«El clima ha cambiado demasiado, ahora el calor es mucho más agresivo y eso puede ponernos el alto riesgo, hay que tomar medidas muy estrictas para cuidarnos», comenta Martín Melchor, un campesino mayordomo (jefe de grupo), que trabaja en el cultivo de uvas, almendras y duraznos desde hace 34 años en el mismo rancho en Fresno, California.
Apenas unos días atrás, el 8 de agosto, Elidio Hernández, otro agricultor, fue declarado muerto a la 1:44 del día, cuando la temperatura rondaba los 100 grados Fahrenheit. La cuenta de Instagram @flowerinspanish, popular por publicar información sobre justicia laboral y protección de campesinos en California, difundió que Hernández murió por el «calor extremo mientras servía a este país en la primera línea de la crisis climática».
El reporte del forense, dado a conocer por medios locales, indica que Hernández murió por una enfermedad cardiovascular y el no haber evidencia de que las altas temperaturas estuviesen vinculadas a su fallecimiento.
No obstante, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indican que la exposición prolongada a altas temperaturas podría comprometer la salud de personas con problemas cardiovasculares.
«Algunas investigaciones indican que la variabilidad de la temperatura (grandes cambios en la temperatura media de una región determinada durante un periodo de tiempo concreto) también puede influir en la morbilidad cardiovascular».
«Con temperaturas arriba de los 90 grados se vuelve insoportable el trabajo, es muy peligroso, aquí recomendamos parar de trabajar, porque los síntomas se sienten inmediatamente», indica Melchor, originario de Jalisco, México, que también explica que «parte de mi trabajo es monitorear constantemente la temperatura. Cuando sabemos que estará más alta, intentamos entrar a trabajar más temprano».
Para Leonila Alvarado, campesina mayordoma originaria de Oaxaca, México, con más de 20 años de experiencia en el trabajo agrícola en Fresno, es vital detener el trabajo cuando la temperatura alcanza los 100 grados, porque «el calor puede matar».
A las 6:15 am., en la orilla de la carretera frente a un rancho en Fresno, Alvarado acomoda sobre su camioneta los voluminosos tambos con agua que los campesinos a su cargo tomarán durante el día. Como lideresa de la cuadrilla, sostiene que su responsabilidad más importante es vigilar la salud de sus compañeros, asegurar que se mantengan hidratados, informarlos sobre los riesgos de las altas temperaturas, «y que sigan todas las recomendaciones para evitar problemas graves».
Al cuestionársele sobre estas recomendaciones, ella informa: «Todos los lunes hacemos juntas con los compañeros y, por lo general, el tema principal es el de los cuidados por el calor. Aquí recomendamos que la gente tome un poco de agua cada 15 minutos. Muchos te dicen que no tienen sed, pero no importa, deben mojarse la boca con 1 o 2 conitos. Esperarse a tomar agua hasta que se tenga mucha sed, puede llevar a alguien a deshidratarse sin darse cuenta».
Hay trabajadores, explica Alvarado, que debido al calor toman grandes cantidades de bebidas energéticas o con mucha azúcar. «Es importante recordarle al trabajador que lo más saludable es tomar agua sola, sin azúcar».
En el caso de la vestimenta, «nos tenemos que cubrir bien por los pesticidas, pero hay que usar ropa lo más delgada que se pueda», refiere.
La jornada laboral en el rancho de Alvarado suele ser de 6:00 am a 2:30 pm. Comenta que cuando saben que la temperatura estará alta durante el día, procuran hacer el trabajo más duro, como palar (sacar la tierra), lo más temprano posible.
Un problema recurrente, agrega ella, es que algunos trabajadores ingieren bebidas alcohólicas durante el fin de semana y «el lunes llegan al trabajo crudos, pero eso es muy peligroso porque están deshidratados. Yo me doy cuenta de inmediato y les digo que no me molesta, que me digan la verdad, prefiero que se queden en casa a descansar para evitar que se pongan mal aquí».
Respecto a los síntomas de un trabajador que podría sentirse mal, explica: «Me pasó hace poco con una señora que se sintió mal por el calor. Los síntomas son sudoración, enrojecimiento de la piel, temblor en el cuerpo, sienten náuseas, a veces hay vómito».
U sobre qué hacer cuando pasa esto, ella recomienda que: «Lo primero es quitarle un poco de ropa a la persona y ponerla en un lugar lo más fresco posible. Tenemos una carpa para protegernos del sol. Pero también podemos llevar a la persona a un auto con aire acondicionado. Es importante estar vigilando. Si la persona no mejora pronto, hay que llamar al 911».
Alvarado es mayordoma. Son pocas las mujeres mayordomas: “Sí, gracias a Dios hemos tratado de desempeñarnos bien en el trabajo que nos piden y aquí andamos echándole ganas, porque es duro pero no hay de otra”.
Esta historia fue producida como parte de una colaboración con la Oficina de Asociaciones Comunitarias y Comunicación Estratégica para su campaña de concienciación pública y divulgación Heat Ready CA. Visite Heat Ready CA para obtener más información.