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A tres meses y medio de la trágica muerte de Gabriela Sánchez, estudiante de la Universidad Estatal de San Francisco, dicha institución finalmente decidió celebrar una vigilia en su memoria el 3 de noviembre, un día después del Día de los Muertos.

Sánchez, de 23 años de edad, murió en un accidente automovilístico alrededor de las 4 am del 19 de julio de 2017, cuando se dirigía hacia su trabajo. Su vehiculo se impactó contra un camión en un crucero lo cual provocó que el vehículo que ella conducia se prendiera en llamas.

Desde entonces, familiares y amigos de Sánchez se preguntaron por qué las autoridades de la universidad no habían hecho ningún tipo de reconocimiento ante este hecho, ni por qué la Decana de Estudiantes, Mary Ann Beagley, no había ofrecido condolencias (ni siquiera después de los correos electrónicos y llamadas telefónicas que insistentemente le enviara Gardenia Zuniga-Haro, una amiga cercana de Sánchez).

Gabriela Sánchez era alumna de Artes para la difusión y comunicación electrónica en la Universidad Estatal de San Francisco y colaboradora de El Tecolote. Via: Facebook

“No hubo respeto”, dijo Zúniga-Haro luego de realizarse la ceremonia conmemorativa de Sanchez ‘Una Celebración Día de los Muertos a la vida’. “Fue una estudiante que dio todo y murió el día en que debía venir a la escuela. ¿Por qué no les está importando [a la universidad]? Cuando otros estudiantes han fallecido, rápidamente organizan una ceremonia conmemorativa. Entonces, como ella es latina, ¿no le van a dar importancia? ¿Porque ella era inmigrante [Sánchez era beneficiara DACA]?”

Según la política de servicios de apoyo ante la muerte de un estudiante, “el decano de estudiantes enviará una carta de condolencia a nombre de la comunidad universitaria y proporcionará información sobre el apoyo ofrecido para ellos por parte la institución”, incluyendo la realización de una vigilia en el campus a petición de la familia o amigos.

Según Zúniga-Haro, Norma Salcedo, la coordinadora de Dream para la universidad, se comunicó con ella después de que Zúniga-Haro estaba teniendo dificultades para comunicarse con los representantes de la institucion a fin de notificarles sobre la muerte de Sánchez. Salcedo le proporcionó el contacto de Beagley, pero luego de muchas llamadas telefónicas y correos electrónicos enviados cada semana, Zúniga-Haro nunca recibió respuesta por parte de la decana.

Ante la frustración, Zúniga-Haro tomó el asunto en sus propias manos. El 21 de septiembre, El Tecolote publicó una carta abierta que ella redactó, titulada Carta abierta a la Universidad Estatal de San Francisco: ¿Cuál es el protocolo cuando uno de sus alumnos muere trágicamente? Ese mismo día, Zúniga-Haro recibió un mensaje de voz de Beagley.

Diploma póstumo de Gabriela Sánchez, colocado al frente de la urna que contiene sus cenizas durante la ceremonia en su honor en la Universidad Estatal de San Francisco. Foto: Alejandro Galicia Diaz.

Según Zúniga-Haro, Beagley le dijo que lamentaba su pérdida y dijo “Devuélveme la llamada para que podamos terminar con esto”. Tanto ella como la madre de Sánchez estaban molestas y heridas. Eventualmente, la escuela intervino cuando Manuel Alejandro Pérez, vicepresidente interino asistente de Equidad e Inclusión Comunitaria, contactó a la familia para ayudar a organizar una celebración en honor de Gabriela en el edificio César Chavez del campus.

“Estoy contenta de que Manuel [Alejandro Pérez] haya llegado y nos haya ayudado”, dijo Zúñiga-Haro. “Insistimos y pudimos hacer esto. Tuvo que pasar por algunos tecnicismos, pero nos alegra que nos haya ayudado”.

Durante el servicio conmemorativo, familiares, amigos, incluso personas que nunca conocieron a Sánchez, formaron un círculo alrededor de un altar conmemorativo para mostrar su respeto.

“Nos quedamos con ese deseo de ir al AT&T Park [donde la universidad celebra su graduación] para verla obtener su diploma”, dijo la señora Sánchez. “Mi esposo siempre dijo que le haría una fiesta por haber trabajado muy duro”.

“Es algo muy triste”, dijo Alejandro Pérez. “A pesar de ser indocumentada y haber luchado contra tantos obstáculos: conducir hasta la escuela [desde Dos Palos, CA], estudiar, concentrarse y conducir desde lejos para obtener una educación que todos merecen. A pesar de todos los obstáculos, es trágico que nos dejara tan pronto. Es una pérdida para nuestra comunidad. Además de ‘Raza’ y miembro de la comunidad, y con algunos familiares con diferentes estatus legales, es algo que sientes personalmente. Fue lo menos que podíamos hacer como gesto de agradecimiento hacia la familia [para presentar a la familia con el diploma de Gabriela]. Estamos con la familia. Además del dolor, es importante reconocer los esfuerzos de Gaby”.