[su_carousel source=»media: 38164,38166,38167,38168″ limit=»65″ link=»lightbox» width=»800″ height=»540″ responsive=»no» items=»1″]

La muerte de una mujer transgénero indocumentada, ocurrida mientras permanecía bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) el 25 de mayo, ilustra el viaje cruel y, muchas veces olvidado, que muchas personas trans sufren mientras buscan asilo en los EEUU.

El 6 de junio, activistas de derechos humanos, líderes comunitarios y miembros preocupados de la comunidad realizaron una vigilia en la esquina de las calles Misión y 16 en honor a Roxana Hernández, la hondureña trans de 33 años de edad que murió por negligencia médica mientras estaba en custodia de ICE.

El / La Para TransLatinas, una organización sin fines de lucro que brinda recursos y ayuda a la comunidad trans en San Francisco, organizó el evento para reunir el apoyo de la comunidad y crear conciencia sobre las luchas similares que enfrentan las latinas trans y otras personas indocumentadas. Además de honrar a Roxana, la organización también rindió homenaje a Claudia Patricia Gómez, la joven guatemalteca que recibió un disparo en la cabeza de agentes de la patrulla fronteriza el 23 de mayo cuando intentaba ingresar al país.

Christopher López canta ‘Ni Una Más, Ni Una Menos’, en el Distrito de la Misión en San Francisco, el 6 de junio de 2018. Foto: Estivaly Moreno

En la vigilia, la imagen de Hernández estaba centrada frente a un altar rodeado de velas y muchas otras imágenes que cubrían una pared entera. Las imágenes —según la voluntaria de El / La, Jane Cordova— eran de otras mujeres transgénero muertas,víctimas de delito por xenofobia o por falta de atención médica.

El Centro Nacional para la Igualdad Transgénero (NCTE, por sus siglas en inglés), la principal organización nacional de defensa de la justicia social, informó en 2014 que entre 15 mil y 50 mil adultos transgénero indocumentados vivían en los EEUU, muchos habían huido para escapar de la violencia en sus países de origen.

“La muerte de Roxana se siente aquí porque ella era parte de nuestra comunidad, era una de nuestras hermanas”, dijo Córdova. “No solo porque es trans, sino también porque era otra mujer indocumentada que intentaba escapar de la discriminación mortal de su país. Muchos de nosotros aquí hemos hecho ese viaje”.

Córdova también explicó que la manifestación, que tuvo lugar después de la vigilia, fue para mostrar a la comunidad trans en una luz positiva: “Roxana Hernández-Presente” Fue uno de los lemas durante la demostración. No solo se utilizó para congregar a la gente en la manifestación, sino también como una forma para que la comunidad trans le diga al Distrito de la Misión, un barrio densamente poblado de latinos, que ellos también están presentes y que también sufren la ira de la actual política de inmigración.

“Los medios nos retratan negativamente, pero somos seres humanos que queremos que la gente sepa que existimos y que también estamos luchando por los mismos derechos”, dijo Córdova. “Al igual que el cuidado de la salud y la ciudadanía, que son difíciles de conseguir simplemente siendo trans y aún más difícil porque somos inmigrantes”.

Johana Ramírez, quien ha sido una activista de los derechos trans durante los últimos 15 años, dijo que sentía la necesidad de venir y participar en la manifestación, porque se veía reflejada en Hernández: “También vine a los EEUU para escapar de la violencia, todas las muertes [que involucran a la comunidad trans] en  América Central siempre se olvidan y nunca se investigan”, dijo Ramírez.

Ramirez es uno de los afortunados. Ella vino a este país buscando asilo de la violencia en su país de origen, y le fue concedido. Ramírez huyó de El Salvador a Guatemala, porque las personas en su país intentaron asesinarla por ser visiblemente trans. Luego, también tuvo que huir de Guatemala por la misma razón.

“Está [peor] allá. Incluso hay menos grupos de apoyo [y] recursos”, dijo Ramírez.

Honey Mahogany, una activista de los derechos trans, cree que la razón por la cual los asesinatos de tantas mujeres trans no reciben atención o justicia es porque la gente culpa a la víctima por sus elecciones de vida: “Se culpa mucho a víctimas, especialmente las personas trans de color, debido a la flagrante transfobia que ocurre dentro de nuestras comunidades”, dijo Mahogany. “A menudo, la justificación de sus asesinatos es que las mujeres trans seducen y manipulan a los hombres para que crean que son mujeres. Eso hace que suene que somos culpables o responsables y merecemos morir”.

Honey Mahogany asiste a una velada de solidaridad en honor a Roxana Hernández, la mujer trans asesinada, evento llevado a cabo en el Distrito de la Misión. Foto: Estivaly Moreno

Mahogany dice que la única manera de detener la matanza de personas trans es con educación y una representación precisa por parte de los medios: “La gente necesita ver que todos somos miembros contribuyentes de la sociedad, y que nos merecemos todos los derechos que todos reciben y cuando se les niegan esos derechos, la comunidad debe ayudar y apoyar nuestra lucha”, declaró.

Mahogany, una mujer transgénero de color, también vino a mostrar solidaridad para apoyar a otras personas de color: “Hay mucha división entre las personas de color, especialmente en la comunidad LGBT. A menudo nos enfrentamos entre nosotros”, dijo y agregó: “Pero nuevamente, siempre les digo a todos que somos mucho más fuertes cuando trabajamos juntos”.

La muerte de Hernández fue atribuida a negligencia médica. Ella era VIH positiva y no recibió el tratamiento adecuado. De acuerdo con los datos de salud del NCTE de la Encuesta Nacional de Discriminación Transgénero, “los entrevistados transgénero indocumentados sufrieron agresión física en un entorno médico al doble de la tasa de la muestra general (4% vs 2%)”.

Al enterarse de la forma en que murió Hernández, Mahogany reconoció su privilegio de poder acceder a la atención médica y reflexiona sobre cómo sus compañeras trans indocumentadas no tienen acceso: “Mucha de nuestra atención médica definitivamente no cuenta con la financiación suficiente”, dijo Mahogany. “También creo que muchos médicos son bastante ignorantes en lo que respecta a la atención médica trans, por lo que ejerce una gran presión sobre la persona para que se eduque a sí misma. Quién educaría a sus médicos y, nuevamente, esta educación que supongo sería aún más difícil para las personas indocumentadas”.

Durante la manifestación, Christopher Lopez, un miembro de la comunidad hondureña, dijo que quería usar su privilegio masculino y hablar sobre la masculinidad tóxica, que cree que está causando que estas mujeres huyan de sus países en primer lugar: “Se escucha la transfobia en sus familias y en sus vecindarios, pero nadie corrige o incluso reconoce este comportamiento”, dijo López. “Sí, tenemos que hacer que los EEUU sean responsables del maltrato de nuestras hermanas aquí, pero también tenemos que mantener a nuestros países, gobiernos y nuestras comunidades responsables de la hipermasculinidad que está asesinando a estas mujeres”.

López también se mostró en desacuerdo con la falta de respeto de los medios al cubrir el asesinato de mujeres trans: “Roxana murió el viernes 25 de mayo, pero su historia no fue reportada hasta el martes siguiente por Buzzfeed. Solo eso dice que como sociedad no priorizamos las vidas de estas mujeres y esto tiene que parar”.

El / La Para TransLatinas alienta a las personas transgénero, especialmente aquellas que provienen de países de habla hispana que necesitan traductores, recursos, a buscar ayuda en su organización, ubicada en el 2940 de la calle 16 en San Francisco.