La iluminación del bar El Río, se atenuó conforme personas de todas las edades salían al patio adornado con cálidas bombillas colgantes colocadas en diagonal.

Jackie Fielder, la organizadora indígena que ayudó a hacer realidad el movimiento de los bancos públicos en la ciudad, subió al escenario ante una multitud emocionada que se dio cita allí para apoyar su campaña para ser supervisora del Distrito 9. La actual supervisora ​​Hillary Ronen, quien ya respaldó a Fielder, dejará su cargo en noviembre de 2024.

«Las prioridades en las que me enfoco son viviendas asequibles, seguridad comunitaria que sea realmente efectiva, recuperación económica, ampliación de los servicios de salud mental, mejores escuelas públicas y tratamientos para la adicción», dijo Fielder respecto a su plataforma potencial en una entrevista con El Tecolote.

Jackie Fielder, organizadora indígena que ayudó a hacer realidad el movimiento de los bancos públicos en la ciudad, lanzó su campaña para Supervisora del Distrito 9 el 24 de octubre en El Río, en el Distrito Misión de San Francisco. Foto: Andrew Brobst

El Río fue un lugar apropiado para el lanzamiento de su candidatura anterior, al Senado estatal en 2021, en el mismo lugar. Si bien esa campaña fue corta, también le ayudó a generar el impulso necesario para sostener su candidatura en una ciudad como San Francisco.

Fielder describió las diferencias entre las dos campañas y destacó cómo esta carrera afecta al electorado de una manera más directa: “Esto es muy diferente, ya que se trata de cuestiones vecinales específicas y profundiza en cómo las políticas afectan realmente la vida de las personas en una ciudad que tiene una enorme desigualdad de riqueza y múltiples crisis”, dijo.

A pesar de las diferencias, la candidata sigue comprometida con los valores que la llevaron a la política: “Sigo teniendo los mismos valores, creo que la vivienda es un derecho humano, la atención sanitaria es un derecho humano. Ninguna ciudad con 73 multimillonarios debería tener 2,300 estudiantes del SFUSD sin hogar. Creo que los problemas son complejos y algunas de las soluciones son simples, pero han sido muy politizadas”, dijo.

Fielder pretende romper esa politización, estigmatización y subyugación con el poder comunitario de los cientos de habitantes de San Francisco que la apoyan. Su discurso en el patio de El Río, el martes por la tarde, recorrió elocuentemente su trayectoria educativa al sur de California, sus tribulaciones familiares, su tiempo en Stanford en el que recibió dos títulos en cuatro años y su tiempo en el frente luchando contra el desarrollo del oleoducto Dakota Access.

El regreso de las llanuras nevadas de la Reserva Standing Rock le dio a su vida un nuevo enfoque. Regresó de la experiencia con una dedicación inquebrantable a la justicia y la determinación de hacer que la vida de los trabajadores sea más equitativa. Fue un llamado para que ella se involucrara más. Y justo eso es lo que hizo.

Ella y otros voluntarios fundaron la Coalición de Bancos Públicos de San Francisco en 2017 que, después de una serie de grupos de trabajo y obstáculos legislativos, ayudó con éxito a aprobar el monumental logro legislativo de conseguir luz verde para un banco municipal público en la capital tecnológica del país: “Necesitamos un banco público para las pequeñas empresas, financiamiento para viviendas asequibles y, por supuesto, proyectos de energía renovable”, dijo a El Tecolote.

Jackie Fielder, organizadora indígena que ayudó a hacer realidad el movimiento de los bancos públicos en la ciudad, lanzó su campaña para Supervisora del Distrito 9 el 24 de octubre en El Río, en el Distrito Misión de San Francisco. Foto: Andrew Brobst

Es difícil exagerar el potencial que esto presenta para los trabajadores de San Francisco, para quienes el presupuesto anual de 13 mil millones de dólares de la ciudad nunca ha estado disponible. Permitiría que las pequeñas empresas prosperaren sin estar sujetas a tácticas crediticias predatorias. Permitiría a las personas conservar sus casas ante dificultades financieras. Alejaría a la Ciudad de las inversiones perjudiciales en combustibles fósiles y la defensa de empresas como CitiBank y Wells Fargo.

Fielder buscó en otras ciudades del país un modelo sobre cómo manejar las crisis de San Francisco de una manera que no criminalice ni estigmatice a las poblaciones desatendidas: “Un ejemplo es Houston, que descubrió cómo reducir su población sin hogar en un porcentaje significativo adoptando un modelo de vivienda primero”.Un ejemplo particularmente evidente, ya que dicha ciudad ubicada en un estado profundamente rojo redujo su población sin hogar en un 64 por ciento en los últimos 12 años, y en un 17 por ciento sólo el año pasado.

San Francisco es una parada influyente en la carretera demócrata estatal y nacional. Hay dinero en estas colinas y todo demócrata sabe lo difícil que es ser electo sin algo de ese dinero. Ese dinero, y su influencia en la política de la ciudad, es uno de los principales puntos conflictivos de la campaña de Fielder, ya que rechaza los grandes donantes y el dinero de Wall Street. A pesar de lo difícil que pueda ser, está lista para el desafío: «Nunca he sido alguien que se echa atrás en algo porque es difícil».