Esta reseña es un apoyalibros en el estante. Al extremo del estante está el año 1987: cuando trabajaba para El Tecolote y reseñé la primera novela de Ana Castillo, Las cartas de Mixquiahuala. Me encantó y me sentí afortunado de conocerla en el ya desaparecido Café Nidal cerca de la antigua oficina de Acción Latina. […]