Fausto (Ricardo Salinas) y su familia es amenazada por pandilleros hacia el final de la obra “PLACAS” puesta en escena el 8 de septiembre de 2012 en San Francisco. Photo Clarivel Fong

El sábado 8 de septiembre, “PLACAS: El tatuaje más peligroso”, obra de Paul Flores, por Michael John Garces, fue presentada por el Festival Internacional de las Artes de San Francisco, el Centro Cultural de la Misión y CARECEN (Centro de Recursos de Centroamérica) ante un auditorio pletórico en el Teatro Lorraine Hansberry.

Al entrar en el teatro, era inevitable la sensación ante la expectativa generada por una obra que explora el tema de la violencia de las pandillas en San Francisco. El público, compuesto por miembros locales de la comunidad, activistas, grupos de jóvenes, familias y actores, rumoraba con emoción e incertidumbre.

Al comenzar la obra, el actor principal, Ric Salinas entró en escena que ofrece el panorama en el cual se lleva a cabo el proceso de eliminación de las Placas (tatuajes), luego de haber pasado nueve años en prisión.

Salinas demostró genuina unión con su papel, cuando gracias a su cautivadora capacidad actoral, fusionada a sus raíces salvadoreñas y su crianza en la Misión, pudo sin esfuerzo convertirse en Fausto Carbajal, un personaje conocido del barrio. En su opinión, PLACAS presenta una oportunidad única ya que “es una realidad salvadoreña; chicano americana, que se refleja muy honestamente—romperá el hielo y creará un diálogo al interior de la comunidad”, explicó el actor.

Con la eliminación de las placas como pieza central, la obra se convirtió en una historia que profundiza en las muchas historias que se asocian con la violencia de las pandillas—exponiendo temas como la inmigración, el odio a sí mismo, el concepto de familia, el efecto dominó, el círculo vicioso de la violencia perpetuada, la lucha de la identidad, la victimización de los latinos por la policía, el papel de las organizaciones de la comunidad, y el proceso de redención—marcada por un estilo atractivo, creíble, con elementos de spanglish salvadoreño y chicano, y monólogos poéticos, así como por un tono cómico impecable.

Los personajes, bien desarrollados, representan las muchas personalidades que intervienen en estas complejas cuestiones: Edgar, interpretado por el residente del distrito Excélsior de San Francisco Ricky Sáenz, destacó por el retrato que hace del hijo de Fausto, un adolescente que se siente traicionado por su padre y que está a punto de seguir sus pasos, hacia una vida llena de violencia de pandillas y sin rumbo fijo.

Para Sáenz, su actuación refleja todo con lo que creció. “Estos son problemas reales, y esta historia, que venía de un lugar orgánico, tiene el potencial de influir directamente en los jóvenes con problemas”, dijo Sáenz.

La actriz Sarita Ocón mostró tremenda fuerza y dinamismo al representar tres de los personajes femeninos: Liz, la terapeuta de CARECEN; Bugsy, miembro de la banda, y Mama Nieves, la abuela.

“Hacer mi tarea para estos papeles fue esencial para mí”, dijo Ocón. Ella pasó un tiempo en CARECEN, y fue testigo del proceso de eliminación de tatuajes, lo que fue “… extremadamente importante para abordar este tema con precisión y sensibilidad”, agregó Ocón.

“La cultura de las pandillas es especialmente masculina —pero las cuestiones en juego en gran medida afectan a las chicas y mujeres, es un aspecto del que poco se habla”, dijo Ocón. Ella espera que “PLACAS pueda brindar a las chicas y mujeres un sentido de poder”.

En general, la obra estuvo cargada de mensajes importantes y de un talento radiante. El tema y la actuación dieron como resultado la transmisión de una sensación realista que luego, al término de la función, abrió el diálogo entre nuestros barrios.

—Traducción Emilio Ramón