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A menos de 24 horas después de que 49 personas murieron y 53 más resultaron heridas en un club nocturno gay en Orlando, Florida (el mayor tiroteo masivo a manos de un civil en los EEUU), más de mil personas se reunieron para celebrar una vigilia y marcha en el Distrito Castro de San Francisco.

Cientos marcharon desde la Plaza Harvey Milk al Ayuntamiento el domingo 12 de junio, en luto por los fallecidos en el tiroteo, cuya mayoría era latina. Para muchos en San Francisco —históricamente reconocido como un refugio seguro para los miembros de la comunidad LGBTQ— el tiroteo se sintió cercano a casa, en particular para la comunidad latina de LGBTQ.

“Tengo tiempo que salí y una de las cosas que siempre he pensado es que algo así iba a suceder en algún club en el que me encontrara. Ha sido uno de mis peores temores”, dijo el originario del Distrito de la Misión, Miguel Bustos, que asistió a la vigilia en la Castro. “Y algo que como comunidad hemos estado hablando es que [las víctimas] eran latinos. Miembros de una comunidad que, para todo efecto, ha sido siempre ignorada”.

El club gay, Pulse, estaba celebrando una ‘Noche latina’ en el momento del tiroteo. De acuerdo con varios informes de prensa, el jefe de policía de Orlando, John Mina, dijo que el hombre armado, Omar Mateen, de 29 años, comenzó a disparar alrededor de las 2 am del 12 de junio, matando e hiriendo a docenas con un rifle Sig Sauer MCX semiautomático y un arma de fuego, antes de que éste fuera asesinado por la policía.

“Necesitamos que el mundo sepa que ellos eran latinos. Inmigrantes. Algunos, indocumentados”, dijo Bustos. “Pero eran nuestros hermanos y hermanas. Es importante que lo reconozcamos y que como latinos, nos solidaricemos con ellos y con sus familias, porque pudo haber sido cualquiera de nosotros”.

Ani Rivera, directora ejecutiva de Galería de la Raza, no conocía a las víctimas de Orlando, sin embargo, hizo eco de los sentimientos Bustos.

“Miro sus nombres, pudo haber sido cualquiera de nosotros”, dijo Rivera. “Pudo haber sido cualquiera de mis amigos. Y duele cuando veo esos nombres y su piel, su físico, se parecen a mis amigos, a mis hermanos y hermanas”.

El asesino podría haber sido gay

Recientes informes de prensa y declaraciones de testigos sugieren que el tirador, posiblemente, era homosexual. Kevin West, un cliente regular de Pulse, dijo a Los Angeles Times que había contactado a Mateen ocasionalmente durante un año previo a la masacre, por medio de un servicio de chat gay y de la aplicación de citas Jack’d. Otros testigos dijeron al diario Orlando Sentinel que habían visto a Mateen previamente en Pulse, y que había visitado el club al menos una docena de veces.

El Palm Beach Post también informó que un compañero de la academia de policía de Mateen dijo que él y otros compañeros solían salir a divertirse a discotecas gay, y que una vez Mateen se le acercó románticamente.

El tiroteo se produjo dos semanas antes de celebrarse el desfile del orgullo gay en San Francisco y el festival, y horas después de que James Wesley Howell, de 20 años, de Indiana, fuera detenido en Santa Mónica. Según Los Angeles Times, Howell planeaba asistir al desfile del orgullo en Los Ángeles, el 12 de junio en West Hollywood y tenía en posesión tres fusiles de asalto, tambores de alta capacidad, municiones y un cubo de cinco galones con sustancias químicas que podrían usarse para elaborar un dispositivo explosivo improvisado.

“El SF Pride tiene la intención de honrar a las víctimas del ataque terrorista de una manera especial”, escribió en un correo electrónico Sam Singer, del SF Pride. “Al igual que todos los miembros de la comunidad LGBTQ, la organización todavía está asimilando la tragedia y el horror de lo sucedido, y sosteniendo reuniones con las autoridades policiales para discutir las medidas de seguridad a tomar durante la celebración y el desfile de este año”.

Las identidades de las víctimas, opacadas por los medios

Los medios de comunicación se han centrado en gran medida en los puntos de vista extremistas del atacante, dejando a muchos miembros de la comunidad latina de San Francisco con la sensación de que la muerte de 49 personas ha sido politizada. Muchos, incluyendo a los políticos y al menos un candidato presidencial, culpan al Islam de estos disparos masivos, apuntando a supuestos vínculos de Mateen con el estado islámico, sin haber reconocido que las víctimas fueron atacadas por ser LGBTQ.

“Este problema es mucho más complicado”, dijo Rivera. “Cuando lo simplificamos al hecho de que fue solamente un radical religioso, perpetuamos el mismo ciclo. Así que espero que esto ofrezca la oportunidad de mirar más allá, en las cuestiones básicas que están siendo utilizadas para manipularnos y hacer que nos enfrentemos unos contra otros”.

Para muchos, el trágico tiroteo es un triste recordatorio de que persiste la violencia dirigida a las comunidades LGBTQ como resultado de la homofobia, incluso después de la amplia aceptación que se ha obtenido a la fecha.

“Las disparidades, las injusticias continúan para nosotros”, dijo Rivera. “Está sucediendo día a día. Esto no es nuevo para nosotros. Esta es una realidad de las comunidades de color”.

Rivera fue testigo de una dosis de violencia el año pasado, cuando se le prendió fuego al mural de Galería de la Raza titulado Por Vida, que representaba parejas homosexuales y lesbianas abrazadas y un hombre trans al estilo lowrider.

“La gente no sólo estaba diciendo, ‘No estamos de acuerdo con su punto de vista’, la gente estaba realmente llamando a infligir la violencia en contra de nosotros”, dijo Rivera. “Como si estuviera bien y fuera justificable, como si fuéramos personas desechables. Y ese fue mi mayor temor, de que algo como lo que pasó en Orlando termine pasando a la gente que vino a la Galería”.

Erick Argüello, presidente del Consejo de Distrito Cultural Latino Calle 24, se sorprendió y entristeció al oír la noticia de Orlando. Argüello contactó al Supervisor del Distrito 9, David Campos, antes de recibir numerosas llamadas telefónicas, muchas provenientes de grupos LGBTQ.

“Estos espacios se crean por lo general para que personas de la comunidad se sientan seguras”, dijo Argüello, en referencia a las discotecas gay en general. “Para nosotros, como veteranos, las personas que han estado fuera durante mucho tiempo, vuelve a golpear esa sensación de miedo. Uno se puede imaginar lo que eso provoca en quienes no están completamente seguros sobre cómo pasar por ese proceso”.

A Rivera también le preocupa el mensaje que este ataque puede enviar a la generación más joven de personas LGBTQ.

“Espero que no se sientan como si tuvieran que volver a entrar en el armario”, dijo.

Rivera considera que las víctimas reales fueron olvidadas en el frenesí de los medios de comunicación tras la difusión en las noticias del tiroteo.

“Cuando no nos centramos en las víctimas reales, en las víctimas reales que están de luto, se pasa por alto el tema. Y en ese momento… un sector específico fue ensombrecido”.