Generación 2016 de graduados de la Balboa High School. Foto Travis Prowell

Un grupo de estudiantes de la Escuela Preparatoria Balboa está minando los roles tradicionales de género, rehaciendo con éxito la política sobre el atuendo escolar de graduación que históricamente establece que las chicas porten toga naranja mientras que los chicos en azul.

“La tradición está minimizando a las personas que no encajan en los cajones de género”, dijo Robyn, estudiante de la dicha institución. “Nuestra clase es la primera en graduarse llevando el color que queramos”.

Robyn es uno de los siete miembros del Lavender Youth Recreation & Information Center (LYRIC), así como del comité Peers United for Leadership, Service and Equity (PULSE), un programa de apoyo LGBT que opera con las escuelas del Distrito Escolar Unificado de San Francisco para promover ambientes inclusivos de género. Jamil Moisés Liban-Ortañes conduce la clase de LYRIC dos veces por semana, en la cual los estudiantes están transformando lo que aprenden en un cambio institucional.

“Andaba por ahí, hasta en la hora del almuerzo, en la biblioteca, consiguiendo la firma de todos en la petición”, dijo Robyn, que ayudó a iniciar y poner en marcha el plan de cambiar el código de vestimenta de graduación de la escuela.

El objetivo inicial del grupo era recoger 300 firmas. Cuando el equipo presentó a la comisión del consejo escolar más de esas 300 firmas, la junta expresó apoyo unánime a la iniciativa.

En la actualidad, los estudiantes están encuestando a sus compañeros para conocer sus opiniones con respecto a la política de vestimenta de graduación. Las encuestas serán utilizadas para medir la necesidad de cambio en la política que está prevista entre en vigor el próximo año.

Robyn dijo que el proyecto de los estudiantes se desarrolló a partir de la necesidad de responder a la pregunta “¿Cómo enlazamos el género a nuestra escuela?”

Liban-Ortañez cree abordar esta cuestión es importante para acabar con la violencia contra jóvenes LGBTQ en las escuelas.

LYRIC atiende a 1,159 jóvenes de los cuales, el 94 por ciento son de bajos ingresos, el 42 por ciento menores de 13 años de edad, el 35 por ciento son latinos y el 56 por ciento son personas sin hogar o marginalmente alojados, según cifras proporcionadas por la organización.

“La mayoría de los jóvenes varones se identifican como ‘cisgénero’ [su género corresponde a su sexo biológico] y tanto los heterosexuales como ellos, aprenden a cómo tomar eso y aplicarlo a los problemas de la comunidad transgénero y LGBTQ”, dijo Liban-Ortañez.

Aunado a esto, otros estudiantes trabajaron simultáneamente en un proyecto para instalar el primer baño de género neutral de la escuela.

La creación del baño, ubicado en el primer piso del edificio principal, fue un esfuerzo de colaboración entre estudiantes y personal de Just Fierce Alliance (JFA) y LYRIC. Marissa Castro, profesora y asesora de JFA en la Balboa, ayudó a los estudiantes a realizar el proyecto.

La realidad es que no todos establecen estas cajas prescrita degénero”, dijo Junel, otro miembro del grupo que se identifica con el pronombre de género ‘ellos’.

Los estudiantes en LYRIC forman parte de otros cuatro comités de PULSE los cuales presentaron sus reflexiones finales el 20 de mayo.

Su comité LYRIC comenzó su presentación mediante la introducción de sus nombres, pronombres de género y la definición de términos básicos de género.

“Género fluido es una persona que se siente un día como chico y se despierta a la mañana siguiente y se siente como una chica”, explicó Robyn.

Junel dijo que la clase ayudó a desarrollar su identidad como personas con doble espíritu. Describieron esta identidad como una persona con dos géneros en el mismo cuerpo.

“Aprendí sobre los pronombres de género y de lo importante que son para la gente”, dijo Junel, quien refirió cómo la mala pronunciación de género ha herido a Liban-Ortañez, quien se identifica como transgénero.

Liban-Ortañez dijo que podría continuar enseñando en el mismo comité el próximo año y que está agradecido por los cambios en el campus ya que permiten la existencia de un diálogo sobre las cuestiones de género.

“La clase me ha hecho consciente de cómo hablo con otras personas”, dijo el estudiante de la Balboa, Nifo, que recordó los viejos hábitos de decir la palabra ‘gay’ como un insulto. “Yo solía pensar que estaba bien decir esa palabra hasta que llegué a esta clase”.

—Traducción Katie Beas