centavos derivados de su venta, destinándolos a la compra de bolsas que podrán adquirir aquellos clientes que prefieran no traer su propia bolsa.

De acuerdo a la página del Departamento de Medio Ambiente de San Francisco, la ordenanza “ayuda a reducir desperdicio innecesario, contaminación en programas de reciclaje, composta y basura, todo lo cual cuesta a los contribuyentes de San Francisco, al igual que resulta dañino a la vida marina”.

Llevó más de año y medio para que la prohibición de la bolsa llegará a lo que es hoy. El plan original empezó en noviembre de 2011 y, para comienzos del 2012, el alcalde firmó la ordenanza. Entonces comenzaron los programas de educación y alcance comunitario, al enviar a los negocios cartas y materiales informativos, haciendo presentaciones y ferias de bolsas donde la gente traía otras opciones de bolsas reutilizables.

Compañías grandes de menudeo, como Safeway, y negocios pequeños tienen opiniones diferentes sobre la implementación de esta prohibición. Con más de 1.600 tiendas en todos los EEUU y Canadá, Safeway puede fácilmente hacer cumplir esta ordenanza y enfrentar cualquier queje de sus clientes.

“Encontramos que la mayoría (de los clientes) reaccionaron positivamente. Las anticipadas señales de aviso de la tienda sobre la puesta en marcha ayudó a prepararse para el cambio. Parece que muchos, si no es que todos los clientes están preparados para traer sus propias bolsas reusables cuando vienen a comprar”, dijo Keith Turner, director de Asuntos del Público y del Gobierno de Safeway en el norte de California.

En contraste, los pequeños negocios han sido afectados por la prohibición. José Gil, dueño de la tienda Casa Guadalupe, ubicada en la calle Misión, comentó que ha habido un aumento en robos: “Los clientes entran y ponen artículos en sus bolsas y se van sin pagar”, explicó.

Actualmente el Departamento del Medio Ambiente de San Francisco está realizando un estudio formal sobre la ordenanza.

Clientes de Casa Guadalupe en la calle Misión llegan preparados con bolsas reusables para evitar pagar 10 centavos. Foto Shane Menez

“(La respuesta) ha sido más bien positiva”, dijo Guillermo Rodríguez, director de Políticas y Comunicaciones de dicho departamento. “Los clientes traen sus propias bolsas. San Francisco tomó la delantera y varias otras ciudades alrededor de California nos siguen… (tales como) San José y el condado de Alameda”, declaró.

“Realmente confiamos en el público para decirnos si el programa está funcionando o no”, añadió Rodríguez.

Pese a los intentos de comunicar al público la ordenanza, incluso en diferentes idiomas, no todos están completamente informados sobre la prohibición de bolsas plásticas. En opinión de José Gil, cobrar por estas bolsas no siempre resulta fácil.

“El problema es el cliente”, dijo Gil. “Se molesta (cuando le cobramos por las bolsas) y amenaza con demandarnos”.

Si las tiendas no cobran por las bolsas y se reporta el incidente al Departamento de Medio Ambiente, entonces las tiendas reciben advertencias por escrito y, de ser ignoradas éstas, las tiendas serán multadas con $100.

“(Traer su propia bolsa) es más que nada un inconveniente. El cambio de pagar por las bolsas me forzó a ajustarme a traer bolsas conmigo cada vez que voy a alguna tienda de abarrotes. Puede que ayude al medio ambiente, pero no estoy seguro de qué tanto”, dijo Jocelyn Redenius, una recién graduada del Colegio de San Ignacio.

Luego de los intentos de la alcaldía por reducir el uso de bolsas de plástico, ha habido algunos resultados positivos: “Hemos visto alguna reducción en San Francisco y menor consumo de bolsas de plástico”, dijo el director de relaciones públicas de Recology, Robert Reed. Ha habido reducción, pero Recology aún batalla con las bolsas de plástico y los problemas que causan en el centro de reciclaje”.

Mientras San Francisco ha abierto el camino con la prohibición de bolsas plásticas, la iniciativa no será obligatoria en todo California. Desde 2010, ha habido seis intentos de pasar una ley que lentamente eliminaría del todo el uso de estas bolsas. La más reciente propuesta de ley sometida a voto ante el Senado el 30 de mayo, quedando corta por tres votos en un llamado de lista de 18-17.

Ha habido mucha controversia sobre el impacto ambiental de la nueva política. Aunque las bolsas plásticas llevan de 15 a 1.000 años en descomponerse y la mayoría terminan en tierras de relleno (landfills) o en el estómago de aproximadamente un millón de aves y miles de tortugas y vida marina, las bolsas reusables pueden también tener un impacto negativo en el ambiente. Las bolsas reusables, dependiendo del tipo, pueden ser más o menos “amigables” con el medio ambiente.

Dependiendo los materiales de que estén compuestas y desde qué tan lejos ha llegado ese material, la bolsa reusable puede dejar un impacto negativo en el ambiente, pero éste es menor que el de una bolsa de plástico o de papel.

Ciudades y países alrededor del mundo están adoptando la reducción en el consumo de bolsas de plástico. Por ejemplo, en el 2002, Irlanda empezó a tasar con impuesto su uso porque el país consumía anualmente 1,2 billones de éstas. Como resultado del impuesto, el consumo decreció en un 90%. Con los desarrollos tecnológicos y estudios, el concepto de la prohibición de bolsas plásticas continúa evolucionando.

— Traducción Emilio Victorio Sánchez