«Es importante que esta noche abramos nuestros corazones y los sintamos desde nuestras entrañas», dijo María Christina Herrera, de la Fundación Cultural Caminante, en su intervención inicial, al explicar los objetos colocados en una mesa que simbolizaban el valor, el sufrimiento, el amor, la familia y la fortaleza.

El 23 de mayo, líderes de organizaciones locales y nacionales se reunieron para conmemorar las vidas de los migrantes. El acto, celebrado en la librería Medicina para Pesadillas, en el Distrito Misión, fue organizado entre la National Lawyers Guild SF-Bay Area Chapter, Global Exchange, Peninsula 360, Haiti Action Committee y la Caminante Cultural Foundation. Francisco Herrera, de esta última citada fundación rompió el silencio al interpretar su canción ‘Caminando’ y poner a cantar al público en inglés y español.

Por su parte, Camilo Pérez-Bustillo, director de la sección de la Bahía de San Francisco del Gremio Nacional de Abogados y moderador del evento, comenzó recordando el incendio en el centro de detención de Ciudad Juárez (México), en el que murieron 40 inmigrantes de seis países diferentes: «Queremos subrayar que tristemente lo que ocurrió el 27 de marzo en Juárez personifica lo que se está desarrollando en la frontera mientras hablamos: la prevención a través de la detención».

Pérez-Bustillo destacó dos casos recientes de migrantes menores de edad que murieron en los últimos días: Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza, un hondureño de 17 años, falleció en un refugio cerca de Tampa, Florida, donde se identificaron sus necesidades médicas y fueron ignoradas, y Anadith Tanay Reyes Álvarez, de 8 años, nacida en Panamá, cuya familia es de Honduras que murió bajo custodia de la patrulla fronteriza en Harlingen, Texas.

«Nadie abandona su país porque no le guste. Lo hace porque no tiene otra opción», dijo María Christina Herrera, Directora Ejecutiva de la Caminante Cultural Foundation. Explicó a los asistentes el simbolismo de un par de zapatos, una chaqueta, un galón de agua de plástico vacío al que le quedaban algunas gotas y una mochila.

A continuación, ella repartió velas que conjuntamente fueron encendidas y con ello, evocada cada persona migrante que abandona su hogar, así como a las que han caído. Después de unos segundos de silencio, Herrera empezó a tocar su guitarra y a cantar: «ya no vivo, pero voy, en lo que andaba soñando, y otros que siguen peleando, harán brotar nuevas rosas».

Terry Valen, de la Alianza Internacional de Migrantes (IMA, por sus siglas en inglés), continuó llamando a todas y todos a actuar y a organizarse en contra de una de las causas fundamentales de la migración forzada: las políticas económicas neoliberales: «La frontera no es algo distante de aquí, no es algo exótico o en otro planeta, está inherentemente aquí en el área de la Bahía».

Miembros de la comunidad asisten al evento “La frontera está en todas partes: detener la militarización de la frontera, defender el asilo y las vidas de los migrantes”, organizado en la librería Medicina para Pesadillas el 23 de mayo. Foto: Mariana Navarrete

Valen explicó que los aeropuertos forman parte de la fortificación sistemática de la frontera. Describió cómo el activista filipino de derechos humanos Jerome Aladdin Succor Aba, fue detenido y torturado en el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras del aeropuerto de San Francisco. El activista fue retenido durante 24 horas mientras IMA estuvo protestando para asegurarse de que fuera devuelto sano y salvo a su patria.

Este noviembre, la Cooperación Económica Asia-Pacífico llegará a San Francisco, y Valen invitó a todo el mundo a acudir al Moscone Center y unirse al frente de IMA para protestar en su contra: «Salgan y únanse a nosotros contra estas políticas neoliberales de libre comercio que están devastando nuestras patrias, a los trabajadores de todo el mundo y al medio ambiente».

El Comité de Apoyo a Chiapas, representado por Carolina Dutton, también estuvo presente en el acto. Dicho comité ofrece solidaridad a los zapatistas, un grupo político y militante de Chiapas que se levantó contra el Tratado de Comercio de América del Norte en 1994, el cual desreguló los aranceles y permitió a las empresas comprar tierras a las comunidades indígenas para producir exportaciones baratas.

El 26 de cada mes, el Comité se planta frente al consulado mexicano con la exigencia de justicia, no sólo para Chiapas, sino para los derechos humanos en todo México. El pasado 26 de mayo, repartieron una carta pidiendo firmas, con la intención de presentarla al consulado mexicano y al Departamento de Seguridad Nacional, exigiendo responsabilidades y justicia por el incendio de Juárez.

El trabajador social del Instituto Familiar de la Raza, Carlos Izaguirre, coincidió con Herrera en que los inmigrantes no tienen otra opción en sus países de origen debido a la delincuencia y la falta de oportunidades para los más vulnerables y marginados. Izaguirre afirmó la necesidad de educar a la comunidad latina privilegiada que piensa que no debe preocuparse por las políticas de inmigración por tener un estatus migratorio regular en este país.

«Incluso viendo esas tragedias [como el incendio en Juárez] como algo que podría impedirles venir aquí, todavía van a intentarlo», dijo Izaguirre, a quien se le quebró la voz al comentar el incendio de Juárez. En el fondo de la sala, había un altar con mariposas monarca con los nombres de los 40 migrantes fallecidos. “Ojalá pudiera estar ayudando a esos nombres, haciendo una admisión, proporcionando gestión de casos o cualquier otro servicio, pero no es el caso. Estamos aquí, en cambio, recordando las fatalidades que tuvieron que sufrir».

La organización no lucrativa Global Exchange también estuvo presente a traves de Ted Lewis quien recordó cómo en 1998, esta entidad organizó un «desfile» en San José, en honor a las vidas perdidas de migrantes. Para recordarles, los manifestantes sostenían cruces. 

«Cuando tomas un número y luego le pones nombres y ves los montones de cruces y las múltiples furgonetas que tuvimos que tener sólo para llevar las cruces, te das cuenta de que esto es un holocausto», reflexionó Lewis.

Francisco Herrera toca su guitarra durante una ceremonia a la luz de las velas, en conmemoración de los migrantes que cruzaron la frontera entre los EEUU y México. Foto: Mariana Navarrete

Leslie Judith, de Witness at the Border, llegó a conclusiones similares a las de Lewis, respecto a la inhumanidad que tienen que experimentar las personas en la frontera. En diciembre de 2022, pasaron por todos los puertos de entrada a lo largo de la frontera entre los EEUU y México con la Jornada por la Justicia.

«Son las políticas exteriores de los EEUU, la intervención militar, los golpes de Estado, el apoyo a regímenes autoritarios, la explotación de tierras y recursos, la agenda neoliberal, lo que realmente está obligando a la gente a migrar para sobrevivir», dijo Judith.

Judith subrayó que es inevitable que se produzcan más muertes a medida que los EEUU aplica una nueva política antiinmigración que elimina todas las vías legales de asilo. A pesar de que el Título 42 ha terminado, el gobierno sigue creando herramientas de control y exclusión, cuando en su lugar deberían proporcionar asilo a cualquiera que llegue a la frontera de acuerdo con el derecho internacional, sin importar dónde ni cómo ni en qué país, tanto si cruzan legal o ilegalmente.

Aunque las historias y comentarios compartidos en el evento no fueron precisamente alegres, lo que todos los líderes asistentes señalaron fue que ver a todas estas personas y organizaciones abogando por los migrantes daba fuerza y esperanza, así como la necesidad de seguir luchando por la justicia.