Activistas que participaron en la marcha de 14 días y 152 kilómetros recorridos, conocida como la Marcha por la Justicia, una protesta contra la brutalidad policiaca, posan afuera de la oficina del Abogado General de California, Xavier Becerra, en Sacramento, el 19 de octubre de 2017. Via Twitter/@blackandbrownsf

Mucho antes del fatal tiroteo en que perdiera la vida Stephon Clark, y todavía antes que el Fiscal General de California, Xavier Becerra, anunciara que el Departamento de Justicia de California revisaría la política y prácticas del Departamento de Policía de Sacramento, un grupo de activistas marcharon hacia la oficina de Becerra, para exigir se procese a los oficiales de policía de San Francisco involucrados en tiroteos que han resultado polémicos y cuestionables.

Los activistas que participaron en la llamada ‘Marcha por la Justicia’ habían decidido confrontar a Becerra después que el Fiscal del Distrito de San Francisco, George Gascón, se negara a culpar a los oficiales implicados. El 18 de octubre de 2017, al completarse la marcha de más de 152 kilómetros recorridos en catorce días, Becerra brilló por su ausencia.

“No existe excusa”, dijo el 8 de noviembre Víctor Picazo a El Tecolote, el día en que aquellos que marcharon decidieron juntarse y conversar sobre la marcha. “Sabía que íbamos a hacer esta marcha y el día que regresábamos, pero decidió no hablarnos. Cerró el edificio precisamente ese día”.

Participantes de la Marcha por la Justicia, llegan al oeste de Sacramento el 19 de octubre de 2017, luego de un recorrido de 152 kilómetros que duró 14 días desde San Francisco. Foto: Christian L. Ceron

Los diez manifestantes (incluyendo los ‘Frisco 5’ Ilych ‘Equipto’ Sato, María Cristina Gutiérrez y Ike Pinkston) tenían planeado presionar para que Becerra presentara cargos en contra de los oficiales de San Francisco responsables de la muerte de Alex Nieto, Mario Woods, Amílcar Pérez-López, Luis Góngora, Jessica Williams, Kenneth Harding Jr. y Derrick Gaines.

A pesar de que no pudieron reunirse con Becerra, la ausencia del Fiscal General no desanimó a los manifestantes ni a su protesta.

“Ya sabía que esto iba a pasar, igual que sabía que a estos policías no se les acusaría”, dijo Larry Dorsey, uno de los manifestantes, “la supremacía blanca no tiene reglas propias, pero sí las tiene para otros”, agregó.

El 6 de octubre de 2017, los manifestantes tuvieron una conferencia de prensa en el Salón de Justicia antes de partir hacia Sacramento, durante la cual intervinieron familiares de aquellos víctimas de la policía.

“Se va a necesitar el poder popular”, dijo Sato durante la conferencia de prensa. “Se necesita que todos nos unamos para demostrarles que realmente nos importa nuestra gente y nuestra comunidad. No depende de los supervisores o de la comisión de policía ni del alcalde. Si queremos un cambio, depende que nosotros demandemos que la policía se haga responsable de los asesinatos premeditados”.

La familia de Alex Nieto se ha declarado en solidaridad con los grupos Black and Brown United y las Madres en Marcha, reuniéndose con ellos cada semana desde que los grupos fueron fundados en 2017.

“Hoy nos encontramos reunidos aquí porque comenzaremos nuestra caminata a Sacramento”, dijo Refugio Nieto, padre de Alex Nieto. “La mayoría de ustedes sabe que esta va a ser una caminata muy larga pero muy positiva. Le pedimos al Fiscal General Xavier Becerra nos ayude con este problema que tenemos aquí”.

Muchos de los caminantes portaban camisas con las imágenes de las víctimas de la policía, o con mensajes pidiendo justicia social.

Al décimo día de la Marcha por la Justicia, los manifestantes llegaron a Davis, California el 15 de octubre de 2017. Foto: Christian L. Ceron

“Parecía que podría causar malentendidos con la ley, y los causó. Pero no al extremo. Y todo se relaciona con la espiritualidad de la marcha”, comentó Dorsey.

Durante el viaje, los caminantes se reunieron en iglesias y centros comunitarios de cada lugar donde fueron parando. El plan inicial era caminar a Mill Valley, San Rafael, Petaluma, Novato, Sonoma, Napa, Fairfield, Vacaville, Dixon y Davis, antes de llegar a Sacramento.

Pero la marcha coincidió con los devastadores incendios del Norte de California, los que produjeron la peor calidad de aire en la historia del estado. Estas condiciones dificultaron las intenciones de los caminantes quienes se vieron forzados a cambiar de ruta.

Mike Evans Jr. fue hospitalizado y los doctores de UCSF sugirieron que el resto del grupo portara máscaras y bandanas para protegerse del humo. Aquellos que brindaron ayuda al grupo fueron Do No Harm Coalition, un grupo de doctores, enfermeros, estudiantes y trabajadores que comparten el sentir de poner fin al racismo y la violencia en el estado.

“No solamente las familias tienen que aguantar el duelo por la muerte de sus seres queridos, sino que también la inseguridad que se siente en las comunidades donde viven ya que la policía puede matar a los miembros de dicha comunidad sin que exista justicia por esa muerte”, dijo Rupa Marya. “Cuando nuestras comunidades no se sienten seguras, se convierte en un tema de salud pública. Cuando a la gente se le mata con impunidad, es un tema de salud pública. La violencia policial y el racismo, son salud pública y nosotros nos declaramos en contra de esta violencia sin sentido”.

El grupo decidió alterar la ruta de la caminata circundando los incendios, lo que les dio a los caminantes la oportunidad de alcanzar a las comunidades instalándose afuera de los negocios. Pero estos momentos también produjeron algunos encuentros con el racismo.

“Había un tipo blanco quien nos hizo un gesto como que iba a pegarle a Cristina Gutiérrez , y todo se descontroló”, dijo el caminante Ike Pinkston y agregó: “Pero la bondad pudo más que la maldad. En algunas reuniones más tarde concluimos que debemos volver a estas comunidades para encontrarnos con ellos y ayudarles a organizarse”.

Aunque los incendios desalentaron a algunos a participar en la marcha, Gutiérrez dijo que era mejor: “Nunca antes en todos los años aquí había visto el racismo tan vivo. Es obvio quienes son racistas y me alegré que me atacaran, así demuestran quienes son realmente” dijo. “Estamos haciendo conciencia sobre un tema que necesita ser reconocido. Pero fuimos muy disciplinados. Fue mejor que no aceptáramos más caminantes de los que teníamos debido al tema de la seguridad. No queríamos responsabilizarnos de que a la gente la hirieran y queríamos enfocarnos en la marcha”.

Casi seis meses después de la marcha, la lucha por la justicia continua. Se han adherido las Madres en la Marcha, al igual que la coalición Justice4Luis para así presionar a Gascón a que acuse a los oficiales involucrados en la muerte de Luis Góngora, o renuncie a su puesto antes del 25 de abril.

Según los miembros de Justice4Luis, cuando Gascón se reunió con ellos a fines de febrero, le hicieron prometer que acusaría al sargento Nate Stager y al oficial Michael Mellone por la muerte de Góngora hace ya dos años. La coalición espera que Gascón cumpla su palabra.