COLUMNA SOBRE DERECHOS DEL INQUILINO

J. Scott Weaver, Columnista

El 2 de junio, más de 800 residentes de la Misión se reunieron en el ayuntamiento para apoyar el alto temporal a la construcción de viviendas de lujo o ‘a precio de mercado’ en la Misión. La comunidad habló fuerte y claro a favor de una moratoria a las viviendas de lujo. Sin embargo, después de 8 horas de testimonios, la junta no prestó atención a los ruegos de cientos.

A pesar de que siete supervisores votaron a favor y cuatro en contra, los votos en contra de Weiner y Farrell (quienes están buscando un puesto más alto), y los de Tang y Christiansen (que están en deuda con el Alcalde Lee), bastaron para detener la mayoría por nueve votos que se necesitaban para aprobar la medida.

La abundancia de unidades a precio de mercado volvió la vivienda menos accesible e hizo que residentes de la Misión temieran no sobrevivir a largo plazo en la comunidad.  El 2 de junio, los residentes declararon sobre el cambio de la apariencia del vecindario, así como el cambio de caras, el desalojo de vecinos y las rentas ridículamente altas, y que pequeños negocios quebraran y fueran reemplazados por negocios que abastecen a clientes con más dinero. Varios residentes de la Misión dijeron sentirse como extraños en el vecindario en el que crecieron.

El 8 de mayo, cientos de residentes del Distrito de la Misión tomaron el ayuntamiento para pedir una moratoria las viviendas de lujo. La moratoria resultó fallida luego de que no se alcanzaran los votos requeridos por parte de los supervisores para su aprobación. Foto Mabel Jiménez

La práctica de permitir desarrollos sin restricción en los precios continúa a pesar de los objetivos establecidos por la ciudad para construir viviendas accesibles para los residentes.  La Proposición K del año pasado estableció la meta de construir un 33% de nuevas unidades de viviendas accesibles para familias de bajo y mediano ingreso (lo que significa menos de $81,500 y $122,300 para una familia de 4, respectivamente) y que el 50 porciento sean accesibles para familias de clase media (ingresos de menos de $152,850).

En el Distrito de la Misión, hay 478 unidades de vivienda ya sea bajo construcción o aprobadas para construcción, y sólo 34 unidades (7%) accesibles a residentes de bajo y mediano ingreso —muy por debajo del 50% de la meta de accesibilidad. Utilizando cualquier medida, ya sea las metas de la Proposición K, el Plan de los Vecindarios del Este, o los objetivos de la Asociación de Gobiernos del Área de la Bahía, la ciudad no ha cumplido las metas de vivienda accesible.

Apologistas del status quo han sabido todo este tiempo que la práctica de aprobar automáticamente los desarrollos de lujo no está ayudando a resolver la crisis de vivienda.  Reportes preparados por el Departamento de Planeación de la Ciudad de San Francisco han mostrado, año con año, que la ciudad se ha quedado corta en las metas de vivienda accesible, mientras que ha aumentado al doble la producción de viviendas de lujo.

El principal economista de la ciudad, Ted Egan, ha declarado que para poder tener un impacto apreciable en la reducción de los costos de vivienda, la ciudad necesitaría construir al menos una 100,000 viviendas nuevas a precio de mercado. Aún con la actitud de “construye, nene construye,” eso no va a suceder.  Así que la ciudad continúa operando en una manera que trabaja sólo para la industria de bienes raíces, para los constructores y para los intereses financieros que los patrocinan.

Esta crisis ha creado una gran ola de actividad en la Misión. Activistas de vivienda de la Misión y de toda la ciudad, están desarrollando un enfoque múltiple para enfrentar la crisis de accesibilidad, incluyendo una propuesta en las boletas para una moratoria de 18 meses en los complejos de viviendas de lujo en el Distrito de la Misión. La concurrencia del 8 de mayo y del 2 de junio son sólo la punta del iceberg.

J. Scott Weaver es desde hace mucho tiempo un activista pro vivienda e  inquilinos y trabaja con la Coalición Plaza 16 y la Unión de Inquilinos de San Francisco. Forma parte de la Junta Directiva de Acción Latina.

— Traducción Carmen Ruiz