[por Ashley Miznazi/The Haitian Times; En foto: el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, acompaña al presidente de los EEUU, Joe Biden, en su visita a la frontera sur con México, en El Paso, Texas, el 8 de enero de 2023, y habla con los oficiales a lo largo de la valla fronteriza para evaluar las operaciones de control. Foto por Tia Dufour/Department of Homeland Security]

«No, no vengan así nada más, a la frontera», dijo el presidente Joe Biden a los migrantes de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela durante una conferencia de prensa celebrada el 5 de enero en la Casa Blanca.

Estos migrantes serán expulsados automáticamente en la frontera sur de los EEUU, mientras este gobierno pone en marcha un nuevo programa que permitirá a 30 mil personas solicitar su arribo desde sus países de origen a través de un plan de libertad condicional humanitaria. El plan, que anteriormente sólo se ofrecía a los venezolanos, redujo drásticamente su número en la frontera, según informaron funcionarios estadounidenses y mexicanos.

El plan niega el asilo a quienes no tengan conexiones familiares en los EEUU o compromisos de patrocinio financiero por dos años. Los defensores dicen que esto no siempre es posible para las personas que huyen de la violencia y la persecución en su país de origen y calificaron el plan como una expansión de una política de la era Trump que otorga a los agentes fronterizos el poder de rechazar a los haitianos sin darles la oportunidad de solicitar asilo, mientras que el Título 42 también continúa, el cual consiste en una política federal de la era de la pandemia que expulsa rápidamente a los migrantes a México.

«Cada día que se apliquen estas políticas, las personas que busquen refugio serán rechazadas y sufrirán abusos horribles», afirmó el grupo de defensa Human Rights First.

Paul Namphy, principal organizador de Family Action Network Movement (FANM), declaró a The Haitian Times que el plan fronterizo es excluyente: «El derecho a buscar seguridad no debería estar en función de la chequera de tu familia. Esto es el mercado discriminando a los pobres».

Namphy sugiere, en cambio, que los EEUU acate las recomendaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y del Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Ambos le han pedido establecer mecanismos de protección, como el Estatus de Protección Temporal (TPS), y que detenga las deportaciones de haitianos a Haití.

Tras la crisis de derechos humanos en Del Río, el Departamento de Seguridad Nacional de los EEUU (DHS, por sus siglas en inglés) gastó millones de dólares y utilizó la política del Título 42 para expulsar a más de 15 mil haitianos, y lo continúa haciendo.

México acordó aceptar hasta 30 mil migrantes al mes procedentes de los cuatro países que intentan cruzar a pie o a nado la frontera entre los EEUU y México y son rechazados, según informó la Casa Blanca.

Los haitianos varados en México se enfrentan a la discriminación, sufren desatención médica y agresiones. Al menos siete haitianos han sido asesinados en Tijuana este año, informa The Haitian Bridge Alliance.

Esta alianza analizará los últimos planes de la administración y ofrecerá sus recomendaciones para reformas humanitarias a partir de su experiencia en el terreno el 6 de enero de 2023. Biden visitó El Paso el 8 de enero, evaluó las operaciones y se reunió con funcionarios locales y líderes comunitarios.

El plan condenó

El 6 de enero, la Interfaith Immigration Coalition organizó una convocatoria en la que expertos en fronteras e inmigración analizaron los planes de la administración.

«Aunque el anuncio de ayer de que la administración está abriendo más vías para que haitianos, venezolanos, cubanos y nicaragüenses vengan a los EEUU es un paso en la dirección correcta, este anuncio no nos acerca a la restauración de nuestro sistema de inmigración», dijo Guerline Jozef, directora ejecutiva de Haitian Bridge Alliance, durante una conferencia organizada por The Interfaith Immigration Coalition el 6 de enero, en la que expertos en fronteras e inmigración analizaron los planes de la administración. «Vemos de primera mano las consecuencias negativas y el impacto desproporcionado sobre los inmigrantes negros que conlleva el estado actual de nuestro sistema de inmigración. Podemos tener un sistema de inmigración justo, ordenado y humano que acoja a todos con dignidad y que esté arraigado en la justicia y el acceso lingüístico».

Dylan Corbett, director ejecutivo del Hope Border Institute de El Paso, añadió: «A fin de cuentas, la ampliación del Título 42 para incluir a cubanos, haitianos y nicaragüenses es una promesa incumplida. En lugar de poner a nuestro país en un camino seguro para restablecer plenamente el asilo en la frontera, estas nuevas acciones afianzan una política peligrosa, ineficaz e inhumana».

Por su parte, Pedro Ríos, Director del Programa Frontera México-EEUU del American Friends Service Committee (AFSC), añadió: «La promesa de asilo es un derecho consagrado por la ley federal y los acuerdos internacionales destinados a responder a la tiranía y la desesperación que obliga a miles de personas a huir de sus países de origen. Los EEUU socava esa promesa cada día que el Título 42 sigue en vigor, y pone en peligro la vida de quienes buscan refugio para no sufrir daños».

Mientras tanto, Melissa Crow, Directora de Litigios del Centro de Estudios de Género y Refugiados (CGRS), añadió: «Ha sido profundamente perturbador escuchar al presidente afirmar que la búsqueda de asilo es legal, prometer la creación de un proceso seguro y humano en la frontera, y luego dar la vuelta y anunciar políticas que socavan aún más el acceso al proceso de asilo de los EEUU. Estas imprudentes decisiones políticas cobrarán un horrible tributo humano y dejarán una mancha duradera en el legado del presidente».

Finalmente, Eleanor Acer, directora de Protección de Refugiados de Human Rights First, dijo: «La prohibición del asilo —una política sacada directamente del libro de Trump— sería un tremendo error de cálculo político. Hará el juego a los aliados de la administración anterior al reforzar sus mensajes y normalizar su agenda, causará desorden, rechazará a los refugiados negros y maorenos para que sufran graves daños, separará a las familias y revertirá la ley de refugiados».